HRW denuncia abusos sexuales de fuerzas sirias contra detenidos

La organización Human Rights Watch (HRW) denunció este viernes las violaciones sexuales que han sufrido hombres, mujeres y menores de edad detenidos por las fuerzas del régimen sirio en distintas zonas del país.

En un informe, el grupo de derechos humanos difundió entrevistas a varias decenas de antiguos detenidos y testigos que describieron algunos de los abusos cometidos como la violación sexual, la penetración con objetos o la aplicación de electricidad en zonas genitales.

Muchos de los detenidos confesaron haber sido encarcelados por su activismo político y su participación en las protestas en las provincias de Deraa (sur), Homs (centro), Idleb (norte), Latakia (noroeste) y Damasco.

Según los testimonios recogidos, tanto las fuerzas de seguridad sirias como el Ejército o las milicias pro gubernamentales, conocidas como «shabiha», han cometido ese tipo de delitos en los centros de detención y en las redadas en zonas residenciales.

Uno de los afectados, identificado con el nombre de Salim, es un desertor de la Inteligencia de la Fuerza Aérea de Latakia que denunció haber sufrido descargas eléctricas en sus genitales y recibido golpes durante un interrogatorio.

Otra de las personas entrevistadas, Maha, relató que en febrero de 2012 las fuerzas sirias entraron en su casa buscando a su marido, que no estaba, y acto seguido la desvistieron y tocaron mientras le amenazaban con violarla.

Varios desertores de la policía y el ejército agregaron que recibieron información sobre abusos cometidos contra mujeres en las campañas de detención y redadas.

«La violencia sexual durante las detenciones es una de las armas más horribles que tiene el Gobierno sirio para torturar y las fuerzas de seguridad la usan regularmente para humillar y degradar a los arrestados con completa impunidad», aseguró la directora de HRW para Oriente Próximo, Sara Whitson.

La organización considera no se puede conocer la magnitud de las violaciones sexuales en Siria, ya que las víctimas son reacias a hablar de tales abusos por miedo o vergüenza, mientras que el personal humanitario e investigador tiene dificultades para acceder al país.

Además, Human Rights Watch ha documentado casos en los que las víctimas no pudieron recibir tratamiento médico o psicológico, o se desplazaron a países vecinos donde también encontraron problemas para acceder a esos servicios, debido a los tabúes que existen y a la oposición de la familia, entre otras razones.

Ante esta situación, el grupo de derechos humanos insta a las autoridades sirias a proporcionar los servicios de salud necesarios para atender a las víctimas de la violencia y respetar los mecanismos de confidencialidad.

Además, pide al Gobierno sirio que permita a los observadores de la ONU acceder a todos los lugares de detención y solicita al Consejo de Seguridad de la ONU que denuncie a Siria ante la Corte Penal Internacional por los abusos cometidos desde que estallara la revuelta en marzo de 2011. EFE

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