¿Es posible industrializarnos?

Gonzalo Orellana
Londres, Reino Unido

El cambio de matriz productiva que emprendió el gobierno hace algunos años apunta básicamente a un proceso de industrialización, entendiéndose esto como el incremento del peso de la industria dentro del PIB, del total del empleo y de las exportaciones.

¿Por qué le interesa al Ecuador industrializarse? Por las mismas razones que le ha interesado a muchos otros países. Industrializarse es positivo por los incrementos de productividad asociados a este sector de la economía, pues la productividad se traduce en crecimiento económico. De acuerdo a un estudio de la consultora McKinsey a nivel global, alrededor del 70% de los incrementos de productividad global están ligados al sector de las manufacturas, muy por encima de la agricultura o los servicios. En ese mismo estudio se estimaba que alrededor del 90% de la investigación y desarrollo también está ligada a este sector. La mayoría de países que ha conseguido desarrollarse lo hizo industrializándose, aun si después se desindustrializan como es el caso de varias naciones desarrolladas, el proceso de industrialización genera enormes beneficios.

¿Por qué no lo consiguen todos los países? Pues porque para conseguirlo es necesario contar con unas condiciones internas y externas que no son fáciles de obtener. En cuanto a las internas los requisitos son: buenos niveles de infraestructura, mínimos niveles de educación (la mayor parte de empleos que genera requieren por lo menos de un nivel educativo de bachillerato o contar con educación técnica), entorno legal e institucional sólido pues las inversiones suelen ser significativas y de largo plazo, entre otras. A nivel externo, el éxito de los procesos de industrialización depende del rol de los países en las cadenas globales de valor, y aunque este rol puede cambiar si hay cambios en las condiciones internas, no es fácil para un país moverse a lo largo de dichas cadenas.

Ecuador cumple con estos requisitos? La respuesta no es fácil de contestar y seguramente dependerá del tipo de industria, pues no es lo mismo producir textiles que aviones. Es indudable que la infraestructura ecuatoriana ha mejorado considerablemente y contar con energía barata por la entrada en funcionamiento de las hidroeléctricas ayudará a hacernos más competitivos. Con respecto a la educación, hay un serio déficit, pues el país apenas cuenta con educación técnica y aunque los niveles de escolaridad se han incrementado en la última década, históricamente el nivel educativo promedio de los ecuatorianos ha sido bajo. Finalmente con respecto al marco jurídico e institucional, una vez más vemos debilidades históricas que no han sido solucionadas, así como la ausencia de propuestas interesantes como las Zonas Especiales de Desarrollo Económico (ZEDE) o Zonas de Procesamiento de Exportaciones que han sido muy exitosas en países asiáticos como China, Malasia o Singapur y que si se implementan bien, pueden servir como catalizadores para reformas más amplias a nivel nacional.

La estrategia elegida por el gobierno tiene elementos interesantes: la mejora de infraestructura tanto energética como logística (carreteras, aeropuertos, etc) o la creación de Institutos Técnicos, aunque en este caso el proceso ha sido bastante lento. Adicionalmente han considerado la creación de Zonas de Desarrollo especial, por ejemplo en Yachay o la adyacente al nuevo aeropuerto de Quito, que todavía no han empezado a operar, pero que pueden ofrecer una forma rápida de creación de industrias con énfasis en la exportación. Y es este último punto el más importante de todos. Los críticos a los planes del gobierno acertadamente mencionan que Ecuador y Latinoamérica ya intentaron industrializarse en los 70 y fracasamos; el principal problema de aquel intento fue su enfoque en sustituir importaciones con producción local, cuando lo que hay que hacer es sustituir importaciones con exportaciones. La única manera de conseguir industrias competitivas es exportando, pues solo cuando se compite a nivel internacional se alcanzan los niveles de productividad que generan altos niveles de crecimiento.

La complejidad del tema da para más de un artículo, sin embargo se puede destacar algunas cosas que el país debe hacer: trabajar en la competitividad estructural, entiéndase el precio de la energía, la facilidad para crear una empresa, reducir los costos para exportar, etc. Lo segundo es enfocarse en industrias que sean fáciles de desarrollar para el país, la agroindustria y la industria alimentaria es el ejemplo más evidente, pero otro puede ser aprovechar la enorme biodiversidad del Ecuador por ejemplo con la industria farmacéutica o química. El tercer aspecto a considerar es aplicar las mejores prácticas de otros países en el desarrollo de las ZEDEs, como herramientas para industrializarse y por último, trabajar en conjunto con el sector privado, pues la matriz productiva la generan las empresas.

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