El ministro ecuatoriano de Relaciones Exteriores, Guillaume Long, destacó hoy la importancia de la integración y comentó que la mitad de la ayuda internacional que recibió su país tras el terremoto de magnitud 7,8 de abril pasado, provino de Latinoamérica.
«El cincuenta por ciento de la ayuda no fue de los Estados Unidos, que también ayudó, por supuesto. El 50 % de la ayuda fue de nuestros países vecinos, de los miembros» de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), dijo Long.
Más allá de que Estados Unidos, Canadá, Europa, varios países asiáticos se movilizaron, «hubo una gran respuesta latinoamericana y eso es muy positivo», resaltó el canciller en una entrevista con la Radio Pública.
Para el titular de la diplomacia ecuatoriana, ese tipo de acciones, así como la ayuda que ha prestado su país a otras naciones, habla de una mayor integración y «mayor capacidad material, económica e institucional de los países latinoamericanos».
El terremoto de magnitud 7,8 que el pasado 16 de abril azotó varias zonas de la costa norte de Ecuador dejó 671 fallecidos, de los cuales 23 eran extranjeros.
De acuerdo al Instituto Geofísico, hasta el momento se han registrado 2.325 réplicas del terremoto.
La Secretaría Nacional de Planificación y Desarrollo (Senplades) estimó a principios de junio que la reconstrucción de las zonas afectadas costará 3.344 millones de dólares.
El martes anterior, la Federación Ecuatoriana de Empresas de Seguros (Fedeseg) indicó que en los primeros cien días tras el terremoto se pagaron más de 182 millones de dólares a clientes.
Apuntó que aún hay más de 13.000 solicitudes de cobertura en trámite de documentación por parte de los asegurados y revisión de los equipos de las aseguradoras, y detalló que esas reclamaciones suman 368,1 millones de dólares.
Sumado el valor cancelado hasta el momento y lo que se encuentra en proceso, los montos comprometidos por las empresas aseguradoras llegan a 550,9 millones de dólares, aclaró. EFE (I)