Gaultier se despide del prêt-à-porter para fortalecer su perfume y su marca

Su prêt-à-porter le valió el título de «enfant terrible» de la moda en los años ochenta y ahora, tras casi cuatro décadas de carrera, el modisto francés Jean Paul Gaultier se dispone a decir adiós a sus líneas industriales para concentrarse en la alta costura y, sobre todo, en la perfumería.

Mañana presentará en la Semana de la Moda de París su última colección para el gran público, tras el comunicado del pasado 15 de septiembre en el que la firma, propiedad del grupo español Puig desde 2011, anunciaba que cesaría la producción de las colecciones de prêt-à-porter de mujer y hombre.

A partir de ahora, Jean Paul Gaultier enfocará su negocio hacia los perfumes, a los que sin duda darán promoción los exclusivos desfiles de alta moda, y a las colaboraciones con otras empresas, como las que ya ha realizado para marcas como Coca Cola.

«Si el prêt-à-porter no funciona lo suficientemente bien, es interesante conservar la alta costura porque ayuda a impulsar el negocio de perfumería», aseguró a Efe Imran Amed, director de Business of Fashion, uno de los medios de referencia en el sector.

El hecho de que Gaultier haya construido una marca que despierta «emociones y sentimientos» le sirve ahora de salvavidas para mantenerse en un mercado cada vez más competitivo, aunque ello implique renunciar a lo que le ha dado la fama.

Le ayudará en este tránsito la experiencia de su accionista Puig en el mercado de las fragancias, en el que cuenta con marcas como Paco Rabanne o Nina Ricci, que actualmente son más conocidas por su olor que por sus puntadas.

A esta especialización se suma la frustración que Gaultier transmitió a la revista especializada WWD de no disponer de libertad ni de tiempo para «explorar ideas frescas e innovar», al estar sometido a un calendario que le exige dos colecciones de mujer, dos de hombre y dos de alta costura al año.

Por este motivo, esta reconversión del negocio se presenta como una jubilación dorada para el modisto de 62 años: a partir de ahora podrá dar rienda suelta a su creatividad en la vistosa alta costura y seguir así haciendo soñar a la clientela.

Didier Grumbach, quien acompañó a Gaultier como presidente de la Federación Francesa de la Costura y del Prêt-à-Porter durante los últimos dieciséis años, recuerda que «es un oficio en el que es muy difícil elegir y continuar eternamente», por lo que para él es una buena noticia que pueda dedicarse exclusivamente a su pasión.

«La casa Jean Paul Gaultier podrá regresar al prêt-à-porter cuando quiera y seguramente así lo desee algún día», añadió Grumbach, una de las personalidades más respetadas en la industria en París.

Su primera colección para mujer vio la luz en 1976 y la masculina en 1984, pero no fue hasta 1997 cuando comenzó a desfilar en la alta costura.

Esta aguja que revolucionó la moda de los años ochenta al atreverse a romper las fronteras de género es hoy en día una figura clave de la moda y son recordadas por el gran público sus camisetas marineras de rayas, sus faldas para hombre y el icónico corsé que diseñó para Madonna.

Mañana a las 17h00 horas GMT ha convocado a la industria para su desfile de despedida del prêt-à-porter, que promete ser más llamativo que nunca, en el Grand Rex, una de las salas de cine y espectáculos más grande de Europa.

Cómo será su última presentación en esta liga es todavía un misterio, lo único que se puede imaginar, a juzgar por la invitación, es que se plantea como la elección de «Miss Jean Paul Gaultier». EFE

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