Birdman: la caricatura

Juan Carlos Díaz-Granados Martínez
Guayaquil, Ecuador

La semana pasada circuló en las redes sociales una caricatura en la que se asociaba a Nicolás Maduro con Birdman, aludiendo a su extraordinaria facultad para dialogar con los pájaros. Pero más allá de su inesperada ignorancia para manejar los destinos de una nación, la situación de Venezuela entristece, porque las organizaciones regionales, como la OEA y la UNASUR, llamadas a mediar, no actúan como en otros casos; a pesar de que los medios de comunicación internacionales y las redes sociales han mostrado delitos de lesa humanidad durante la administración de Maduro. Su silencio y el de los presidentes de la zona, los delata como amigos que se prestan protección mutua.

En Venezuela ha sucedido de todo. Con el cuento de que tiene ingentes ingresos petroleros, Chávez y Maduro se sintieron ganadores de la lotería.   Declararon no necesitar inversión extranjera. Todo se podía hacer con fondos públicos y expropiaciones, hasta que ambos recursos se agotaron. De los 48 bancos e instituciones financieras privadas que había en el 2005, solamente quedan 17. El resto está en manos de la revolución venezolana. La bolsa de valores ha desaparecido.   La legislación, enemiga del inversionista, redujo la cadena de producción local de las empresas multinacionales a su mínima expresión y aniquiló el sector exportador privado. Ante esa situación, profesionales formados con dineros públicos y privados han emigrado hacia otros países; huyendo de la guerra civil, el desabastecimiento de alimentos, una caída del PIB del -4.5 % y la inflación del 133%.  El gobierno eliminó la prensa libre mediante leyes y expropiación. Chávez y Maduro, han intimidado y censurado a sus críticos, mientras los medios están dominados por el gobierno y sus cadenas nacionales.

El oficialismo ecuatoriano ha llorado la muerte de violadores de los derechos humanos como Muamar el Gadafi y el guerrillero colombiano Raúl Reyes. Secunda regímenes como los de Irán, Bielorrusia y Cuba, en los que la situación de los derechos humanos es catastrófica. El 26 de febrero pasado, el Ministerio de Relaciones Exteriores organizó un acto de solidaridad con el gobierno de Venezuela, en el que el canciller mostró su respaldo absoluto a la gestión de Maduro. No sé por qué me viene a la mente aquel refrán  citado por Don Quijote: “dime con quién andas y te diré quién eres”.

Es interesante notar que todos los Estados asociados con Cuba emplean la misma receta, logrando los mismos resultados. Denuncias de complots falsos contra los mandatarios, en los que fallecen personas asesinadas o son encarceladas ilegalmente. Hambre, la falta de productividad y el irrespeto de los derechos humanos de los ciudadanos son el desenlace de los pueblos que aplican la fórmula cubana. Espero que nuestro país se aleje de ese nefasto esquema y que intente mediar en la crisis venezolana, para que no pase a mayores. Situaciones como estas son oportunidades para los estadistas.

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