¿Lourdes Tibán, Presidenta?

Yo era director de noticias de Ecuavisa, y estaba en busca de nuevas voces para corregir el hecho de que siempre entrevistábamos a los mismos. Y le pedí a mi entonces amigo Carlos Viteri, a quien había conocido cuando ambos escribíamos en la página de Opinión del diario HOY, que me sugiriera nombres de quienes él creía que dentro del movimiento indígena podían tener un futuro importante. Él mencionó a una tal Lourdes Tibán, diciéndome que llegaría lejos, y creo recordar que incluso me consiguió su número de teléfono.

Yo no la había escuchado nombrar nunca. Pero después de investigar un poco, imagino que en Yahoo, pasé el nombre a la coordinadora del programa Contacto Directo, que entonces conducía el periodista Carlos Vera, recomendándole que la inviten al programa. Supe que a la primera llamada, ella se negó y que no fue sino hasta la tercera invitación que finalmente aceptó.  Muchos años después, leí en el prólogo que ella escribió para un libro de Carlos Vera que su primera negativa había estado basada en la sorpresa y el miedo, y que finalmente aceptó porque no pudo reprimir las ganas de ir a sentarse frente a frente con Vera y decirle unas cuantas verdades. Y desde entonces no ha callado.

Por diversas circunstancias, en parte porque se fue a vivir a Washington a trabajar en el BID con su mujer, la periodista italiana Giovanna Tassi, nunca más vi personalmente a Carlos Viteri. Pero la medianoche del sábado me enteré en Twitter que Lourdes Tibán había ganado el derecho a ser candidata presidencial de Pachakutik en unas elecciones primarias organizadas por el movimiento y en el que la asambleísta por Cotopaxi había obtenido más del 40% de los votos. Conociéndola como creo que la conozco después de haber seguido su carrera política durante los últimos quince años, creo que finalmente ella será la candidata presidencial del movimiento indígena, y que quienes aspiran a que ella ceda el protagonismo, a alguien por ejemplo, como el general Paco Moncayo, para una alianza de izquierda encabezada por la Izquierda Democrática, están profundamente equivocados.

Primero porque no tiene sentido que un movimiento de la importancia de Pachakutik organice unas elecciones primarias entre cinco candidatos, para luego impulsar la candidatura de alguien que no ha participado en dichas primarias. Segundo porque no parece creíble que un partido de centro, como la Izquierda Democrática, pueda asumir el programa de gobierno de izquierda radical, más a la izquierda que Rafael Correa y solo comparable con el proyecto que ejecuta Nicolás Maduro, que impulsan desde la Ecuarunari, Carlos Pérez Guartambel y sus camaradas. Y en tercer lugar porque reconozco en ella el liderazgo y la personalidad para enfrentar el papel que le ha puesto delante el destino: el de ser la primera mujer indígena candidata a la presidencia de la República quizás en toda Latinoamérica.

Yo puedo discrepar con ella (discrepamos, por ejemplo, cuando ella apoyaba la idea de Rafael Correa de cerrar el Congreso para ir a una Asamblea Constituyente que refunde la República; o cuando ella apoyaba la creación de una ley de comunicación que imponga un control sobre los medios). Pero debo aceptar que es una mujer valiente, que ha enfrentado, sin doblarse ni dar tregua, una persecución feroz, por la que metieron preso a un hermano suyo, que ella misma ha sido atacada a golpes en la calle, y que la agresión fue luego difundida en redes sociales con el objeto de denigrarla. Y sin embargo sigue ahí: coherente con sus principios, combativa, digna.

Yo no estoy de acuerdo con lo que ella piensa. Creo que el programa que plantea su partido llevaría al Ecuador a la situación que hoy vive Venezuela con más rapidez incluso que el gobierno del mismo Correa. Y que su negativa a dialogar con la derecha en términos de una estrategia para enfrentar la dictadura, es contradictoria con la experiencia latinoamericana que se utilizó para, por ejemplo, salir de la dictadura pinochetista a través de una concertación de todas las fuerzas democráticas, desde la derecha de la Democracia Cristiana hasta el Partido Socialista de Salvador Allende.  Pero creo que va a ser interesante ver a Lourdes Tibán de candidata presidencial, como representante del movimiento indígena, liderando una nueva izquierda latinoamericana, en momentos en que la energía femenina de figuras como Michelle Bachelet o Dilma Rousseff parece batirse en retirada.

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