Pedro Juan Gutiérrez: En Cuba hay que olvidar los rencores y los odios

HAB102. LA HABANA (CUBA) 10/04/16.- El escritor cubano Pedro Juan Gutiérrez posa durante una entrevista con Efe el miércoles 6 de abril de 2016, en La Habana (Cuba). El escritor cubano Pedro Juan Gutiérrez opina que su país está viviendo un proceso de modernización donde "poco a poco las cosas se van suavizando", aunque considera que es necesario "olvidar los rencores y los odios" en la isla para mirar hacia adelante. EFE/Alejandro Ernesto

La Habana, (EFE).- El escritor cubano Pedro Juan Gutiérrez opina que su país está viviendo un proceso de modernización donde «poco a poco las cosas se van suavizando», aunque considera que es necesario «olvidar los rencores y los odios» en la isla para mirar hacia adelante.

«Hay que olvidar los rencores y los odios. Yo creo que hay que partir de cero y decir: de aquí, del presente, en adelante. Pero si te pones a pasar cuentas y a pasar facturas es la historia de nunca terminar», dijo Gutiérrez (Matanzas, 1950) en entrevista con Efe en su casa, en el popular barrio de Centro Habana en la capital cubana.

Desde esa convicción, el autor de «Trilogía sucia de La Habana» califica de «certero» el mensaje que en el mismo sentido -mirar al futuro- lanzó el presidente de EEUU, Barack Obama, en el discurso que dirigió al pueblo cubano durante su histórica visita a la isla el pasado mes de marzo.

«Ese mensaje es muy importante para los cubanos», señaló un Pedro Juan Gutiérrez que, no obstante, mira con escepticismo a los políticos en general, incluido Obama, porque «son todos unos manipuladores y unos grandes actores».

En cualquier caso, Gutiérrez cree que Cuba va superando lentamente sus traumas y considera que «hay cambios que son inevitables».

«Cuba se tiene que ir modernizando, tiene que ir entrando en el mundo. Hasta ahora, a mí me daba la impresión de que La Habana se mantenía como un Macondo» aislado sin internet, sin acceso a la televisión internacional o los periódicos extranjeros.

«Poco a poco las cosas se van suavizando. Es un proceso natural de modernización que también se va a ir produciendo, supongo yo, en las estructuras políticas y en las formas de dirigir la sociedad, de que haya más acceso de diferentes opiniones», apuntó.

El autor de «El rey de La Habana» y «Animal tropical» defiende el respeto al derecho ajeno, a la opinión ajena, como la forma ideal de vivir en una sociedad: «Respetándonos personas de diferentes opiniones, que no haya necesidad de maltratar a quien piensa o actúa de diferente modo».

El clima de «relax» que percibe ahora en Cuba también lo siente respecto a la aceptación de su obra literaria en el mismo país donde hace 18 años le obligaron a abandonar su carrera como periodista tras el éxito internacional de «Trilogía sucia de La Habana».

«Lo más simpático del asunto es que quienes me botaron a la calle ni se habían leído el libro. Sencillamente tomaron la decisión por lo que había salido en la prensa española sobre todo. Me echaron a la calle, me quedé sin trabajo (…) y lo que hice fue refugiarme aquí en la casa y me puse a escribir», rememora.

«No hay mal que por bien no venga», asegura tras recordar que desde entonces ha publicado 20 obras, traducidas a 23 idiomas en 26 países.

Cuando le despidieron de su trabajo como periodista se prometió a sí mismo que antes de morir publicaría todos sus libros en Cuba: de momento ya se han editado unos siete, el último de ellos «Diálogo con mi sombra», sobre el oficio de escritor.

También verá la luz en la isla en 2017 «El nido de la serpiente» y hay muchas posibilidades de que se publique su última novela, «Fabián y el caos», editada ya por la editorial española Anagrama, que narra una historia autobiográfica sobre su amistad, en los años 60 y 70, con un joven pianista homosexual, muy diferente a él.

Menos suerte ha tenido en Cuba con «Trilogía sucia de La Habana» -«siempre me dicen que no es el momento todavía», señala entre risas- y con la película sobre «El rey de La Habana» dirigida por el realizador español Agustí Villaronga y que no se ha exhibido aún en la isla, donde, según Gutiérrez, sí está circulando pirateada.

Considerado como el exponente del realismo sucio cubano y comparado con autores como Henry Miller y Charles Bukowski, Gutiérrez rechaza «totalmente» esas etiquetas y se define «como un escritor al que le interesa el lado humano de las cosas» con especial interés en «las zonas oscuras».

«Me atrae desentrañar eso. Me interesa entrar en las zonas oscuras porque las luminosas no te dicen nada. Es como la fotografía: cuando pones a alguien entre luz y sombra salen los volúmenes y el retrato. Igual que en la escritura: cuando sacas las sombras del ser humano, las partes oscuras, es cuando logras la dimensión completa de la persona», explica.

Con el barrio de Centro Habana como uno de sus universos literarios, el tema central de su obra es la pobreza que, según dice, «siempre es sórdida, escatológica, morbosa, aplastante y preocupante».

«Mi lucha continua ha sido escapar de la pobreza total. Y poco a poco se ha ido convirtiendo en el tema de mi obra. No lo escogí yo: fue la pobreza la que me escogió a mí».

Además de novelista, Pedro Juan Gutiérrez ha publicado también poesía, género que define como «la libertad total», y acaba de publicar en España «La línea oscura», una recopilación de sus poemas en los últimos 20 años. EFE (I)

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