Europa apuesta por hacer negocios con Irán pero persisten los temores

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La Unión Europea (UE) está comprometida institucionalmente con el comercio con Irán y el interés de las compañías es indudable, pero la andadura empresarial en el país persa se sigue haciendo con pies de plomo.

Los contactos se restablecieron tras la firma del acuerdo nuclear en 2015 entre Irán y seis grandes potencias, cuando comenzó un trasiego continuo de misiones comerciales para explorar las oportunidades de negocio de un país lastrado durante años por el embargo internacional.

Dos años después, las delegaciones siguen viniendo al país y algunas empresas se han instalado y han firmado memorandos de entendimiento o contratos, pero con precauciones, principalmente aquellas con negocios en EEUU.

Las dudas han vuelto a dispararse desde que el presidente estadounidense, Donald Trump, amenazó hace poco más de un mes con abandonar el pacto nuclear si este no es modificado y ordenara al Congreso decidir si se reimponen las sanciones levantadas.

La UE, sin embargo, ha dado su apoyo firme al acuerdo y varios de sus responsables han realizado en noviembre visitas a Irán, entre ellos la secretaria general del servicio diplomático comunitario, Helga Schmid, y el comisario europeo de Agricultura, Phil Hogan.

Schmid abogó por una mayor cooperación con Irán, también en materia de energía nuclear, y Hogan por «normalizar las relaciones comerciales con Irán».

«Queremos hacer negocios con Irán», aseveró el comisario, que encabezó una misión de alto nivel compuesta por más de 40 empresas europeas, y reveló que el comercio bilateral alcanzó este año los 10.000 millones de euros.

No obstante, las empresas europeas temen verse penalizadas por las sanciones estadounidenses que permanecen en vigor, pese a la firma del acuerdo nuclear, o por las nuevas que Washington ha impuesto o planea imponer.

Estas «dificultades» o la eventual retirada de EEUU del pacto nuclear es «algo que está planeando en todo momento», según Joan Mir Piqueras, director general de la empresa española hortofrutícola Anecoop, quien viajó con el comisario europeo a Irán.

«Claro que hay temores, pero de momento no hay represalias de EEUU. Además, estamos hablando de una hipotética de sanciones y por ahora con todo el apoyo de la UE nos sentimos seguros», dijo a Efe.

Piqueras, al igual que otros empresarios, valoró como positiva la «apuesta decidida y firme de la UE», que se espera defienda a sus compañías en caso de que EEUU adopta medidas drásticas.

Por el momento, la Casa Blanca ha asegurado que no pretende bloquear el comercio entre la UE e Irán, aunque sí ha advertido contra hacer negocios con las empresas vinculadas con los Guardianes de la Revolución, muy presentes en la economía iraní pero sancionados por EEUU por su «apoyo al terrorismo».

Según los medios iraníes, esta semana el Tesoro estadounidense impuso sanciones contra dos compañías iraníes por sus supuestos vínculos con los Guardianes, en un movimiento que incluyó también a dos firmas alemanas.

Muchas compañías europeas temen invertir en Irán por estas sanciones unilaterales de EEUU, aunque varias de las grandes, como Airbus, Total y Siemens, ya han firmado millonarios contratos.

El acuerdo de Total, parte de un consorcio que invertirá más de 4.200 millones de euros en el yacimiento de gas de South Pars, se mantiene en el aire, ya que la petrolera francesa ha indicado que deberá revisarlo si cambia el régimen de sanciones.

En opinión de un representante de una empresa europea afincada en Irán, que prefirió el anonimato, la mayoría de las firmas vienen con un «bajo perfil», sin publicitar sus actividades ni sus viajes al país persa.

Hay ganas de «apostar más» por el mercado iraní pero persiste la «incertidumbre», explicó a Efe esta fuente, que señaló un aumento de los intercambios comerciales pero pocos contratos importantes o grandes inversiones.

Los principales problemas son la financiación de los proyectos, ya que el Gobierno iraní no está dando garantías soberanas, así como las reticencias de los grandes bancos europeos a entablar relaciones con Irán por las sanciones de EEUU.

Las exportaciones europeas a Irán incluyen piezas de maquinaria, equipos de transporte y productos farmacéuticos, entre otros, mientras que el sector de los hidrocarburos tiene también mucho potencial.

Sin embargo, sigue pesando más la estabilidad e importancia de hacer negocios en EEUU y, como reconoció el propio viceministro iraní de Exteriores, Abás Araqchí, «ningún país europeo perderá el mercado estadounidense por posicionare en el iraní». EFE

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