Alberto Vélez: “Todos llevamos un felino en nuestro interior”

Alberto Vélez es un autor cuencano que hizo de Manta su ciudad de residencia. En 2008 salió del anonimato publicando dos libros, una novela y un ensayo. Desde entonces no ha parado, su obra inédita se compone de tres novelas, un poemario y un libro de cuentos.

Por estos días se ha vuelto a saber de él después de una larga temporada de silencio. La segunda edición de su libro de ensayo El síndrome del gato lleno, acaba de publicarse, y con ello no solo ha empezado la promoción de la obra, sino que ha puesto en evidencia su trabajo de ficción.

A propósito de esta reciente publicación, contactamos con él, para saber más de este libro cuya portada y título son llamativos.

En un presente donde existen más autores que lectores ¿Qué hace diferente la obra de Alberto Vélez?

Tratar temas universales en un lenguaje accesible a todos los públicos, utilizando el humor; la investigación histórica -como soporte-, personajes humanos y conceptos nuevos, como los que propongo en mi ensayo “El Síndrome del gato lleno” o en mis novelas. Por ejemplo: El códice de Ichán, trata sobre el posible encuentro de los vikingos con el pueblo maya, alrededor del año 1.000, lo que da origen a la leyenda del dios Kukulkán o Quetzalcoatl. “Uriel de las sombras” es una novela sobre un muchacho como cualquiera, que, por la influencia de un blogger de Internet, cree que puede convertirse en un vampiro y empieza a vivir como tal. “La resurrección del lobo” juega con la posibilidad histórica de que Hitler no hubiera muerto el 30 de abril de 1945. En mi novela lo llevo a vivir a un pueblo paraguayo llamado San Pedro de Icuamandiyú, donde hasta la fecha existe una colonia alemana conocida como Nueva Germania. “El Tesoro de los Incas” narra las vicisitudes de un extranjero que encuentra en los Llanganates el oro destinado al rescate del último de los reyes incas. En mi última y muy reciente novela “En los torbellinos del tiempo” cuento sobre el hallazgo de un objeto místico llamo Petra autem Saeculorum, que permite a quien lo posea viajar en el tiempo. Es decir que se puede cautivar a las audiencias distintas con temáticas subyugantes y únicos que lo lleven a un viaje por la ruta de los sueños.

El síndorme del gato lleno es un título llamativo ¿Qué motivos fueron los que propiciaron la escritura de esta obra?

Hay un refrán: “gato lleno no caza”, que hace alusión a que cuando estamos satisfechos no vamos por más y caemos en una zona de confort, en el centro de comodidad, que nos encierra, nos absorbe y nos impide avanzar. Este conformismo es padre de la inacción, de la falta de proactividad, del desgano, lo que nos conduce ineluctablemente a consumirnos en ese pequeño espacio en el que no hay lugar para la inventiva, el desarrollo personal, la motivación, el esfuerzo, la lucha, la tenacidad para alcanzar nuevos objetivos y transformarnos. Era necesario, por tanto, escribir un ensayo que trate el tema y busque caminos para quebrar esa burbuja que no nos deja ser mejores.

¿Cómo le fue a la primera edición de El síndrome del gato lleno?

Se vendió a nivel de amigos, conocidos, compañeros. Podría decir que fue un tiraje con mirada doméstica. Fue bien acogido; pero no se lo publicitó –salvo a través de mis conferencias-; por ello no logré universalizar el concepto.

Creo que las cosas ocurren en el momento perfecto y el ensayo cumplió la meta de ese entonces. Hoy tengo otra mirada y los horizontes se han expandido; empero el concepto de El síndrome del gato lleno, está vivo y latente. No ha dejado de ser objetivo, vital, con un discurso fuerte y llamativo. ¡Está vigente!

Esta segunda edición llega después de nueve años ¿Qué necesidad fue el detonante para que volviera a circular la obra? 

Quienes lo leyeron me insistieron en que hiciera un nuevo tiraje, esta vez más profesional, con otro enfoque de mercado y para ello elegí un sello editorial confiable y con visión: Tinta Ácida, es ahora quien maneja la obra literaria de Alberto Vélez y estoy seguro de que, en esta nueva etapa, podré llegar a muchos lectores que van a disfrutar de este trabajo.

El síndrome del gato lleno es ahora más actual que nunca y vale la pena hacerlo conocer a una nueva generación de posibles lectores.

¿Por qué un gato y no un perro u otro animal a quien comparar con el humano?

El gato es perezoso por antonomasia cuando ha cubierto su necesidad básica: comer. Por ello servía de muestra fidedigna de lo que no debemos ser. El conformismo nos inhabilita, nos crea una burbuja de falso bienestar, como la del gato. Hay, indefectiblemente, que escapar del área de confort si queremos crecer, elevarnos, edificar y aportar.

¿Cuánta vida del autor habita en las páginas de esta obra?

Toda obra tiene un fuerte soporte autobiográfico. Yo soy un hombre que ha hecho grandes cambios en su vida a partir del reconocimiento de lo que me hacía daño o me impedía avanzar. El síndrome del gato lleno es haberme reconocido como tal ante el espejo; pero haber tenido el valor de superarlo. Todos llevamos a un felino de tal naturaleza en nuestro ser interior y este se manifiesta con más frecuencia de la que quisiéramos. Hay que saber acabar con él, salir de su influencia maléfica. El gato lleno, en alguna medida, somos todos.

Todo lo que narró, parte de una experiencia propia

Como queda dicho, la experiencia es no solo lo que a uno le ocurrió, es también lo que vio pasar en gente cercana, en personas que amamos y que fueron destruidas por el síndrome. Es, por tanto, un libro vivencial, que tiene de mí, de ti, de otros. Es el retrato de cuantos se han dejado inmovilizar; es el dibujo de los que se resignaron a dejar de caminar y prefirieron quedarse en el mismo lugar, ya sin iniciativas, sin objetivos nuevos, sin porqués.

¿Es posible dejar de ser un “gato lleno” y llegar a vivir en amor?

Por supuesto que se puede dejar de ser un gato como el de este ensayo. La obra enseña caminos, fórmulas, trucos y secretos para definir rutas de mejoramiento constante, caminos de solidaridad, herramientas de trabajo en equipo. Es un libro de cabecera que todos deberían tener para no estancarse.

¿Qué hay, literariamente hablando, después del gato lleno? ¿En qué concentra sus días como escritor?

Siempre estoy produciendo. Escribiendo, pintando, haciendo música. En el plano literario hay 3 novelas que esperan ver muy pronto la luz; un libro de poesía que publicaremos junto a mi compañera de vida, Amira. Un compilado de arte digital. Una exposición… en fin. Hay Alberto Vélez para rato y pronto los sorprenderemos con material recién salido del horno.

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Por Cristian López Talavera

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