Correa, tras reunión con el Papa: «La familia es la familia tradicional, mamá, papá e hijos»

Ciudad del Vaticano., 28 abr 2015.- El Presidente de la República, Rafael Correa, mantuvo un audiencia privada con el Papa Francisco, en la que ultimaron detalles sobre su visita de Estado y Apostólica a Ecuador del 6 al 8 de julio próximo. Foto: Eduardo Santillán / Presidencia de la República

El presidente de Ecuador, Rafael Correa, ha declarado en una entrevista a la agencia EFE y a Radio Vaticano que «la autoridad moral del Papa es inmensa». También ha dicho que la Constitución ecutoriana define al matrimonio como unión de hombre y mujer, y que en su opinión personal, «la familia es la familia tradicional, la mamá, el papá y los hijos».

La transcripción de la entrevista con el presidente de Ecuador es la siguiente:

Pregunta: Querríamos saber en primer lugar del contenido de su reunión de hoy con el papa en el Vaticano, si nos puede contar cuál es su impresión y cuál fue el contenido.

Respuesta: La impresión es la de siempre; es la segunda vez que tengo audiencia privada con el papa y no sé ni qué decir, es abrumadora la experiencia. En todo caso, mi gratitud inmensa al Santo Padre por esta oportunidad que me ha dado nuevamente para reunirnos. Y hablamos básicamente sobre el taller sobre cambio climático, de la nueva encíclica y de su próxima visita a Ecuador. Estará allá, en nuestro país, el 5, 6 y 7 de julio. Es la primera visita oficial que realiza a Latinoamérica. Ya estuvo en Brasil, pero para el Encuentro Mundial de la Juventud. Es la primera visita oficial que realiza y empieza por Ecuador, luego va a Bolivia y luego a Paraguay.

P. Señor presidente, ¿qué espera usted de esta visita apostólica a nivel de país?

R. Como jefe de Estado, voy a recibir a un jefe de Estado, que es el papa, el Santo Padre. Es una visita pastoral y como católico eso me llena de esperanza, de alegría. Creo que para creyentes o no creyentes es un enorme viento fresco que llegó a la Iglesia, llegó a Latinoamérica, que ahora llega muy particularmente a Ecuador. Creo que nos va a llenar de energía para seguir trabajando, para seguir luchando por el bien común, con todas nuestras capacidades.

P. Usted ha participado en un taller dedicado sobre todo al cambio climático y ha propuesto un cambio en las relaciones entre países ricos y países pobres en relación con el combate contra el cambio climático. ¿Qué aliados tiene usted en esta nueva idea sobre las relaciones entre países ricos y países pobres?

R.Ninguno pero así se empieza. La verdad es que estuvimos antes y después de la audiencia con el papa en el taller de las Naciones Unidas y el Vaticano, tuvieron la amabilidad de invitarme porque Ecuador ha tenido algunas iniciativas, como la Iniciativa Yasuní, que, lamentablemente, fracasó pero el concepto es válido. Yo creo que nos adelantamos un poquito a nuestro tiempo. Y eso lo dijo (el economista) Jeffrey Sachs también en el taller, en la sesión, delante de mucha gente. En todo caso creo que los argumentos son impecables, se trata de justicia ambiental, se trata de que los países generan bienes ambientales que son de libre acceso pese a que el consumo o sobreconsumo de estos bienes afectan a los bienes. Hay bienes que usted puede utilizar una y otra vez, que no nos afecta. Por ejemplo, un software, pero utilizar la naturaleza, enviar gases de efecto invernadero, etcétera, crea transtornos con el cambio climático, que es el mayor problema que tiene que enfrentar la humanidad, no solo los pobres, porque si continúa el cambio climático de pronto todos seremos pobres, si es que sobrevivimos. En todo caso esos bienes ambientales que generamos por esos bienes ambientales, sobre todo en los países de la cuenca amazónica, pulmón del planeta, por esos bienes ambientales no recibimos nada a cambio.

Pero si usted quiere utilizar conocimientos que se generan en el primer mundo -tecnología, ciencia, etcétera- tiene que pagar royalties, son productos patentados, cuando debería ser lo inverso: ese conocimiento, que no tiene lo que se llama en economía rivalidad en el consumo, deberían darse incentivos para que una vez creados la mayor cantidad de gente los pueda utilizar. Y estamos hablando básicamente de conocimientos para mitigar el cambio climático, para hacer más eficiente nuestra economía, lo que se llama la desmaterialización de nuestras economías.

Es decir, producir más con menos cantidad de energía, con menos cantidad de recursos o, lo que es lo mismo, con menos cantidad de energía-recurso. Pero, llevado este ejemplo a otros campos,como la medicina, usted sabe que hay medicinas que se las venden a mil dólares y cuestan un dólar. Lo que están (haciendo) es recuperando la inversión y obteniendo ganancias extraordinarias. Eso no tiene sentido. Cuanta más gente utilice la medicina ya creada, mayor bienestar. ¿Por qué se hace esto? Sólo por el fin del lucro, es la privatización de un bien público sin rivalidad en el consumo, técnicamente hablando es eso. Ahí se debería incentivar el consumo: una vez creado el bien, mientras más intensidad del bien, mejor. En cambio, en bienes ambientales, donde tiene efectos devastadores ese sobreconsumo, debería restringirse el consumo. Por eso hay que firmar (el acuerdo de) Kyoto. Hay que ampliar Kyoto, y presentamos el concepto de emisiones netas evitadas. Y se hace exactamente lo contrario. ¿Por qué? Porque el problema no es técnico, es político. ¿Quiénes producen bienes ambientales y quiénes consumen bienes ambientales? Por un momento imaginemos que fuera a la inversa, la situación al revés: que fuesen los países desarrollados los que generan bienes ambientales, y nosotros los contaminadores: ya nos hubieran invadido para exigir una compensación. Entonces es un problema político, más que técnico. Ahí se trata de lograr la justicia ambiental.

P. Señor presidente, ¿existe un equilibrio entre el derecho al desarrollo sostenible y el derecho de la naturaleza?

R. Yo creo que sí, ahora, no hay que olvidar, cuidado y no caigamos en extremismos: antes se creía que el ser humano era lo único importante en la naturaleza, y se despreciaba la naturaleza, fuente de vida. Se creía que la economía funcionaba solita, con la ley de oferta y demanda, los precios, cuando es parte de un sistema mayor, que se rige por leyes físicas. Pero tampoco podemos caer en el otro extremo, como algunos lo piensan: creer que el ser humano es un estorbo en la naturaleza. Y dejar de luchar contra la pobreza, intocada por mantener la naturaleza. Toda acción humana tiene impacto en la naturaleza. El desafío es minimizar eso. En otras palabras: si antes se pensaba que el ser humano era lo único importante en la naturaleza por supuesto estábamos equivocados, pero sigue siendo lo más importante de la naturaleza y creo que con una adecuada noción de desarrollo, que no puede ser la noción actual, el acumular, el materialismo, el tener cada día más… generalizar el nivel de vida de los países llamados desarrollados sería imposible, no alcanzarían los recursos del planeta. Se necesita una nueva noción de desarrollo, una vida más sencilla, satisfaciendo necesidades de base, en armonía con la naturaleza: es uno de los conceptos que tiene nuestros pueblos ancestrales, se llama el Sumak Kawsay (buen vivir). Entonces hay que cambiar la noción de desarrollo para lograr lo que usted dice, una buena vida, un buen vivir, un desarrollo sostenible, en armonía entre el ser humano y la naturaleza.

P. Su país defiende que la lucha contra el cambio climático no suponga una restricción del comercio internacional. ¿Dónde ve esas restricciones y qué manera hay de evitarlas?

R. Lo que puede provocar son cambios históricos en los flujos monetarios, en la redistribución del ingreso planetario porque en un momento dado si tú empiezas a compensar, y tiene mucha lógica ambiental, económica, en cuanto a derecho… Si tú comienzas a compensar, en cuanto a justicia, bienes ambientales, y los productores de bienes ambientales por ejemplo son los países de la cuenca amazónica, los consumidores son los países del norte, y los flujos, porque nosotros tenemos una gran deuda financiera con los países del norte… Si se contabiliza la deuda ecológica probablemente los acreedores seríamos nosotros y si se compensan esos bienes ambientales y su consumo por parte de los grandes contaminadores, Estados Unidos, China, etc. , los flujos hacia los países pobres en este caso en particular los de la cuenca amazónica serían inmensos. A esto me referí, que habría cambios históricos en los flujos de dólares y en las relaciones comerciales, de intercambios si tú quieres, a nivel internacional.

P. Pasamos a otro tema, el de los inmigrantes ecuatorianos. Usted acaba de estar en una cena con las familias de inmigrantes, los compatriotas ecuatorianos, ¿nos puede decir cuáles son las principales problemáticas que les afectan?

R. Usted es ecuatoriana y usted conoce la historia de su país. Nuestro país no era un país de alta emigración. Todo fue fruto de la debacle social, económica, en todos los sentidos, del neoliberalismo, con el fundamentalismo neoliberal, el famoso consenso de Washington. A inicios de los noventa, se desregularon los mercados financieros, bajo la premisa de que los mercados se equilibraban solitos, se autocontrolaban. Se equilibraron tan bien que en el 99 los quebraron a todos. Congelaron depósitos un año, se eliminó la moneda nacional, un desastre completo. Eso produjo, me acuerdo de unos cálculos de pocos años, dos millones de personas que salieron del país, una verdadera tragedia nacional, familiar. Familias separadas, madres que tienen 15 y 16 años en Europa y no conocen a sus hijos, que los dejaron de seis meses. El inmenso, el infinito amor de una madre: incluso renunciar a su hijo con tal de darle a él con su trabajo una vida mejor. Pero empezó el suicidio infantil, niños de doce años que se empezaban a suicidar. Hay cantones como Chunchi, en la provincia del Chimborazo, donde más del cincuenta por ciento de los niños se están criando sin sus padres. Una verdadera tragedia nacional. Nos destruyó como sociedad, destruyó familias, centenas de miles de familias, pero eso no aparece en los números macroeconómicos. Y pocos años después, dos o tres años después de que nos quebraran, ya los bancos estaban rompiendo récords en cuanto a utilidades. En todo caso felizmente se ha recuperado la economía del país, hemos logrado levantar la autoestima, hemos logrado cohesionar la sociedad y los flujos migratorios se han revertido, ahora la gente está regresando e incluso están viniendo algunos europeos que por supuesto son bien venidos. Damos todo el apoyo a nuestros hermanos migrantes, más aún porque… es que la historia es, hay que estudiarla en detalle, es impresionante, de muchos emigrantes. Porque cuando salieron del país el país estaba destruido, y no se olvidaron de su tierra, pese a lo mal que los trató su propio país. Y ese euro que se ganaban en Italia, en España, o el dólar que se ganaban en Estados Unidos lo mandaban al Ecuador. Fueron las famosas remesas de emigrantes, y fue lo que logró recuperar, o al menos hacer que continúe la economía ecuatoriana, mientras que los bancos volvían a romper récord históricos de utilidades y las mandaban afuera, por su falta de fe, de confianza en su propia patria. Nuestro emigrante, con el sudor de su frente ganaba unos sueldos y los enviaban al país. Y eso sostuvo la economía nacional. La patria entera le debe una inmensa gratitud a nuestros migrantes, y además de eso por los derechos que tienen, tienen todo el apoyo del gobierno nacional con respecto a la opción que escojan. Si regresar al país, todo el apoyo, si permanecer en los países de residencia, pues todo el apoyo. Para el caso de Italia, usted me ha hecho la pregunta, lastimosamente aquí se planteó un problema bastante grave. Muchas familias fueron separadas, a los hijos los tomaba la asistencia social y los metía en estos campamentos pero, y respetamos mucho la soberanía de cada país, mucho, pero realmente creemos que la última opción, ese maltrato, la última opción debe ser separar al núcleo familiar. Y aquí parecía ser la primera opción. Entonces estamos dando mucho apoyo para esas situaciones gravísimas, muy dolorosas. Hemos tenido bastante éxito y hay dieciséis niños que han retornado con sus familias y ese fue el motivo de la cena, ver esas familias cuyos hijos fueron recuperados o las familias para las cuales evitamos que sus hijos sean tomados por la asistencia social y reiterarles todo el apoyo del Gobierno nacional.

P. Ha mencionado el caso de España en relación con la emigración ecuatoriana, querría saber en ese caso, puesto que su Gobierno ha prestado una ayuda, dirigida sobre todo a resolver situaciones de finanzas personales, su valoración de cómo ha funcionado.

R. Me hace una pregunta con respecto a España y le insisto: somos muy respetuosos con respecto a la vida de cada país, pero hay cosas que son extrañas. La crisis en España, con todo el respeto, no era una crisis real, las capacidades estaban intactas, pero falta de coordinación económica, íbamos a llegar al peor de los mundos: familias que necesitaban casas, sin casas, y bancos que no necesitaban casas, repletos de casas. No solo eso, hay que ver el origen de la crisis. Cuando había exceso de liquidez se buscaba a la gente para darle crédito, los mismos bancos valoraban la casa, por un efecto burbuja, por la cantidad de liquidez de crédito. Entonces la casa, que valía cincuenta mil euros acabó costando doscientos mil euros. Les prestaban doscientos cincuenta mil para el coche, para los muebles, etcétera. Cuando revienta la burbuja, esas casas que estaban como garantía son garantía, sí, pero al valor actual, entonces resulta que por la crisis ahora solo valen treinta mil. Y las familias se quedan sin casa y endeudadas para toda la vida. Eso no tiene ningún sentido, ni en derecho ni económico. No tiene ningún sentido, es simple supremacía del capital sobre los seres humanos. Todo fue a favor para el capital, todos los riesgos para los seres humanos y todo el peso y el coste de la crisis sobre los ciudadanos. Nosotros no podíamos quedarnos cruzados de brazos pese al respeto por la vida de cada país porque estaban afectados decenas de miles de ciudadanos ecuatorianos, estaban en esa situación, perdiendo sus casas y además quedándose endeudados de por vida. Así que hemos dado también todo el apoyo legal, hemos conversado con autoridades españolas, con autoridades de la Unión Europea y se ha avanzado también mucho, se han logrado defender los derechos de nuestros compatriotas que se acepten casas en dación de pago, o sea, se pierde la casa pero se extingue la deuda. Otros arreglos como pagar lo que se puede mientras se supera la crisis, etcétera. Darles todo el apoyo legal pero también incidir en algunos cambios, con todo el respeto, pero con toda firmeza también porque están involucrados nuestros compatriotas, para cambiar un poco esa institucionalidad europea que, insisto, todo está a favor del capital.

P. Los emigrantes económicos de los que usted hablaba anteriormente, la gente que salió por toda la situación anterior en el Gobierno que están aquí y que siguen siendo emigrantes económicos están pensando en trabajar, en mandar su platita para la familia… ¿Puede haber un cambio de mentalidad en cuanto al valor de la familia?, es decir, dejar o no dejar, que tenga una importancia más grande el hecho de considerar la unión familiar, la reunificación con los hijos y dejar un poquito de parte la situación económica. Es decir, si el Gobierno tiene en este sentido propuestas concretas para que estas familias digan, bueno, yo ahora, de toda la situación que está viviendo el Ecuador, como se está levantando, yo quisiera irme, estoy bien aquí pero también quiero irme, pero ¿tengo las posibilidades en el Ecuador de abrir un negocio, de estar bien, de dar a mi familia lo que puedo darle estando aquí?

R. Oportunidades hay, todo el apoyo para el retorno. Sí, hay planes concretos, créditos, etcétera. Pero sería mentir garantizarle la vida a todo emigrante que retorna. En todo caso, una precisión: ya no hay tanta emigración económica. La poca emigración que tenemos actualmente es por reagrupación familiar, precisamente. Pero en lugar de volver, algunas familias tratan de traer a sus hijos, sobre todo hacia Estados Unidos. ¿Por qué? Porque allí llevan quince, dieciséis años, en Estados Unidos, en España, en Italia. Hay muchos hijos nacidos aquí, y entonces es muy difícil que esos chicos quieran regresar y más bien traen a los que dejaron en Ecuador. En todo caso, usted conoce como ecuatoriana el valor que le damos a la familia los ecuatorianos. ¿Usted se imagina la crisis económica que hubo para que esa gente esté dispuesta a dejar a su familia, a sus hijos, para ir a otros lares, a tierras desconocidas? También usted lo vivió, ¿verdad? Pero hay madres que no han vuelto a Ecuador (…) pero ese es el amor de madre: prefieren renunciar a sus hijos y trabajar aquí para darles un mejor nivel de vida. Fue una emigración económica al inicio, pero cuán grave debió ser la situación económica para que estuvieran dispuestos a dejar su propia familia, sus propios hijos. Ya no hay esa emigración económica. Más bien la poca emigración que tenemos incluso le insisto, están retornando, es de reunificación familiar.

P. Quería volver un momento nada más a la situación internacional relacionada con la visita hoy al Vaticano, preguntarle por el papel de la mediación del Vaticano en conflictos internacionales, cuál es su opinión, por ejemplo, en relación con Cuba y Estados Unidos, pero también saber qué ámbitos cree que puede haber de acción del Vaticano en esa mediación.

R. La autoridad moral del papa, su liderazgo, es inmensa. Yo creo que puede haber muchísimo espacio para esas mediaciones. En todo caso ya en lo concreto lo que logró entre Cuba y Estados Unidos, eso es histórico. Es de las mejores noticias de las últimas décadas en América Latina. Si me preguntara hace un año si iba a haber un acercamiento entre Cuba y Estados Unidos le diría que estaba loco. Entonces es una muestra de todo lo que puede alcanzar con su liderazgo, con su solvencia moral como líder de la Iglesia.

P. Su opinión sobre la concepción de la familia.

R. Es la opinión que está en la Constitución ecuatoriana, obliga al Estado a defender la vida desde la concepción, no deja lugar a dudas, lo dice muy claro. Y el matrimonio lo define como unión de hombre y una mujer, y ya en mi opinión personal, la familia es la familia tradicional, la mamá, el papá y los hijos, es la base de la sociedad. Eso lo hemos hablado claro. El pueblo ecuatoriano libremente ha votado por eso en las urnas y son las políticas y son los principios que vamos a perseguir y vamos a defender.

P. Quería plantearle una pregunta más en relación con el caso del señor Assange. Quería saber, después de la posición de la fiscalía que parece que abre la vía a una solución, ¿todavía su país se plantea acudir a las Naciones Unidas?

R. Siempre hubo una solución, pero no se la quería aplicar no sabemos por qué. Nosotros desde el primer momento dijimos: se puede interrogar al señor Assange en la Embajada. Usted sabe que el señor Assange no está acusado, está llamado para que declare, no está formalmente acusado, eso no existe en nuestro país, por ejemplo. Y ya no existe en la misma legislación sueca. Es decir, si el caso Assange ocurriera ahora no tendría ningún impedimento para viajar adonde quiera. Pero él estaba requerido para que declare, no estaba acusado todavía de un delito. ¿Por qué decimos soberanamente? De acuerdo al derecho internacional un país no tiene que pedirle permiso ni darle explicaciones a nadie para otorgar asilo. ¿Por qué decidimos soberanamente darle asilo al señor Assange? No porque estuviéramos de acuerdo con todo lo que hubiera hecho, de seguro cometió infracciones legales, también infracciones legales de acuerdo con las leyes de nuestro país, pero porque no había garantía del debido proceso, eso que quede claro, no estaba garantizado su derecho. Acuérdese usted de que lo estaban llamando a Suecia, mire que el tiempo nos ha dado ahora la razón, se lo podía interrogar en la Embajada del Ecuador, ¿por qué no lo hicieron antes? Y había grandes sospechas de que de Suecia lo iban a extraditar a Estados Unidos. Y en Estados Unidos había gente que pedía, y no cualquier gente, senadores, etcétera, que lo juzguen de acuerdo a las leyes antiterroristas que incluyen pena de muerte. Eso está contra el derecho internacional, contra el derecho interamericano, no existe en la legislación ecuatoriana la pena de muerte, va contra el principio de la doctrina moral de la Iglesia, si usted quiere también. Entonces, pero no podemos mezclar estas cosas, porque somos un Estado laico, pero va contra la Carta Interamericana de Derechos Humanos y contra las leyes y la Constitución de nuestro país, que defiende la vida. Y por eso decidimos soberanamente otorgarle el asilo a Julian Assange. Insisto: no porque estuviéramos de acuerdo con todo lo que había hecho, sino porque no había garantía de que se respetaran sus derechos y del debido proceso.

Más relacionadas