Muere Marco Aurelio García, hombre clave de Lula en América Latina

Marco Aurelio García. (Marcelo Camargo/Agência Brasil

El historiador brasileño Marco Aurelio García, que fue asesor de Asuntos Internacionales en los Gobiernos de Luiz Inácio Lula da Silva y Dilma Rousseff, falleció hoy a los 76 años víctima de un infarto, según informaron fuentes políticas.

Durante las gestiones de Lula y Rousseff, García fue un hombre clave en la política exterior de Brasil y muy en especial en todo lo relacionado con América Latina, una región a la que dedicó buena parte de sus estudios y su vida política.

Profesor jubilado de historia de la Universidad de Campinas (Unicamp, en São Paulo), Garcia se ganó un lugar en los anales de la política externa brasileña elevando el cargo de asesor internacional de la presidencia, hasta entonces sin tradición, a un nivel estratégico y público durante más de una década.

Entusiasta de las alianzas Sur-Sur, fue un defensor de la creación de los llamados BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Suráfrica) y de instrumentos de integración en Latinoamérica, como las hoy desprestigiadas Unasur y Celac, que marcaron el ápice de la proyección internacional de Lula. Los críticos lo acusaban, por ejemplo, de ser uno de los responsables de la condescendiente, según algunos, postura de Brasil hacia la Venezuela de Hugo Chávez o la Bolivia de Evo Morales.

García se inició en la política en su juventud, cuando se vinculó a los comunistas que dominaban los centros universitarios de Porto Alegre, y en tiempos de la dictadura militar se exilió en Francia, donde participó en los movimientos de mayo de 1968.

Regresó luego a Brasil para salir al exilio nuevamente y residió en Uruguay, Chile, Argentina, México, hasta que retornó a su país en 1979, con una apertura política promovida por la dictadura.

García participó en 1980 en la fundación del Partido de los Trabajadores (PT) junto a Lula y también fue uno de los promotores del Foro de Sao Paulo, que congrega a organizaciones de izquierdas de América Latina.

Su protagonismo en la política exterior del Gobierno de Lula en todo lo relativo a América Latina y su amistad con muchos de los líderes regionales de la época llevó a que muchos lo tildarán de «canciller en la sombra«, frente a lo cual siempre dijo que no era más que un mero «colaborador» del presidente.

Fue, sin embargo, un importante mediador en conflictos que ya entonces enfrentaban al fallecido presidente venezolano Hugo Chávez con la oposición o en diversas negociaciones de paz intentadas con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).

También fue uno de los promotores del Foro Social Mundial, una de las últimas grandes experiencias de la izquierda internacional y que fue plataforma de muchos de los líderes latinoamericanos del arco socialista que llegaron al poder en los últimos 15 años. EFE

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