Por qué el Cacerolazo Quiteño

Por Augusto Flores Andrade
Quito, Ecuador

Quito como Patrimonio Cultural de la Humanidad, ha tenido alcaldes de gran capacidad y liderazgo. Como ciudadano de esta preciosa ciudad, prefiero creer en la buena intención del actual, quien cuando fue candidato por Alianza País, planificó su gestión sobre un análisis detallado de las necesidades de la ciudad a la época.

Con el paso de los años, Quito se ha convertido en una ciudad con muchos problemas ambientales, de liderazgo, sociales, económicos, de movilidad, infraestructura, y de una altísima vulnerabilidad a riesgos naturales. Todos estos problemas, tal como lo reconoció el Alcalde Barrera y su equipo asesor, que es totalmente diferente al que tiene hoy, obedecían sustancialmente a la falta de planificación, y a un divorcio total entre técnica y política.

Ya como Concejal, Augusto Barrera demostró un apego vehemente de hacer las cosas a su manera, es así que desató una campaña de desprestigio para uno de los clubes de más prestigio en la ciudad, el Municipal Tennis Club, del cual fui Director. Se hurdió una trama que fue apoyada por otra concejala y un grupo de periodistas, quienes con el obvio apoyo de sus camaradas, lograron echar fuera a más de 400 familias que con sus propios recursos dejaron una infraestructura que hoy la utiliza el Municipio, sin cumplir lo que nosotros sí hicimos: masificar el deporte blanco.

Profesionalmente, como Director de un área sensible de Quiport, vi de cerca la «renegociación» de la Concesión para la Construcción del Nuevo Aeropuerto de Quito. Prefiero por ética, no emitir criterios que pudieran afectar a las partes involucradas, solamente llamo la atención sobre los millones que ha perdido la ciudad, pues se ha retrasado dos años la apertura, sin que dejemos de lado el hecho de que se han incumplido aspectos ambientales importantes, que Quiport sí los cumplió y respetó. Por ejemplo en la construcción de la Vía Collas – Nuevo Aeropuerto. Se construye con urgencia, una vía para poder operar el aeropuerto, que pese a mis advertencias, será extremadamente caro en su operación, y los costos serán endosados a los usuarios. Aún se puede corregir, pero no hay voluntad política. Es decir, siguen divorciados la técnica y la política.

En Quito hay obra monumental, ¡sí!, pero ¿por qué el apuro? Se requiere gastar el presupuesto que no fue invertido a tiempo, se han iniciado trabajos sin planificación, la ciudad está llena de enormes baches. ¿Acaso el Municipio va a reponer los daños que se causan a los vehículos? Veamos más allá: se estima que diariamente, la ciudad pierde sobre 275 mil dólares por la congestión que se causa en distintos puntos. Uno de los problemas más serios que tiene la ciudad, es la falta de cruces en el sentido Oriente – Occidente. ¿Se ha hecho algo al respecto? Nada, señores.

Reclamo desde hace mucho tiempo, se aplique los principios de Consulta y Participación a todos los proyectos municipales, tal como lo exige la Constitución de Montecristi, que la conoce tan bien el Alcalde. No se lo ha hecho, no se conocen los estudios ambientales que justifiquen la ejecución de proyectos, ¿o acaso se han presentado para el Metro de Quito?, que para mi manera de verlo como profesional, no es la mejor solución técnica – ambiental para la ciudad.

Quito no está preparada para atender contingencias, por pequeñas que sean. Por ejemplo hoy que se construyen dos intercambiadores sobre la Avenida Occidental, todo un conglomerado enorme de gente que vive en El Condado y las urbanizaciones del lado occidental, no tienen posibles rutas de escape en casos de emergencias. No existen vías alternas. Me pregunto, ¿por qué no se continuó con un gran proyecto que arrancó en la época del Alcalde Moncayo?

Bien, quiero contestar la pregunta título de este documento. Es hora de que levantemos cabeza. Mi reclamo tiene fundamento, no soy una persona violenta, soy padre de familia y tengo derecho a trabajar, también a manifestarme sin restricciones, pero con el mayor respeto. He pedido se me reciba en el seno del Concejo Municipal de Quito, basado en el principio previsto en la Constitución, de la «SILLA VACÍA», sin que haya recibido respuesta positiva hasta la fecha. Tengo interés de ir a presentar mis inquietudes, que son las de un grupo enorme de gente que estuvo en el Cacerolazo Quiteño. Estamos cansados de que no se nos escuche. El 6 de diciembre quisimos acudir pacíficamente a la Plaza del Teatro para entregar una carta al Alcalde, pero nos fue cerrado el paso con engaños. Se nos dijo que se permitiría el paso, y luego nos encerraron entre un cerco de la fuerza pública con más de 250 efectivos, para lo que consideraron éramos cuatro pelagatos que llegamos con seguridad a 200, Nos permitieron pasar a unas 20 personas entre las cuales habían personas de la tercera edad y niños, a quienes se les faltó al respeto, se les empujó y golpeó. Por respeto no doy los nombres de los coroneles que estuvieron al mando, y mintieron.

Hay muchas cosas más que justifican el CACEROLAZO QUITEÑO, pero sin embargo, considero que es más importante ir al siguiente escalón. Muchos ecuatorianos independientes como yo, a quienes el Alcalde y un mal funcionario suyo (Pinto) nos calificaron como «traficantes de tierras» y «asalariados» de un grupo empresarial, marchamos de manera pacífica, para manifestar nuestra indignación por las cosas que suceden en Quito. No se asuste Alcalde, queremos dialogar, exigir respeto a nuestra ciudad.

Por este mismo malestar, el Cacerolazo ha hallado eco en otras ciudades donde también hay gente con las mismas motivaciones, no políticas sino de conciencia ciudadana, que queremos también que a nivel de la Presidencia de la República, se deje de motivar el odio y la venganza. Somos todos ecuatorianos, Presidente Correa. Queremos que nos escuche, no tema por su estabilidad, pues no somos golpistas, queremo exigir igual que en Quito, fiscalización a través de Veedurías que ustedes propusieron, y que se quedaron en el nombre. Hace años se hablaba de los «Baños de Verdad», se puede imaginar lo democrático y rentable que sería para el país, que en lugar de que la gente ya convencida desde hace tiempos, asista y vea sus costosas sabatinas y cadenas, recibiera micro-préstamos productivos en condiciones blandas, que pudieran generar mayor producción para que el mismo estado comprase su producción?

Espero llegue a Rafael Correa y Augusto Barrera esta opinión, de una persona que tiene planteados proyectos hermosos (así calificados por quienes los manejan) al gobierno, y ojalá se hagan realidad y no caigan en el desinterés por provenir de un opositor. La ciudadanía que ojalá seamos minoría, busca una discusión de alto nivel, sin violencia verbal o retaliaciones, queremos ayudar a construir un país de respeto a los derechos de todas las personas. Invito a sendos debates, con equipos técnicos de las dos autoridades, en los cuales pueden o no estar incluidos, para que debatan con gente de la sociedad civil. Esta sería la manera correcta de garantizar una verdadera PARTICIPACIÓN CIUDADANA, tal como está consagrada en la Constitución.

Éste es señores Rafael Correa y Augusto Barrera, el pedido de quienes somos parte de la iniciativa del Cacerolazo Quiteño, que buscamos hacerlo Ecuatoriano, insisto: con respeto y energía, buscando mejores ciudades y un mejor país. Está probado que lejos de la bandera política, o de la tendencia que podamos tener cada uno de nosotros, lo que buscamos todos es mayor producción, mejor repartición de la riqueza, seguridad, trabajo, bienestar para nuestros hijos. Al igual que muchas personas, yo necesito gozar de mi libertad para poner al servicio del país, pero por sobre todo de mi familia, mi mejor esfuerzo para garantizarles un futuro. Me gustaría ser el primero, que en caso de estar equivocado, públicamente como lo hago ahora, reconocer las bondades de este sistema en el que estamos inmersos.

Seguro de llegar con un mensaje claro y que busca puntos de encuentro y no de división.