Restaurante en Seattle sube sueldos sin afectar a comensales

Washington, EE.UU. (AP) — Los precios del menú en el restaurante Ivar’s Salmon House en Seattle subieron 21% y ya no se tiene que dejar propina luego de que el lugar decidiera aumentar el salario de los empleados a 15 dólares por hora dos años antes de lo programado.

Es el personal, no los comensales, quienes ven la diferencia ya que los sueldos han aumentado hasta 60%. Una mesera ahorra para tomar clases de contabilidad y tiene menos dificultades para vacacionar el fin de semana, mientras que otra aprovecha el ingreso extra para cubrir el aumento en la renta.

La ley de Seattle, aprobada el año pasado tras una intensa campaña de sindicatos y organizaciones civiles, aumentó el salario a 11 dólares a partir del 1 de abril, por encima de los 9,47 dólares por hora que se pagan en Washington, el más alto en el país. Los incrementos programados dependen del tamaño del negocio y los beneficios lograrán que el sueldo llegue a 15 dólares la hora en un plazo de cuatro años para los negocios de mayor tamaño y siete para los más pequeños.

Sin embargo, hay poco información de cómo está funcionando.

«Hasta el momento, viendo los patrones macroeconómicos, no vemos problema», dijo el alcalde de Seattle, Ed Murray.

Mientras Washington DC y otras ciudades analizan si siguen el ejemplo de Seattle, San Francisco y Los Angeles de transitar hacia un pago mínimo de 15 dólares la hora, el restaurante Ivar se adelantó en abril y es ejemplo de cómo los negocios pueden adaptarse a la medida.

El presidente del grupo de restaurantes Ivar’s Seafood, Bob Donegan, decidió aumentar los precios pero informó a los clientes que ya no era necesario pagar propinas y dividió el ingreso adicional entre el personal.

Para algunos de los trabajadores con menores pagas, entre ellos los lavaplatos y ayudantes de meseros, esto significa un aumento de 60%. Los ingresos han mejorado y algunos clientes solidarios dejan propina aunque no tengan que hacerlo, mientras que meseros y cantineros están en posibilidad de aumentar sus ingresos en miles de dólares al año, al grado de que los mejor pagados ganarían unos 80.000 al año.

«Ha sido una sorpresa», dijo Donegan. «Parece que a los clientes les gusta y se ve que está funcionando, al menos en este establecimiento».

Rochelle Hann, de 25 años, es la segunda de su familia en trabajar en Ivar’s. Al igual que su madre ha tenido diversas responsabilidades como servir, hacer contabilidad y hasta disfrazarse de almeja gigante. Si sigue trabajando 30 horas a la semana su sueldo aumentaría en 12.000 dólares al año, dinero que está ahorrando para cursar estudios superiores.

Brett Richards es un cantante y guitarrista de 50 años que ha trabajado 25 años en la industria de restaurantes y desde hace ocho en Ivar’s. Antes ganaba el salario mínimo más propinas, ahora recibe 15 dólares por hora y una porción extra gracias al aumento de 21% en el precio del menú, más las propinas que los clientes dejan. Prevé que este año ganará unos 7.000 dólares más, lo que le servirá para cubrir un aumento en la renta y llevar a sus hijos a comer afuera más seguido. (I)

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