Los X-Men hacen una pirueta narrativa para reunir a todos los protagonistas

La saga X-Men es de las que más se ha adaptado y modificado para seguir exprimiendo un producto muy rentable y en su nueva entrega «Days of Future Past» riza el rizo con una historia más que complicada y rocambolesca para poder reunir en la misma película a todos sus protagonistas.

Primero fue sacar de la historia principal al Wolverine que interpreta Hugh Jackman y después rejuvenecer a los actores y comenzar con una saga de precuelas. Y ahora el director Bryan Singer y los autores del guión dan un salto mortal sin red para lograr lo que parecía imposible.

Patrick Stewart, Ian Mckellen, Hugh Jackman o Halle Berry de las primeras películas y Michael Fassbender, James McAvoy, Jennifer Lawrence, Nicholas Hoult o Ellen Page de la segunda vida de la saga que comenzó con «First class», comparten esta nueva historia en una mezcla en la que hay demasiados elementos para que el resultado complazca a todos.

Porque uno de los principales fallos de la historia es querer meter a todos los personajes y darles a cada uno una pequeña parte de protagonismo.

Eso complica una narración de por sí complicada por los saltos en el tiempo en que se basa la historia y que es lo que permite reunir a todo ese equipo de actores.

La historia comienza en un futuro muy negro en el que los mutantes están amenazados por los Centinelas, una especie de robots creados por el hombre sobre la base del ADN de uno de los mutantes más poderosos por su capacidad de transformación: Mystique (Lawrence).

Para buscar a Mystique y tratar de cambiar el pasado e impedir de paso su exterminio en el futuro, Wolverine viaja nada menos que a 1973, donde la estética floreada y de pantalones acampanados introduce un elemento visual muy divertido.

También contribuye a la diversión el marear al espectador con la posible implicación de algunos mutantes en la muerte de Kennedy o en la crisis de los misiles de Cuba, puntos de humor que permiten distender una historia que tiende en exceso al dramatismo.

Como siempre en cada una de las seis entregas anteriores, Wolverine es el personaje mejor dibujado y que mejor parado sale de la historia, debido sobre todo a que Jackman no se toma a sí mismo demasiado en serio.

El resto de los X-Men son entretenidos, especialmente Magneto y Profesor Xavier en sus dos variantes -Mckellen/Fassbender y Stewart/McAvoy- y en su particular y filosófico enfrentamiento.

Las escenas de acción están bien rodadas pese a que hay alguna que se excede y resulta bastante poco creíble -si es que hay algo veraz en estas películas-, como una en la que Magneto levanta un estadio entero.

«Days of the Future Past», recién estrenada en todo el mundo, tratará de seguir en la estela taquillera de sus predecesoras para permitir así que la saga continúe con la ya prevista «Apocalypse». EFE

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