Los hombres argentinos perfeccionan el arte de la seducción

Charly Alberti, Gustavo Cerati y Zeta Bosio, músicos de renombre y hombres imponentes argentinos. Foto de Archivo, La República.

Buenos Aires, 21 dic (EFE).- ¿De que se trata la seducción?, ¿de una arte?, ¿de un juego?, ¿de pura intuición?. Para Martín Rieznik y Mike Tabaschek, fundadores de la escuela de seducción LevantArt en Buenos Aires, la mejor analogía es la de un juego, ya que alguien que conoce y pone en práctica las bases tendrá más éxito que el resto.

Los directores de esta particular escuela, que cuenta con sedes en Colombia, Chile y Uruguay, sostienen que seducir se trata de generar atracción y «volvernos visibles para ellas», y esto no se logra con «modelos antiguos» como regalar bombones, invitar a copas o decir piropos.

«La seducción cuesta como cualquier habilidad. Nosotros no cambiamos las reglas de juego, solamente las entendimos y dijimos, bueno, esta es la forma de jugar mejor. La que sigue eligiendo es la mujer, por más seductor que sea el hombre», aseguró a Efe Rieznick.

En relación a los «alumnos», los directores aseguran que están los tímidos, aquellos que van para recuperar a una novia y resulta que la olvidan en el camino, aquellos que solo buscan sexo y se terminan enamorando de la segunda mujer que conocen y hasta los que van solo para probar.

Para los autores de «El juego de la seducción», el tímido es el perfil «mas fácil de solucionar, porque es alguien que ni siquiera empezó».

«Una vez que empieza, por ahí descubre una habilidad maravillosa, y una vez que supera ese miedo ya los problemas pasan a ser otros, porque no tiene errores previos», explica Rieznik.

Ambos «profesores» coinciden en que el alumno mas difícil es el «canchero», es decir, aquel que cree que se las sabe todas, porque no respeta una de las «bases fundamentales» que es «no manifestar inmediatamente interés sexual en la mujer, porque no es nada atractivo para ellas».

En este juego de la seducción, para Rieznik la cuestión es superarse a uno mismo, porque «todo el que aprenda de seducción y practique le va a ir bien. Creo que la base de nuestro éxito es guiar de forma adecuada a los hombres que quieren aprender de esto».

Distinto a lo que se piensa, el atractivo físico no es tan determinante. Tabaschek sostiene que «es una pequeña parte en la elección de la mujer, mínima», aunque «sí es muy importante estar aseado, no hay que confundir cuidado personal con atractivo físico».

En LevanArt la premisa es que a las mujeres lo que más les interesa es el sentido del humor, que tiene que ver con rasgos de aptitud social, de personalidad, liderazgo.

«Muchas veces los hombres entendemos que lo que para nosotros tiene que ser atractivo, también lo tiene que ser para ellas, y eso no funciona así», afirma Rieznick.

«Otras terminamos matándonos en el gimnasio o gastando mucho dinero en ropa y opacando nuestra personalidad, cuando lo que le interesa a la mujer es quién sos (eres), qué haces con tu vida, a qué te dedicas», reconoce Tabaschek.

Al respecto, Rieznick sostiene que «ellas necesitan una cierta cantidad de tiempo para entender cuáles son las pistas que le demuestran que sos una persona que a nivel social le generas atracción. Te ven hablando, interactuando y eso es lo que les gusta, no necesariamente lo físico».

Los dos coinciden en que «el primer acercamiento es fundamental. Estar tranquilos los primeros segundos es muy importante, demuestra que no estas nervioso y que entiendes la situación».

«El 80 por ciento de la comunicación es no verbal, no es la línea de diálogo que vos digas sino cómo lo decís, es cómo estás vestido, que vio ella antes de vos, cómo modulas, si sonreís o no sonreís», define Rieznick.

La conclusión, para el par de expertos, es que la seducción puede ser un campo científico, cuando se analiza; un arte, cuando se pone en práctica y un juego, porque hay reglas, bases y habilidades, pero ambos reconocen que lo importante es aprovechar el conocimiento para divertirse y, además, seducir a una mujer. EFE

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