Miles marchan en Zimbabue al grito de «¡Fuera Mugabe, fuera!»

Zimbabue, 18 de noviembre de 2017. Gente marcha pidiendo renuncia de Mugabe. EFE/EPA/KIM LUDBROOK

HARARE, Zimbabue  — Gente llena de entusiasmo se congregó el sábado en la capital de Zimbabue, donde miles de personas marcharon para pedir la marcha del presidente, Robert Mugabe, uno de los últimos líderes africanos de la liberación que quedan, tras casi cuatro décadas en el poder.

En una colorida marcha que hace apenas unos días habría sido reprimida de inmediato por la policía, zimbabuenses eufóricos corrían por las calles, alzando los brazos en gesto de triunfo. Varios jóvenes gritaban, reían y se abrazaban.

Algunos llevaban carteles con una imagen del comandante del Ejército, que lideró una operación militar esta semana y puso a Mugabe bajo arresto domiciliario, con el lema “¡¡¡Vamos, vamos, nuestro general!!!”. Los manifestantes entregaban banderas a los soldados, que las aceptaban y las ondeaban.

“Es como la Navidad”, dijo un manifestante, Fred Mubay. Los zimbabuenses, comentó, llevan mucho tiempo sufriendo.

Soldados del Ejército de Zimbabue, sin embargo, impidieron a los manifestantes que protestan por las calles de la capital, Harare, que llegasen hasta el palacio presidencial, informa el diario local The Source. Un general de las Fuerzas Armadas pidió a los manifestantes que llegaron hasta las inmediaciones de la residencia oficial del mandatario que se fueran «a casa para permitir las negociaciones sobre la salida de Mugabe (del poder) que tienen lugar en el Palacio Presidencial», aunque no aclaró si el jefe de Estado se encontraba en su interior.

Los soldados bloquearon la calle que da acceso al recinto, aunque los manifestantes no desalojaron la zona colindante. Se cree que Mugabe, de 93 años, ha pedido más tiempo en las negociaciones para darle una salida con un barniz de dignidad.

Sin embargo, el jefe de estado más anciano del mundo ha perdido prácticamente todo su poder y se ha visto abandonado por la mayoría de sus aliados, mientras otros eran arrestados. El partido gobernante se ha puesto en su contra y convocado una reunión del Comité Central este fin de semana para destituirlos a él y a su esposa. También podría ser impugnado cuando el Parlamento reanude sus sesiones el martes.

La multitud que bailaba el sábado en Harare dejó claro que el país está impaciente por seguir adelante sin Mugabe, que llegó al poder hace 37 años en medio de un aire de optimismo pero después ha sido acusado de sofocar el potencial de un país antes próspero.

Pese a la preocupación sobre quién sería el próximo en tomar el mando y qué libertades podría haber disponibles si el Ejército sigue en el poder, o si el hombre que fue vicepresidente de Mugabe durante años y fue despedido hace poco lidera un nuevo gobierno, la gente celebraba la poco habitual ocasión de expresarse.

Los manifestantes esperaban que una gran asistencia a la marcha del sábado, autorizada por el Ejército, acelerase el fin oficial del mandato de Mugabe, al que se culpa de forma generalizada por el colapso de una economía que estuvo entre las más prósperas de África.

La gente se reunían en algunas calles principales del centro de Harare. Los conductores tocaban las bocinas de sus autos y la gente que pasaba silbaba y vitoreaba incluso mientras se dirigía a sus tareas cotidianas.

En la marcha participaron veteranos de la guerra contra el régimen de la minoría blanca, antes estrechos aliados de Mugabe, así como activistas de oposición que han sufrido persecución policial por parte del gobierno.

En un cruce de calles, un vendedor alzaba un diario con el titular “Mugabe arrinconado”.

Un conductor estaba tan entusiasmado que salió de su coche en movimiento y bailó delante de él unos minutos, mientras, el vehículo vacío avanzaba despacio por una calle flanqueada de gente vitoreando.

Algunos zimbabuenses blancos se sumaron a la multitud en la plaza Freedom de Harare, también conocida como plaza Robert Mugabe. Algunos ciudadanos blancos y negros se abrazaron entre sí.

Talent Mudzamiri, de 37 años, nació poco después de que Zimbabue lograra la independencia.

“Es como un alivio”, dijo. “Hace mucho tiempo que no se oyen nuestras voces. La tendencia en África, cuando habla la gente, es que no se les oye”.

Admitió que el país afronta desafíos en el largo plazo, aunque afirmó que “el enemigo común es Robert Mugabe. Eso para empezar”. Si el próximo líder de Zimbabue es igual de problemático, señaló, “saldremos de nuevo”.

Por CHRISTOPHER TORCHIA, AP. Editado con reportes de EFE.

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