Artur Mas busca satisfacer expectativas de población catalana

El presidente de la Generalitat de Cataluña, Artur Mas, se enfrenta al dilema de satisfacer las expectativas de los catalanes que aspiran a votar en una consulta soberanista y a la vez asumir una postura que no les perjudique, afirmó hoy el conseller de Territorio catalán, Santi Vila.

Vila hizo esta afirmación en una conferencia que dictó, en su calidad de académico, en el Museo Nacional de Antropología de la capital mexicana y que tituló «¿Qué está pasando en Cataluña, la respuesta catalana a la concurrencia de crisis».

El conseller se encuentra de visita de trabajo en México y el lunes acompañó a una misión empresarial del puerto de Barcelona en un acto público, además de sostener reuniones privadas con empresas mexicanas con intereses en Cataluña, como la cementera Cemex o la aerolínea Aeroméxico.

«Artur Mas tiene el reto de no frustrar las esperanzas, la ilusión de millones de ciudadanos que se han movilizado y al mismo tiempo no tomar ninguna decisión que pueda perjudicarles», indicó Vila en su intervención sobre los cruciales días que se aproximan para el conflicto catalán.

Se preguntó también hasta dónde está dispuesto a llegar el nacionalismo catalán y qué sacrificios está dispuesto a hacer frente a «una ecuación difícil» como la que se plantea.

No obstante, se mostró optimista sobre la posible solución del conflicto, «convencido» de que el Gobierno central y el autonómico serán «capaces de encauzar este conflicto y darle la solución democrática y de progreso que se merece».

«Quiero pensar que al final el optimismo y la sensatez prevalecen. Me cuesta imaginar que haya alguien dispuesto a poner en riesgo los mejores 40 años de la historia de España y de Cataluña en los 2.500 años», enfatizó.

Asimismo aclaró que el movimiento soberanista que lidera Mas no está fundamentado en la identidad, la historia, ni siquiera en la lengua de ese territorio sino en un proyecto político de futuro basado en la modernidad.

«El nacionalismo político catalanista deja de ser de base identitaria, romántica, y se convierte en el nuevo soberanismo, que se justifica tan solo por el proyecto de presente y futuro», manifestó.

En opinión de Vila, el gran debate en torno a Cataluña es si debe imperar la legitimidad o la legalidad.

«Los que estamos convenidos de que hay que respetar la ley decimos que hay que cambiar las leyes para ajustar legalidad y legitimidad», pero hay «otra sensibilidad ciudadana, que es muy importante, que no es partidaria de esa solución», sino de «imponer la legitimidad» y la «desobediencia civil», opinó.

El conseller elogió también la reacción del primer ministro británico, David Cameron, tras el reciente referéndum de Escocia, y consideró que «esa actitud contrasta con la absoluta intransigencia del Gobierno del Estado español, que ha utilizado la ley como texto, no pretexto».

En su exhortación a modificar la Constitución española para dar cabida a la consulta convocada para el 9 de noviembre por la Generalitat, opinó que «lo más paradójico del momento» es que la Carta Magna ha quedado «absolutamente secuestrada por los sectores que más la combatían» en su origen.

Asimismo señaló que el Caso Pujol «en ningún modo» perjudica al movimiento soberanista, «al contrario, lo refuerza», porque esta corriente «se basa en la expectativa de futuro y tiene un carácter meramente instrumental».

La consulta es «tan solo una palanca, un instrumento para hacer una sociedad mejor», añadió Vila al aludir la postura del Gobierno catalán respecto al expresidente autonómico, que calificó de «moderna y exigente desde el punto de vista ético».

Recordó que tres días después de que Pujol difundiera la carta en que admitía la existencia de dinero de su familia sin declarar en el extranjero, Mas retiró «todos sus honores, su sueldo, su despacho institucional, su coche oficial».

Pese a ello, recalcó finalmente que «ya quisiera haber contribuido al interés general de Cataluña en la décima parte que lo hizo» el veterano político catalán. EFE

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