China, el mayor mercado mundial del automóvil, empieza a decir adiós a los coches movidos por gasolina al anunciar que estudia prohibir la producción y venta de coches impulsado con combustibles fósiles.
El anuncio realizado este fin de semana por el viceministro de Industria y Tecnología de la Información, Xin Guobin, en un foro del sector, llega tras unos meses frenéticos de alianzas estratégicas en este sector, un proceso que puede llevar a China a convertirse en el líder mundial del sector eléctrico.
Con la grave contaminación de las grandes ciudades como telón de fondo, pero también con el objetivo de colocar a China en la punta de lanza de la tecnología, el Gobierno central promueve desde hace años el desarrollo y venta de vehículos híbridos o eléctricos, de los que el año pasado se vendieron 507.000 unidades en este país.
El anuncio de Xin llega después de que su Ministerio publicase en junio un documento para la discusión pública en el que se planteaba la posibilidad de establecer cuotas obligatorias de ventas para lo que China se llama «vehículos de nuevas energías» (VNE, híbridos o eléctricos).
Aunque no hay una decisión concreta, y desde entonces se ha filtrado que las fechas podrían retrasarse, el documento proponía que coches híbridos y eléctricos alcanzaran el 8 % de las ventas totales en 2018, el 10 % en 2019 y el 12 % en 2020, año en el que estos vehículos venderían 2 millones de unidades en China.
Teniendo en cuenta que el año pasado se vendieron más de 24 millones de coches en China, más otros dos millones de vehículos industriales, estos objetivos, incluso si se retrasan, son muy ambiciosos.
Varios fabricantes contactados por Efe declinaron hacer comentarios sobre estas ideas gubernamentales, ya que no han sido aprobadas, pero apuntaron que esperan que Pekín apruebe un marco legal predecible.
Pero los principales constructores presentes en el mercado chino llevan ya tiempo preparándose para esta enorme transformación que renovará a fondo el sector.
El grupo Volkswagen abrió el fuego con una alianza a finales del 2016 con la china JAC (que no es uno de sus socios tradicionales en este país). En los últimos dos meses, Daimler-Benz, Ford y Renault-Nissan han anunciado alianzas similares con otros fabricantes chinos.
Daimler-Benz anunció en julio un acuerdo BAIC para fabricar VNEs dentro del cual compró parte del capital de Beijing Electric Vehicle, una subsidiaria de BAIC.
En agosto, Ford dijo que trabaja conjuntamente con el fabricante de autos eléctricos Zotye, aunque aún no hay un acuerdo formal.
Pocos días después Renault-Nissan se sumó a la tendencia al firmar una alianza con Dongfeng (curiosamente, dueña del 14 % del grupo francés PSA que agrupa a Peugeot y Citroën) para fabricar un todocamino eléctrico.
La alianza de Daimler-Benz se suma a la que ya tenía con la china BYD, que permitió el lanzamiento de la marca eléctrica Denza, en 2014. Un acuerdo similar tiene BMW con Brilliance, que dio luz a la marca Zinoro, pero en ambos casos con productos de escaso alcance comercial, con ventas limitadas a algunas grandes ciudades.
Daimler-Benz prevé sacar al mercado chino coches con la estrella de Mercedes-Benz en su capó, pero los demás acuerdos se orientan a la creación de nuevas empresas conjuntas («joint ventures», lo que legalmente están obligados los constructores extranjeros) pero con la novedad de que los vehículos tendrían marcas exclusivamente «eléctricas».
El objetivo del Grupo Volkswagen no es una presencia testimonial, sino «tener una posición competitiva en un mercado masivo», aseguró a Efe un portavoz de la compañía en China, Christoph Ludewig.
Añadió que, además de sus acuerdos con empresas chinas, el grupo prevé lanzar en este país en los próximos 2-3 años un total de 15 automóviles eléctricos o híbridos de sus marcas VW, Audi y Skoda, tanto construidos en China como importados.
Tesla y General Motors también han manifestado interés en producir eléctricos en China. La primera de ellas, una empresa emblemática del sector, ha alcanzado un acuerdo preliminar para construir una fábrica en Shanghái.
El mayor fabricante chino de eléctricos e híbridos es BYD, una empresa privada (los gigantes chinos del sector siguen siendo públicos) que vendió 46.855 coches de este tipo en la primera mitad del año.
BYD divulgó la semana pasada un plan para lanzar autos de pequeño tamaño movidos por electricidad que sustituyan a los cuadriciclos eléctricos presentes en toda China.
La divulgación de las intenciones del Gobierno chino, incluso si son a largo plazo, para prohibir los coches movidos por combustibles fósiles impulsó hoy en Bolsa a los fabricantes de híbridos o eléctricos.
El mejor ejemplo fue BYD, que también fabrica autobuses eléctricos y que subió hoy un 4,07 % en la Bolsa de Shanghái, aunque llegó a dispararse más de un 7 % al inicio de la sesión. EFE