Oscar Illingworth: «El documental tenía todo lo que me gustaba de la ficción»

Imagen de "La casa de Walter", película documental dirigida por Oscar Illingworth.

En 1993, Walter Suárez dedujo que la explotación minera ilegal terminaría en un deslave que terminaría causando inundaciones en el área donde habitaba. Pensó entonces que tenía que estar listo para lo peor.

Cuando el deslave y posterior inundación ahora conocidos como el desastre de La Josefina finalmente llegaron, Walter estaba preparado. Su casa había sido modificada para poder flotar y sobrellevar el desastre, y así lo hizo.

Su impresionante historia es el enfoque de La casa de Walter, un filme documental realizado por el guayaquileño Oscar Illingworth.

En una entrevista, Illingworth, cineasta de 23 años, cuenta cómo decidió realizar el proyecto, al mismo tiempo explicando su fascinación por el cine documental.

¿Cómo surgió la idea de hacer La casa de Walter?

La casa de Walter empezó con una asignatura de universidad. Yo estudié comunicación audiovisual y nos habían propuesto plantear una idea para un posible documental. A partir de allí empecé a desarrollarla.

Mi familia de parte materna es de Cuenca, cerca de la zona de Paute. Paute se inundó en el año 93 por La Josefina y yo había oído la historia de este hombre que decidió salvar su casa. Así que decidí hablar con este señor. A través de mi abuelo me pude comunicar con él, pero quedó más o menos en papel por un rato.

Cuando tuve la oportunidad, fui a buscar maneras de financiarla. Vine con un guion escrito y con la intención de hacerla. La hice con ayuda de mis abuelos y amigos. Es una película bastante artesanal.

Oscar Illingworth.

¿Cómo te interesaste en el cine documental?

Es algo que nunca me había interesado. Creo que la universidad sirve para encontrar personas que te abren puertas que tú ignorabas. Yo tuve un profesor que me abrió la puerta al cine documental y me impactó bastante. El cine documental tenía todo lo que me gustaba de la ficción y no tenía lo que no me gustaba.

Pero el documental que me interesa es el más experimental. Si miras La casa de Walter te darás cuenta de que es bastante convencional, pero lo que a mí de verdad me apasiona es lo más experimental. Ese cine que no se queda en la objetividad, sino que puede ser bastante íntimo. Eso es a lo que me estoy tratando de acercar un poco más en este momento.

¿Estás trabajando en algo en este momento?

Quiero hacer algo sobre Guayaquil. Es una ciudad un poco jodida. Hay un tema con las iguanas aquí muy interesante.

¿Tenías interés en el cine antes de hacerlo tu carrera?

Más o menos. Me he dado cuenta de que, generalmente, los cineastas, sean grandes o chiquitos, han tenido alguna experiencia con el cine que les cambió la vida. Alguna vez vieron E. T. y se dieron cuenta de que el cine era algo superior. Pero yo nunca tuve algo parecido.

Aunque cuando estaba por graduarme del colegio, participé en un festival de cine intercolegial. Presenté un cortometraje y gané al mejor director. Me impactó. No tanto haber ganado sino haber visto la imagen que había creado en una pantalla grande. Es algo que no he vuelto a sentir.

No sé si entre a la sala a ver La casa de Walter. Es duro que algo que ha sido tan personal termine siendo visto por tantas personas.

¿A qué te dedicas actualmente?

Trabajo para una productora. Escribo críticas de cine cuando tengo tiempo libre.

¿Tienes tiempo para futuros documentales?

Sí. Ahora ando con una cámara chiquita y ando grabando por la calle. Así convierto los lapsos de tiempo de ocio en rodajes. Así es como muchos cineastas que trabajan ahora hacen cine. Lo que ellos hacen es convertir su vida en cine. También tengo algunas ideas por ahí.

La casa de Walter será uno de los documentales exhibidos en el Festival EDOC. En Quito se la podrá ver el jueves 18 en el cine Ochoymedio. Más información en festivaledoc.org.

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