Oscar Vela Descalzo: hay que leer para ser libres

El escritor ecuatoriano Oscar Vela en entrevista con Jorge Ortiz. Foto La República.

El escritor ecuatoriano Oscar Vela Descalzo participó en el programa ‘24/7 con Jorge Ortiz’, donde ofreció un diagnostico de la literatura global, latinoamericana y ecuatoriana.

En primer lugar, el autor de ‘Desnuda oscuridad’ confesó no haber leído al último Premio Nobel de Literatura, el novelista francés Patrick Modiano. A su parecer, la Academia Sueca ha venido desarrollando una estrategia que no consagra autores sino presentarlos para que se los conozca. A su criterio los últimos autores que sí se han consagrado y no solo se ha presentado son Alice Munro y Mario Vargas Llosa.

Sus candidatos predilectos para el Nobel eran: Milan Kundera, Philip Roth y Cormac McCarthy.

Vela piensa que la literatura vive un gran momento, sobre todo a nivel europeo y asiático, y destaca la figura del israelita Amos Oz. En el contexto latinoamericano, Vela identifica un despertar en la literatura colombiana, con nombres de autores relativamente jóvenes que se han destacado como Juan Gabriel Vásquez, William Ospina y Santiago Gamboa.

El autor de ‘Yo soy el fuego’ no considera que un fenómeno de la magnitud del Boom Latinoamericano de Literatura se repita fácilmente. “Son esos momentos que tienen muchísimas estrellas en el firmamento”, comenta Vela, pero considera que los escritores latinoamericanos se han vuelto globales, “ya no (es la literatura) local casi pueblerina de aquella época, son escritores que piensan, escriben y leen de todo”.

En la lengua castellana, al igual que Jorge Ortiz, piensa que la voz más poderosa es la del novelista español Javier Marías. Detrás de Marías ve a otros destacados escritores españoles como Antonio Muñoz Molina o Javier Cercas.

En cuanto a nuestra tradición ecuatoriana, Oscar Vela identifica nuevas voces de gran calidad como la de la escritora Gabriela Alemán, con su último libro de relatos ‘La muerte silba un blues’, y cuentistas como Solange Rodríguez y Marcela Ribadeneira. “Sin duda con capacidad de proyectarse (en el exterior)”, comenta.

Otro ámbito donde la narrativa ecuatoriana cuenta con mucha producción, y de calidad, es, a su criterio, la literatura infantil y juvenil. En sus épocas, recuerda, les hacían leer a los alumnos castigados.

Preguntado por Jorge Ortiz sobre la posibilidad de que estemos asistiendo al fin del libro, Oscar Vela responde: “Yo me aferro absolutamente al libro”. Sobre todo, confiesa, al libro de papel que los puede tener en su biblioteca, incluso olerlos. “Yo no creo que desaparezcan, varían un poco las estadísticas: la gente que se compró los Kindles están volviendo a leer libros de papel”, señala.

Se lamenta de que los índices de lectura en el Ecuador sean tan bajos: medio libro al año. “Vivimos en una sociedad acostumbrada a la inmediatez, a la televisión, a los programas basura y muy poquito al cultivo personal”, reflexiona Vela y concluye que la sociedad que tenemos es el resultado de todo eso: “una sociedad en la que no protestas, no dices nada, eres sumiso, si te coartan derechos te quedas callado, hay que leer para ser libres”.

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