NUEVA YORK (AP) — Esas fotos hurtadas, subtituladas y compartidas que nos hacen sentir vergüenza, rabiar o reír a carcajadas son tan viejas como la misma Internet. Pero en estos salvajes tiempos cibernéticos, ¿existe algún recurso para las víctimas?
Los memes, por definición pequeñas bestias virales, están por todos lados, a veces apiñándose durante varios años. Tienen muchas cabezas — delincuentes deshonrosos, inocentes acosados — y hacen chiste de cualquier cosa, desde expresiones faciales raras, hasta intentos de perreo, retratos familiares y fotos de la escuela.
«Cuando una de estas mafias te elige es como el terror lovecraftiano», dijo James Grimmelmann, un profesor de la Universidad de Maryland que se especializa en leyes de Internet. «Sólo te aguarda la locura. Hacer algo al respecto puede estar más allá de tu poder como individuo».
Kyra Pringle lo vivió en carne propia.
La madre de una niña de dos años con una corta expectativa de vida debido a un raro trastorno genético publicó felizmente una foto del más reciente cumpleaños de su hija en Facebook, pero alguien la copió, la subtituló groseramente y la difundió miles de veces — a veces horriblemente alterada —, y su hija enferma fue comparada con un monstruo, un extraterrestre y un duende debido a sus singulares rasgos.
«Esto es bullying. Esto no está bien. Ella está luchado por su vida desde que llegó», dijo Pringle a la estación afiliada de la NBC WCBD-TV, cerca de su casa en Summerville, Carolina del Sur. «Ella no es un monstruo. Ella no es de mentira. Es real, está aquí».
La madre de Pringle, Linda Pringle, tuvo palabras igualmente fuertes para quienes hicieron meme de su pequeña nieta y hacen lo mismo con imágenes de otros extraños sin tener ningún tipo de contexto ni información y sin pensar más allá de su propio entretenimiento y el de sus amigos y seguidores. Algunos sitios bajaron las imágenes alteradas de la pequeña tras conocer su historia.
«Si estás allá afuera haciendo estas cosas, y piensas que es gracioso, no lo es. Este de hecho es un ser humano, es una niña, una bebé», dijo Linda Pringle a la televisora.
Compañías privadas con sus propios canales en las redes sociales enfrentan una amplia variedad de demandas para que se bajen fotos de sus sitios así como otros asuntos de contenido como violación de derechos de autor, invasión a la privacidad de alto riesgo y acoso cibernético. Pero puede ser difícil erradicar completamente contenido viral como memes de fotos.
«No toleramos el bullying ni el acoso en Facebook o en Instagram, y retiramos contenido que parece enfocarse adrede en personas con la intención de degradarlas o avergonzarlas», dijo Facebook (dueña de Instagram) en un correo electrónico en respuesta a una pregunta sobre los memes.
Aunque sí existen estándares y reglas comunitarias en muchos sitios (incluyendo Facebook con sus nuevas reglas), los memes de rutina no incluyen amenazas abiertas, discursos de odio o comportamiento que llame la atención de los que están a cargo, como un patrón de acoso dirigido a individuos identificados por nombre, ubicación o a través de otros detalles reveladores o filtraciones de números del Seguro Social, teléfonos y direcciones, dijeron algunos observadores de la red.
«No es que no exista un problema ético y un problema real que como sociedad debamos afrontar, pero la ley simplemente no intervendrá y la Primera Enmienda (de la Constitución, sobre libertad de expresión) nos dice que no lo paremos», dijo Danielle Keats Citron, una profesora investigadora de derecho en la Universidad de Maryland y autora del libro «Hate Crimes in Cyberspace» (Crímenes de odio en el ciberespacio), a la venta el 22 de septiembre bajo Harvard University Press.
Pero un movimiento en Europa ha salido en defensa de los llamados «derechos a ser olvidados» y han llamado la atención de activistas por la libertad de expresión y por la privacidad. La Corte de Justicia Europea pareció apoyar el concepto legal para la gente que quiere forzar el retiro de material viejo, irrelevante o falso que pretenda infringir su derecho a la privacidad.
La corte, el máximo tribunal de la Unión Europea, apoyó el año pasado a un hombre en España que pidió a Google que eliminara de su motor de búsqueda información sobre deudas pagadas hacía mucho. Dictaminó que Google podía ser obligada a hacerlo, pero la compañía hasta ahora ha limitado el retiro en el caso específico de su servicio en España, dejando el material al alcance de todos.
El fallo tiene amplias implicaciones en el estrecho límite entre la privacidad en línea y el derecho a la libertad de expresión a lo largo de la Unión Europea y alrededor del mundo, particularmente en Estados Unidos, donde la protección de la libertad de expresión está profundamente arraigada.
«Es muy difícil. Hemos visto el uso de no autorizado de fotos desde que tenemos fotos. Es mucho más fácil ir detrás de alguien que usa fotos con propósitos claramente comerciales, pero una vez que uno se sale del campo comercial, cuando hablamos de expresiones políticas o artísticas, en este país somos mucho más reacios a intervenir», dijo Grimmelmann.