Silencio absoluto

Marlon Puertas
Guayaquil, Ecuador

Una llamada incómoda: buenas, lo molesto porque quería saber su opinión respecto a la conveniencia de la propuesta presidencial sobre el puerto de aguas profundas. ¿Cómo? ¿No le interesa hablar del tema? Pero si usted es una persona que tiene experiencia en el asunto y ha estado muy involucrado en esta área. ¿Que puede ser malinterpretado? ¿Que no quiere arriesgarse a una confusión? ¿Qué prefiere, por ahora, reservarse lo que piensa? Bueno, es su derecho. Yo creo que usted tiene miedo de hablar. Un reclamo riesgoso: buenas, mire licenciada, no es justo que después de cuatro años de haber vendido mi carro, ahora me salgan multas a mi nombre, cuando el responsable es la persona que no ha hecho el traspaso. Sí yo sé, que es su responsabilidad pero necesito que ante la lentitud de este señor, quede constancia de alguna forma.¿no me pueden ayudar? Un momentito, no puede tocar el timbrecito para que venga la siguiente persona con el tiquet de atención, yo sigo aquí. Escúcheme por favor.

Exijo la atención que merezco como ciudadano. ¿Que no puedo utilizar la palabra exijo? ¿Qué eso puede significar la falta de respeto a un funcionario público? ¿Qué aquello está tipificado y castigado en el artículo 332 del Código Penal? ¿Y que me puedo ir de ocho a 30 días a la cárcel si es que usted me denuncia por esta falta? Sí, ya lo leí. Está pegada la advertencia, por todos lados, en esta oficina pública. No me quiero ir preso. Disculpe. Buenas tardes licenciada.

Una emergencia sin apuro: buenas, la llamo porque necesito una consulta de urgencia con el doctor del IESS. Me siento mal.¿la espero un ratito? La espero. No ha sido tan ratito. Bueno, le decía que mi malestar viene de hace varios días, es un dolor agudo en el abdomen, es fuerte, no me pasa ni con las pastillitas que he tomado. Sí, yo sé que está mal automedicarse. Pero usted no sabe lo que se siente con este dolor. Uno solo quiere que pare. ¿Para cuando la consulta? ¿Un médico general para que me revise primero? Está bien, pero dígame por favor si es mañana a que hora. ¿Qué mañana no? ¿Qué para este mes, tampoco? ¿Que todos los médicos están ocupados? ¿Qué no hay nadie que atienda mi emergencia inmediatamente? No puede ser, estoy enfermo, no puedo esperar tanto. Ayúdeme, haga algo. ¿No puede hacer nada por mí? ¿Así funciona el sistema? ¿Qué agradezca que si voy a tener atención así sea dos meses después? Puede que tenga razón, peor es nada. Gracias.

La duda sin respuesta: buenas, lamento incomodarlo con este tema, pero yo quisiera saber su explicación respecto a que antes de ocupar un cargo público usted estaba prácticamente quebrado. Tenía deudas por doquier, juicios de bancos, sus empresas pagaban 0 de impuesto a la renta. ¿Su sueldo le dio para resolver todos sus problemas, para crear nuevas empresas que les va muy bien, para que sus jóvenes hijos también las tengan? ¿Qué me pasa? A mí nada. ¿Qué si sé con quien estoy hablando? Obvio. ¿Qué le han hecho veinte auditorías? No lo dudo. ¿Qué me atenga a las consecuencias? ¿Qué me caerá encima todo el peso de la ley de Comunicación, del Código Penal? Eso es mucho, no lo llamé nunca.

Este texto fue publicado originalmente en el Diario Hoy

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