Temer dice dudar que Trump pueda hacer algo que perjudique Brasil

(AP Photo/LM Otero)

El presidente brasileño, Michel Temer, afirmó hoy que no teme que, pese a su discurso nacionalista y proteccionista, el presidente elegido de Estados Unidos, Donald Trump, pueda hacer algo que perjudique a Brasil.

«Estados Unidos es un socio comercial actuante de Brasil y dudo que él (Trump) haga algo que pueda afectar a Brasil», aseguró el jefe de Estado en una extensa entrevista que concedió hoy al programa «Roda Viva» de la red pública de televisión Cultura.

Según Temer, Brasil está en una posición diferente a México, «país al que Trump ya amenazó con construir un muro» en la frontera entre los dos países.

«Creo que el va a prestigiar la relación con Brasil con una visión centrada en América Latina», afirmó.

Temer dijo diferenciar las posiciones de Trump como candidato republicano a la presidencia y como gobernante de Estados Unidos.

«Vamos a esperar lo que diga cuando asuma el Gobierno, pero asistimos a su último discurso y fue un discurso con mucha moderación», aseguró.

Según el presidente brasileño, Estados Unidos es un país con instituciones muy fuertes en que un presidente puede ejercer el poder «con autoridad pero no con autoritarismo».

Agregó que no necesita tener una buena relación personal con Trump debido a que las relaciones entre dos países son institucionales y no personales.

Sobre la actual situación en Venezuela, aseguró que el deseo de Brasil «siempre ha sido el de que las «relaciones internas se normalicen y que la crisis se solucione».

Aclaró que su Gobierno no asumió una posición contraria a Venezuela sino que determinó que las relaciones externas de Brasil dejaran de ser pautadas por razones ideológicas o personales, como, insinuó, ocurría en los gobiernos de Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2010) y Dilma Rousseff (2011-2016).

Según Temer, no fue Brasil sino el Mercosur, incluso Uruguay, el que advirtió que Venezuela no había completado los requisitos para integrar el bloque y el que le dio plazo hasta diciembre para hacerlo.

Agregó que en Venezuela también hay un problema humanitario que preocupa a Brasil, incluso por la llegada de miles de venezolanos al país, pero que el gobierno venezolano rechazó una oferta que el brasileño le hizo de enviarle medicinas.

Sobre la situación interna del país, Temer admitió que teme el surgimiento de problemas en caso de que Lula, el presidente más carismático en las últimas décadas en Brasil y que es procesado por corrupción, pueda ser condenado o preso.

«Si Lula es preso, eso causa un problema para el país, incluso internacional, porque habrá movimientos sociales cuestionando una decisión del judiciario y eso puede causar una inestabilidad», aseguró.

Temer, el vicepresidente que asumió la presidencia el 31 de agosto pasado para sustituir a Rousseff, destituida por el Congreso tras ser juzgada por irregularidades fiscales, descartó que la población cuestione su legitimidad como jefe de Estado.

«Yo llegué a la presidencia por la vía electoral, porque cuando una persona vota lo hace por presidente y por vicepresidente, y llegué también por la vía constitucional, porque el proceso de destitución de la presidente está previsto en la constitución», afirmó.

«La llamada legitimidad popular es algo político y no institucional. Tal vez lo que pueden decir es que sea impopular. Pero eso no me incomoda porque sé que cuando la economía vuelva a crecer las cosas pueden cambiar y la legitimidad será tranquila», agregó.

Agregó que asumió el país en condiciones muy difíciles, con Brasil «al borde de precipicio económico» y en su recesión más grave en varias décadas pero que adoptó medidas en muy poco tiempo que ya comienzan a dar resultados.

Entre tales medidas citó el severo ajuste fiscal que presentó a consideración del Congreso y las reformas que anunciará en las próximas semanas del sistema de jubilaciones, de la legislación laborista y del sistema político.

«Si todas las reformas son puestas en marcha podré decir que estoy satisfecho y que el Gobierno realizó buena parte de su trabajo. Al final del mandato quiero que el pueblo se refiera a mí como el señor el que colocó el país en los rieles», dijo.

En ese sentido reiteró que su intención es gobernar el período no completado por Rousseff, hasta diciembre de 2018, y descartó que pueda intentar la reelección en las próximas presidenciales. «Ya descarté varias veces que pueda ser candidato a presidente en 2018», dijo. EFE (I)

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