OEA crea diálogo en Honduras para poner fin a corrupción

Foto: elnuevoherald.com

TEGUCIGALPA, Honduras (AP) — La Organización de los Estados Americanos (OEA) instaló el sábado un diálogo nacional en Honduras en un intento por calmar a miles de jóvenes «indignados» que en las calles exigen la renuncia del presidente Juan Orlando Hernández y el fin de la corrupción y la impunidad.

«Este es un diálogo sin condiciones y una gran oportunidad para Honduras», dijo Hernández en rueda de prensa junto al nuevo secretario general de la OEA, el uruguayo Luis Almagro, y el facilitador designado por ese organismo regional, el chileno John Biehl.

Almagro advirtió que «el trabajo que hará la OEA aquí es para que todo hondureño se sienta orgulloso de su país… y se acercará a todos para fortalecer la democracia, porque la gente de Honduras quiere el fin de la impunidad y clama por la transparencia».

Hernández también ha invitado a participar en el proceso a Naciones Unidas, cuyo secretario general Ban Ki-Moon envió en julio una misión exploratoria a Tegucigalpa, cuyos resultados aún se ignoran.

Pero Biehl, considerado un experimentado diplomático, aseguró que «hoy en América Latina hay quienes hablan de poner a un presidente de por vida. Y hay otros que piden una reelección y una más y otra más, y cada vez el pueblo se queda fuera de esa oportunidad».

Hizo alusión así a la intención de Hernández de cambiar la Constitución para permitir la reelección presidencial, prohibida por la ley fundamental que data de 1982.

«Terminó esa era para Honduras y hoy empieza otra: La de construir una democracia a través de un diálogo que la robustezca», afirmó Biehl. «No impondré las reglas de juego, es el pueblo es el que decidirá y participará en el esfuerzo».

El presidente aceptó el viernes la propuesta de sus opositores de instalar una comisión internacional en Honduras, similar a la que opera en Guatemala desde diciembre de 2006.

La denominada Oposición Indignada, a la que Hernández ha rechazado desde que surgió en mayo pasado, aspira a que un tribunal internacional enjuicie a los involucrados en la corrupción en Honduras, donde 62% de sus 8,6 millones de habitantes vive en la pobreza, por considerar que el gobierno es incapaz de hacer tal cosa.

En Guatemala, un organismo similar de la ONU provocó la dimisión de la vicepresidenta Roxana Baldetti por un sonado fraude en las aduanas y organismos de seguridad social, y mantiene en precario la posición del mandatario Otto Pérez.

Los indignados exigen aclarar lo ocurrido en el Instituto de Seguridad Social, saqueado en más 300 millones de dólares en uno de los mayores escándalos de corrupción del país.

El caso salpicó a empresarios y políticos, incluso al propio presidente, quien reconoció que su campaña electoral en 2013 recibió dinero procedente del desfalco, pero sin saberlo.

Con un gran poder de convocatoria por las redes sociales, la Oposición Indignada ha movilizado multitudes, de las más grandes que se recuerden en el país, y pregonado no seguir ideologías de izquierda o derecha.

Entre los problemas más graves de Honduras figuran la corrupción y la debilidad institucional, lo que lleva a una «impunidad generalizada», de acuerdo con un reciente informe sobre derechos humanos en Centroamérica divulgado por el Departamento de Estado norteamericano.

Honduras es una de las naciones del planeta con mayores índices de impunidad y violencia, ya que 91% de los delitos cometidos en el país no son enjuiciados jamás, según el Ministerio Público. La tasa de homicidios del país es de 66 por cada 100.000 habitantes, cuando la mundial es de 6,2.

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