Miami Beach se prepara para el «Urban Beach Weekend»

Miami Beach despliega desde este viernes un gran dispositivo policial ante la llegada del «Urban Beach Weekend«, en el que miles de jóvenes afroamericanos invadirán las calles con música, bailes y vehículos «tuneados», en un fin de semana que suele terminar con numerosos incidentes y centenares de detenidos.

Bobby Hernández, sargento de la Policía de Miami Beach, ha explicado a Efe que la estrategia utilizada últimamente para brindar seguridad a este festival del hip hop es la de un estadio, «en la que la isla de Miami Beach es el estadio, y hay que controlar la cantidad de vehículos y personas que pueden entrar».

Hernández ha recordado que durante 2005 fueron detenidas 1.006 personas durante los tres días de la celebración, es decir el 10 por ciento del total de los arrestos de ese año.

Va a ser una zona de «tolerancia cero», advierte el sargento, y asegura que ningún otro gran evento como por ejemplo los festivales de autos o la Super Bowl se puede comparar con esta celebración durante el puente festivo en el que Estados Unidos honra a los veteranos y a los caídos en combate.

La llegada prevista de cerca de 300.000 visitantes de todo el país, e incluso de fuera, se ha convertido en un reto para las autoridades de esta ciudad del sur de Florida, que el año pasado realizó 414 arrestos durante los tres días del fin de semana de «Memorial Day».

La Policía, que suele pedir el apoyo de otros departamentos del condado Miami-Dade, está confiada en que este año puedan reducir los incidentes.

Hernández ha informado de que hasta el medio día de hoy se han presentado 27 arrestos, la mitad de los registrados en el mismo período del año pasado.

Según el sargento, a partir de hoy unos 600 agentes controlan a las multitudes que vienen a disfrutar de un festival que carece de un organizador único y que es fruto de varias iniciativas espontáneas y se plasma en innumerables fiestas del hip hop en los clubes cercanos a la costa.

La celebración se complementa con espectaculares días de playa durante el que es considerado el inicio extraoficial del verano y que este fin de semana aportará, como siempre, un caluroso clima.

Este año las autoridades turísticas han anunciado una ocupación hotelera que supera el 80 por ciento y que se prevé repercutirá en las ventas para el comercio en general de la zona.

Sin embargo, desde su creación, «Urban Beach Weekend» es tradicionalmente una moneda de dos caras para los habitantes de Miami Beach y sus visitantes habituales.

Aquellos que regularmente acuden a este turístico lugar lleno de restaurantes, tiendas, bares, clubes, hoteles y playas, tratan de evadirlo durante este festival, lo cual hace que algunos propietarios de negocios cierren sus puertas.

Muchos de estos clientes huyen de las congestiones de tráfico y de los visitantes e incluso algunos residentes de Miami Bech, especialmente los de South Beach, el extremo sur de la isla, dejan la ciudad.

Esta comunidad se ve afectada por el cambio de sentido en la circulación de las vías, las restricciones de vehículos, el cierre de calles y la reducción de carriles en las autopistas, todo con el objetivo de mejorar el tráfico y controlar a posibles conductores embriagados o drogados.

A esto se suma que Alton Road, una de las cuatro principales vías de esta angosta isla, se encuentra en obras, lo cual ayudará a fomentar el caos circulatorio.

Hernández, quien reconoce que los incidentes durante el primer festival los cogió por sorpresa, indicaba que han ido mejorando la seguridad del evento.

Sin embargo, desde entonces, nunca han faltado los conflictos con los residentes locales, los enfrentamientos con la policía y los incidentes de toda índole.

El más recordado ocurrió en 2011 cuando un afroamericano murió a manos de la policía en un espectacular tiroteo cuya investigación sigue en curso.

Raymond Herisse, de 22 años, con 0,14 % de alcohol en sangre y un arma en el automóvil recibió 16 de los más de cien tiros que disparó la policía en cuestión de cinco segundos y que también hirieron a cuatro transeúntes. EFE

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