¿Somos subdesarrollados?

Jesús Ruiz Nestosa
Salamanca, España

Nadie niega que las comparaciones son odiosas, pero hay oportunidades en que es difícil contenerse y automáticamente se establecen contactos como si las chispas saltaran antojadizamente de neurona en neurona. Esto me pasaba por la cabeza mientras veía por televisión el acto de juramento de Barack Obama como presidente de los Estados Unidos; su segundo periodo y todo se realizaba como si fuera la primera vez. Incluso tuvo que jurar el día antes, en un acto privado en la Casa Blanca porque el día 20, fecha en que caducaba su mandato, era domingo.

Al escucharle hablar tenía la impresión de asistir a una ceremonia en la que se estaba escribiendo la historia. Obama, orador como pocos, elaboró un texto ejemplar basándose en la primera frase del Preámbulo de la Constitución de los Estados Unidos que comienza con aquello de “Nosotros, el Pueblo de los Estados Unidos…” (“We the People of the United States…”). Inició cada uno de sus diferentes párrafos con esta frase para sentar las bases ideológicas de su gobierno y establecer propuestas que nunca nadie antes se había atrevido a pronunciar en tales solemnes circunstancias.

Después de manifestar su fe en la democracia, dijo: “Recordemos que lo que une a esta nación no son los colores de nuestra tez, ni los principios de nuestra fe ni los orígenes de nuestros apellidos. Lo que nos hace ser excepcionales, lo que nos hace americanos, es nuestra lealtad a una idea, articulada en una declaración que fue hecha hace más de dos siglos: ‘Sostenemos que estas verdades son evidentes por sí mismas; que todo los hombres son creados iguales, que son dotados por su Creador de ciertos derechos inalienables, que entre ellos están la vida, la libertad, y la búsqueda de la felicidad”.

Más adelante siguió: “Nosotros, el pueblo de los Estados Unidos, entendemos que nuestro país no puede tener éxito cuando cada vez menos gente tiene mucho éxito y cada vez más gente apenas puede cubrir sus gastos”… “Nosotros, el pueblo de los Estados Unidos, aún creemos que todo ciudadano merece un grado básico de seguridad y dignidad”… “Nosotros, el pueblo de los Estados Unidos, aún creemos que las obligaciones que tenemos como estadounidenses no se centran sólo en nosotros sino en la posteridad de todos”… “Nosotros, el pueblo de los Estados Unidos, aún creemos que la seguridad y la paz duraderas no requieren estar en guerra perpetua”… “Nosotros, el pueblo de los Estados Unidos, declaramos hoy que la más evidente de las verdades, que a todos se nos ha creado igual, es la estrella que todavía nos guía; igual que guió a nuestros antepasados a través de Seneca Falls, y Selma, y Stonewall”. De este modo introdujo un nuevo tema en su discurso: “Nuestro recorrido no estará completo hasta que nuestras esposas, nuestras madres y nuestras hijas puedan ganarse la vida como corresponde a sus esfuerzos”… “Nuestro recorrido no estará completo hasta que a nuestros hermanos y hermanas gay se les trate igual que a todos los demás según la ley, porque, si nos han creado iguales de verdad, entonces el amor que profesamos debe ser también igual para todos”… “Nuestro recorrido no estará completo hasta que todos nuestros hijos, desde las calles de Detroit hasta las colinas de los Apalaches y los senderos tranquilos de Newtown, sepan que se les cuida y que se les atesora y que siempre estarán a salvo”.

Al ver esta celebración de la inteligencia no pude evitar caer en comparaciones, como decía en las primeras líneas, y recordé cuando en agosto de 2008, a través de YouTube, pude ver a Hugo Chávez, en su programa “Aló, Presidente”, dando detalles de la diarrea que le aquejaba en el momento de tener que inaugurar un túnel. “Yo andaba en esos días con un cólico, compadre. Es decir, tenía diarrea…”.

Después de dar todos los detalles del acto inaugural y decir: “Y yo pariendo. Porque estaba pariendo”, termina de derrumbarse la pared que habilitaba el túnel. “Y yo salgo caminando, apretadito” y hace un gesto con la mano para que no quepan dudas de qué es lo que llevaba apretado. Podrán decirme que le falto el respeto porque se está muriendo. Y no, allí está su imagen en YouTube: “Anécdotas de Chávez: Diarrea en Cadena Nacional”. Fue entonces cuando me pregunté: “¿No será que nosotros mismos les estamos dando pie para que nos consideren subdesarrollados?