El Tungurahua deja de rugir, pero el peligro sigue latente

Débiles emisiones de vapor de agua. El Tungurahua se ha dejado ver en las últimas horas con menor actividad respecto a las semanas anteriores, según informa la web del Instituto Geofísico.  En los últimos cinco días los valores del registro de este gas han continuado disminuyendo. Las últimas explosiones ocurrieron el 31 de julio y desde el día 3 de agosto ya no se han reportado caídas de ceniza.

También han disminuido los sismos conocidos como tipo LP, aunque los «sismos de fractura» se han incrementado «tanto en número como en magnitud», implicando un continuo fracturamiento de roca en el interior del cono por el probable empuje de un nuevo volumen de magma que vendría de zonas más profundas.  Corroborando la sismicidad indicada, la deformación de los flancos superiores del cono aún se mantiene, dado que el inclinómetro de la parte superior del volcán muestra una progresiva inflación.

El reporte del Instituto Geofísico señala que»estas evidencias sugieren que hay un bloqueo en la parte superior del conducto que impiden un desfogue normal de los gases, permitiendo que estos se acumulen en la parte interior del cono superior.  Este comportamiento es diferente al observado entre el 14 de Julio y los primeros días de agosto donde se consideró que el conducto volcánico estaba relativamente abierto al registrarse numerosas explosiones, emisiones de vapor y ceniza y se produjo incluso el descenso de un flujo piroclástico el 28 de julio».

Bajo las circunstancias actuales, existe la probabilidad de que se produzca un incremento de presiones en el interior del conducto volcánico que pueda romper el tapón, produciendo explosiones importantes con la expulsión de gases magmáticos, cenizas y posiblemente el descenso de flujos piroclásticos.

Más relacionadas