Carta a Lenín Moreno: Usted tiene el beneficio de la duda

Como el otro cincuenta por ciento del país el pasado dos de abril tampoco voté por Usted. Me parecía evidente que llegaría a beneficiarse de un sistema opresor del ciudadano, concentrador de poder, asegurador de impunidad y profundamente irrespetuoso de las libertades civiles. Me parecía evidente que llegaba al poder a perpetuar ese sistema, que en ninguna medida sería el candidato capaz de enmendar esta visión latifundista con la que AP y sus amigos han gobernado nuestro país estos últimos diez años.

Usted puede declararse el ganador de esta contienda electoral. Sí, ha existido un abuso de los bienes del Estado y de los fondos públicos, ha existido un fraude electoral al menos en cuanto a la igualdad de oportunidades de los candidatos. Sí, el CNE ha permanecido impasible y amable mientras su esquema de campaña le permitió beneficiarse electoralmente de las obras públicas. Todo eso y mucho más es cierto y cuesta mucho como ciudadano pensar en que debemos pasar la página. Este es el Estado que tenemos y Usted es el líder que nos gobernará los siguientes cuatro años, eso es un hecho.

Podríamos iniciar este capítulo pateando al perro y deseándole lo peor a Usted y su equipo, derrochando todo el arrebato que tenemos frente a este Gobierno en perjuicio suyo. Podríamos hacer eso pero sería un ejercicio absurdo, todos estamos en el mismo barco. Por ello y como Usted ha dicho que gobernará para todos y mis impuestos pagarán ese ejercicio me permito hacerle algunas recomendaciones (muchas de ellas a tono de súplica):

1. La legitimidad en el poder es de origen y de ejercicio. Como consecuencia de un CNE que -guiado por la batuta oficialista- no ha conseguido credibilidad ni en el fondo ni en las formas, para gran parte de la población Usted no tiene legitimidad de origen. Esta legitimidad nunca la podrá reivindicar, por ello, haga todo para ganarse la legitimidad en el ejercicio de sus funciones.

2. Usted es el Presidente. Aquí ya no manda Rafael Correa ni nadie de su círculo cercano. Convénzase de eso. No hace falta auparlo ante periodistas, hágalo frente al poder de Alianza País que seguramente tendrá muchas cortinas de humo en forma de personas rondando su aun prematuro ejercicio del poder. No importan sus compromisos partidistas, no importan sus amigos al interior ni los que le hubieren pedido algún favor. No importa ninguno de los que le estarán pidiendo mantener el statu quo. Tome un poco de la prepotencia de Rafael e impóngasela a su gabinete y a los que seguramente lo estarán azuzando.

3. Gran parte del poder arbitrario y concentrador que el Gobierno ejerce frente a los ciudadanos nace del discurso. Desmantélelo. Las argucias retóricas de Rafael Correa son muy útiles para convencer a las masas, ironizar e inutilizar los derechos ciudadanos y convertir el agua en vino pero le impiden conectarse con realidad y construir un Gobierno respetuoso del estado de derecho. Deseche la retórica propagandística y ultra falaz que ha imperado estos diez años.

4. No se aferre a esta estructura como un buzo a su tanque de oxígeno. Desarme este rompecabezas que ha hecho del Ecuador un latifundio cosméticamente institucionalizado. Niegue a los que ven al país como su hacienda y despida a quienes han hecho de lo público su patrimonio. Usted tiene una oportunidad histórica. Puede callarnos la boca a todos los que no lo creemos capaz de negar y deconstruir este sistema perverso que lo cobija. Puede concretar sus promesas de campaña. Nada lo limita. Es solo usted frente a la banda presidencial. El 25 de mayo puede empezar a callarnos la boca y perseguir de frente a la corrupción, desmantelar el esquema opresor al periodista que entre Superintendencias, Supercomes y procesos judiciales, ahogan la investigación y la libre expresión.

5. La maquinaria correista deja muchas tentaciones para el poder ejecutivo. No las utilice. Por lo que más quiera, desintégrelas. No llame a los jueces. No censure a los periodistas. No condene en los micrófonos. Póngale la mano firme a la Contraloría y a la Fiscalía para que sin persecuciones ni fijaciones cumplan su mandato legal y den la certeza a la ciudadanía de que el poder no ampara a los corruptos. Usted puede hacer eso y mucho más, señor Presidente electo.

6. Finalmente, no imponga el poder a quemarropa. Debe ser difícil teniendo la mermelada de todo un Estado a su servicio pero Lenin Moreno es un hombre de batallas y esta no debe quedarle grade.

7. Nunca olvide que Usted, aunque se encuentre rodeado de seguridades impenetrables, camionetas blindadas sin placas y aduladores, es un ser humano. Recuerde que los ciudadanos de a pie somos sus jefes y usted nuestro empleado.

Me despido advirtiéndole que casi la mitad del país se encuentra expectante, viendo qué hace frente a esta responsabilidad histórica, aferrada a este beneficio de la duda.

Por último, Señor Presidente electo, por lo que más quiera le pido: Llegue a gobernar no a usufructuar. Ahora que es nuestro líder, Usted tiene el beneficio de la duda.

Sinceramente,

Víctor Cabezas

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