Desempleo cae, pero…

Vicente Albornoz
Quito, Ecuador

Los últimos datos de empleo y desempleo urbano dejan mucho más dudas que certezas. Según estos, en un año, la población de las ciudades crece en más de 100.000 personas, pero el número de trabajadores cae en 65.000. Adicionalmente, como se reduce aún más el número de personas buscando empleo, el porcentaje de desempleados cae. ¿Cómo entender este rompecabezas? Si se compara los datos de la encuesta de empleo de marzo de este año con los datos de marzo 2012, se puede ver que la población total (de las ciudades) creció en 104.000 personas, para ubicarse en 9’780.000 en marzo 2013. Dado que hace 15 años nacían más niños que ahora, el mayor crecimiento de la población se da en los mayores de 15 años. Hasta aquí, todo cuadra.

Donde los números empiezan a volverse complicados es en la «población económicamente activa», la PEA, que está compuesta por las personas que trabajan o que buscan trabajo. Estos se reducen en 82.000 personas. En otras palabras, en marzo 2013 había menos gente trabajando o buscando trabajo que en marzo de 2012. Eso podía entenderse si la población total estuviera cayendo, pero, como ya se señaló, está aumentando.

Una caída tan grande de la PEA urbana en un sólo año es sorprendente. Pero es todavía más sorprendente lo que pasa con quienes la conforman. Dentro de la población económicamente activa están los ocupados, los subempleados y los desempleados. Los ocupados son aquellos que trabajan a todo su potencial y su número se redujo (sí, se redujo) en 112.000 personas. Dicho en otras palabras, las personas que estaban ocupadas a plenitud se redujeron en 112.000 en el año que terminó en marzo.

El segundo componente de la PEA son los subempleados, es decir, aquellas personas que están subutilizando su capacidad en trabajos improductivos o en temas difíciles de clasificar. Esos crecen en 48.000.

Finalmente los desempleados caen y son, en marzo 2013, unos 18.000 menos que un año antes. En resumen, el número de personas buscando trabajo o trabajando (ya sea usando sus capacidades plenamente o subutilizándolas) cae, como se señaló al comienzo, en unas 82.000 personas. En marzo 2013 había menos gente trabajando que en marzo 2012. Y también buscando trabajo.

¿A dónde se fue esa gente? Pues a la «población dependiente», es decir a la población que no trabaja y que depende de otros. Depende de sus padres, de sus hijos o del Estado. Quizás no necesita trabajar, quizás se cansó de buscar trabajo.

¿Cómo entender este rompecabezas? Hay varias explicaciones posibles. Una es que hay tan poco empleo que la gente ya ni lo busca, otra es que el aumento de los bonos ha quitado incentivos para trabajar, otra es que los datos o la encuesta tengan algún tipo de error. El hecho final es que el desempleo cayó, pero como que no suena a un avance de verdad.

* El texto de Vicente Albornoz ha sido publicado originalmente en El Comercio.

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