Indignados exigen renuncia de Presidente de Honduras

El expresidente hondureño Juan Orlando Hernández.(AP Foto/Manuel Balce Ceneta)

TEGUCIGALPA, Honduras (AP) — Miles de jóvenes «indignados» se movilizaron de nuevo con antorchas el viernes por la capital de Honduras para exigir la renuncia del presidente Juan Orlando Hernández, mientras la OEA inició un diálogo nacional con apoyo internacional para poner fin a la corrupción e impunidad que agobia al país.

«El propósito es contar con un diálogo sincero y de paz entre todas las partes en momentos en que Honduras y Latinoamérica están frustradas porque no perciben que se haga justicia», dijo en rueda de prensa el facilitador de las conversaciones, el chileno John Biehl.

Con Biehl, la Organización de los Estados Americanos (OEA) asumió la dirección del diálogo convocado en junio pasado por Hernández en un intento por calmar a una población escandalizada por el desfalco de más de 300 millones de dólares al sistema de seguridad social.

Parte de ese dinero se usó para financiar la campaña del oficialista Partido Nacional en 2013, con Hernández como su candidato, quien ha admitido el hecho. El partido tomó las riendas del gobierno en 2010, primero con el cuatrienio del ex presidente Porfirio Lobo y luego con Hernández, quien asumió en 2014.

Biehl se reunió en la víspera con líderes de 100 organizaciones empresariales y la sociedad civil y afirmó que «Honduras está cansada de la corrupción, la injusticia, la impunidad, la falta de empleo y de desarrollo en un mundo que ha cambiado… y, por eso, vamos a facilitar un diálogo sincero entre todas las partes».

En torno a las actividades de la Oposición Indignada, que organiza los eventos callejeros, sostuvo que «hay paz en las marchas, que cada vez aumentan su fuerza. Y me da mucho orgullo que Honduras sea un ejemplo en ese aspecto».

Los jóvenes indignados se concentraron frente a la Universidad Nacional Autónoma y caminaron cuatro kilómetros hacia la sede presidencial portando enormes pabellones nacionales y pancartas para exigir la dimisión de Hernández y la inmediata creación de un organismo de las Naciones Unidas para combatir la corrupción e impunidad.

Unos 1.500 seguidores encapuchados del depuesto ex presidente izquierdista Manuel Zelaya (2006-2010) se separaron de la movilización para dirigirse cerca de ahí al lujoso complejo residencial San Ignacio, donde vive Hernández, pero centenares de soldados y policías en camiones no les permitió ingresar al lugar.

Después se encaminaron a las cercanías de la Presidencial, donde unos 50 encapuchados, en aparente estado de ebriedad, atacaron con piedras y tubos a los guardias del mandatario; estos les impidieron el paso con vallas metálicas móviles y los ahuyentó con bombas lacrimógenas.

Los movilizados de la Oposición Indignada se fueron por otra calle al observar la batalla campal protagonizada por los simpatizantes de Zelaya, derrocado en junio de 2009 por los militares por intentar violar la Constitución para continuar en el poder.

«Esos antisociales no son de nuestro movimiento y tratan de afectarnos, pero no lo lograrán», dijo a The Associated Press Ariel Varela, líder de Oposición Indignada.

Informó que «ellos intentan asustar a la gente, a desmotivarla, y no lo permitiremos», tras instar a las autoridades a investigar el caso. Es la primera vez que se registra un incidente de tal naturaleza en las marchas de las antorchas.

Varela y numerosos indignados llegaron al hotel cercano a la Presidencial donde se aloja Biehl, quien salió a recibirlos y habló un rato con ellos.

«Le entregamos (a Biehl) nuestro emblema: una antorcha para que Dios lo ilumine», afirmó Varela.

 

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