Juan Manuel Santos, reelegido presidente de Colombia

BOGOTA, Colombia (AP) — Juan Manuel Santos ganó de manera convincente la reelección presidencial el domingo en la contienda presidencial más apretada en 16 años, que significó un aval a las conversaciones de paz para poner fin al conflicto armado más largo del hemisferio occidental.

Santos derrotó al candidato derechista por el movimiento Centro Democrático, Oscar Iván Zuluaga, con el 53 por ciento de los votos frente al 47 por ciento de sufragios del contendor, con el 98 por ciento de las mesas electorales contadas en menos de una hora desde que se cerraran de las urnas.

Zuluaga contaba con el respaldo del popular expresidente Álvaro Uribe Vélez (2002-2010), a quienes consideraban el verdadero contendor de Santos.

En una breve intervención, el opositor Zuluaga felicitó a Santos por su triunfo.

«Debo hacerlo por convicción democrática: en primer lugar felicitar al presidente Santos por su triunfo», dijo en compañía de su familia. «Hemos dado una batalla llena de ideas y de propuestas y de ilusión por Colombia, una batalla enfrentando todo tipo de obstáculos, enfrentando una maquinaria estatal que tiene todo a su favor».

Durante la campaña Zuluaga y Uribe habían acusado a Santos de entregar a Colombia en los 18 meses de negociación que lleva el gobierno con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, FARC, en La Habana.

Zuluaga insistía en que detendría las negociaciones a menos que los rebeldes cesaran las hostilidades, los secuestros y reclutamiento de menores de manera indefinida, lo que para analistas consultados significaba romper con los diálogos de paz.

El resultado electoral constituye en buena medida un espaldarazo al proceso de paz después de medio siglo de conflicto que ha cobrado más de 200.000 vidas, la mayoría de civiles.

Uribe, enemigo acérrimo de las guerrillas, ha sido partidario de la vía militar para combatir a los grupos ilegales.

«Tenemos un agradecimiento con Álvaro Uribe Vélez», dijo Zuluaga. «Él y su familia no ahorró esfuerzo para acompañarme en esta lucha. Perdimos con altura y entereza. Seguiremos en la lucha».

Se trató de una de las campañas presidenciales más sucias en años con acusaciones entre ambas partes. Uribe aún insiste en promover denuncias de fraude presuntamente perpetrado por la campaña santista hasta el cierre de las urnas.

La victoria de Santos, quien casi que triplicó los votos que obtuvo en la primera vuelta presidencial, también fue posible por las alianzas políticas que tejió en los últimos 20 días con la mayor parte de la izquierda, los partidos Unión Patriótica, el Polo Democrático Alternativo y el movimiento progresistas.

El mandatario también obtuvo el respaldo de 80 líderes empresariales del país la semana pasada cuando anunció el inicio de las conversaciones exploratorias con el Ejército de Liberación Nacional, otro grupo rebelde de Colombia, que mucho más pequeño.

Contabilizadas 99,8% de las mesas de votación de todo el país, Santos tenía 7.809.196 o 50,9% de votos frente a 6.902.552 o 45% de Zuluaga.

La abstención disminuyó con respecto a la primera vuelta pero fue superior a 53%.

La sede de campaña de Santos en Bogotá ya empezó a celebrar los resultados mientras se aguarda la llegada del mandatario.

Santos, economista educado en la Universidad de Kansas, es veterano de tres gabinetes presidenciales colombianos, donde antes de ser presidente fue Ministro de Defensa, Hacienda y Relaciones Exteriores.

El martes se conoció que el gobierno y el Ejército de Liberación Nacional (ELN), la segunda guerrilla del país después de las FARC, iniciaron la fase exploratoria para un eventual proceso de paz.

El general en retiro Freddy Padilla de León indicó que «se ganó el segundo partido, pero ahora hay que golear la violencia y buscar la paz. Tenemos que unirnos todos para lograr una Colombia en paz».

Por su parte, el congresista de izquierda Iván Cepeda dijo estar «contento porque ha triunfado la continuidad de los procesos de paz y vamos ahora a construir esa paz tan anhelada».

En tanto, el senador electo José Obdulio Gaviria destacó la votación conseguida por Zuluaga y dijo que hizo mucho pese a sus limitaciones.

Según Gaviria, el Centro Democrático seguirá siendo el principal partido de la oposición.

Zuluaga y Uribe han acusado a Santos de ofrecerles un pacto de impunidad a los guerrilleros. Pero Santos, de 62 años, negó que los acuerdos implicaran que dejaría en libertad a los guerrilleros que hayan cometido crímenes de lesa humanidad.

Más allá de las apuestas por la paz, Santos ha mejorado las relaciones con los gobiernos izquierdistas de la vecina Venezuela y Ecuador, en un agudo contraste con el gobierno de Uribe.

Sin embargo, Santos carece de «simpatía» y tiene «un grave problema de confianza», dijo el analista Adam Isacson, de la Oficina de Washington para América Latina, para quien el presidente ha sido «incapaz de librarse de la imagen de un aristócrata de Bogotá, que no tiene contacto con la gente, que promete mucho y cumple poco».

Santos es sobrino nieto de un expresidente colombiano, Eduardo Santos, y pertenece a un clan bogotano que fue propietario del diario más influyente del país, El Tiempo, por más de 90 años.

Como ministro de Defensa de Uribe y el entonces presidente, ayudó a profesionalizar militar respaldado por Estados Unidos de Colombia y esgrimió que se debilitan gravemente las FARC, incluyendo la muerte de sus tres principales líderes.

La consultora en negocios María Eugenia Silva dijo que votó por Santos, a pesar de sus defectos, porque estaba en contra de Álvaro Uribe. Silva dijo que en los ocho años de gobierno de Uribe se produjeron los «escándalos más grandes» de corrupción.

Con Zuluaga en el poder y Uribe tras bambalinas, se habrían reducido las posibilidades del exmandatario pueda enfrentar un juicio por presuntos crímenes, incluyendo violaciones de derechos humanos.

Durante el gobierno de Uribe, se documentaron cientos de casos de ejecuciones extrajudiciales de civiles inocentes para aumentar el conteo de guerrilleros muertos en combate, casos de espionaje ilegal a opositores, magistrados y periodistas, y la canalización de subsidios agrícolas a ganaderos adinerados.

Uribe ganó un escaño en el Senado en marzo, después de que la Corte Constitucional declarara ilegal la relección indefinida.

Zuluaga era respaldado por ganaderos y propietarios de plantaciones de aceite de palma, que fueron beneficiarios de un acuerdo con grupos paramilitares de extrema derecha, realizado durante el gobierno de Uribe, a cambio de que desmovilizaran sus milicias.

Grandes terratenientes habían consolidado el control sobre estos territorios que las milicias de derecha habían librado del asedio de los rebeldes, en un conflicto que dejó a unos tres millones de colombianos pobres sin tierra.

Como parte del proceso de paz, se espera que devuelvan cientos de miles de hectáreas de tierras robadas.

El ritmo lento de las negociaciones de paz no ayudó a Santos. Al momento se han hecho acuerdos marco sobre la reforma agraria, participación política de los rebeldes, desmantelamiento del comercio ilegal de drogas y reparación de las víctimas.

Analistas dicen que Santos podría haber hecho un mejor trabajo comunicando los logros del proceso para ganar el apoyo del público.

Una encuesta de la empresa Invamer-Gallup encontró que menos del 5 por ciento de los encuestados cree que las FARC sea el principal problema del país. Para muchos, temas como el empleo, la educación y la salud son mucho más importantes.

Colombia ha crecido en promedio un 4,5 por ciento anual en los últimos cuatro años, y se crearon 2,5 millones de puestos de trabajo. Pero los analistas dicen que el presidente ha hecho muy poco por mejorar la educación, la salud y la infraestructura del país.

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El presidente de Colombia y candidato a la reelección, Juan Manuel Santos, celebra luego de que fuera reelegido con un 50,93 % de los votos de la segunda vuelta de las presidenciales, en las que tuvo como rival al uribista Oscar Iván Zuluaga, que obtuvo un 45,02 %. EFE/LEONARDO MUÑOZ

En esta foto del divulgada por la presidencia de Colombia, el presidente cubano Raúl Castro, a la izquierda, saluda al presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, durante un encuentro en La Habana, Cuba, el mi´ércoles 7 de marzo de 2012. El mandatario colombiano informó el miércoles que no pudo invitar a Cuba para asistir a la próxima Cumbre de las Américas, en Cartagena, porque es un tema en el que no existe consenso entre los asistentes al cónclave, pero que espera que pueda resolverse para la próxima reunión hemisférica prevista en Panamá¡. (AP foto/Presidencia de Colombia)
En esta foto del divulgada por la presidencia de Colombia, el presidente cubano Raúl Castro, a la izquierda, saluda al presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, durante un encuentro en La Habana, Cuba, el mi´ércoles 7 de marzo de 2012. El mandatario colombiano informó el miércoles que no pudo invitar a Cuba para asistir a la próxima Cumbre de las Américas, en Cartagena, porque es un tema en el que no existe consenso entre los asistentes al cónclave, pero que espera que pueda resolverse para la próxima reunión hemisférica prevista en Panamá¡. (AP foto/Presidencia de Colombia)
El líder de la oposición venezolana, Henrique Capriles, recibido por el presidente Juan Manuel Santos, el 19 de septiembre de 2012, en el Palacio de Nariño, en Bogotá. AP
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Los presidentes Santos y Correa, en el balcón de Carondelet.
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