Ministro de Ambiente: Moreno busca reafirmar el apoyo que tiene

El ministro ecuatoriano de Ambiente, Tarsicio Granizo, habla durante una entrevista con Efe hoy, martes 30 de enero de 2018, en Quito (Ecuador). Granizo cree que Lenín Moreno busca "reafirmar el apoyo que tiene" con la consulta del domingo y que el día después deberá construir un nuevo frente de izquierdas tras la ruptura que se ha producido en el movimiento oficialista Alianza País (AP). EFE/Juan Francisco Chavez

El ministro ecuatoriano de Ambiente, Tarsicio Granizo, cree que Lenín Moreno busca «reafirmar el apoyo que tiene» con la consulta del domingo y que el día después deberá construir un nuevo frente de izquierdas tras la ruptura que se ha producido en el movimiento oficialista Alianza País (AP).

«Esta consulta lo que busca es reafirmar el apoyo que tiene el presidente, que no ha bajado del 68-70 por ciento«, aseguró el ministro en una entrevista con Efe en la que analizó el significado del proceso electoral y la situación política a raíz de la consulta.

Aunque la crisis entre Moreno y su predecesor y ahora excorreligionario Rafael Correa había comenzado antes de la convocatoria, el plebiscito ha conducido a la división en el movimiento de izquierdas que gobierna el país desde 2007.

Correa y sus seguidores rechazan los intentos de Moreno de abolir la ley de reelección indefinida (pregunta 2), porque afecta a cualquier aspiración futura del exmandatario, y a que el Consejo de Participación Ciudadana, ente que designa las autoridades de control, sea reestructurado o anulado (pregunta 3).

Se trata de un organismo regulador de lo público, que la oposición siempre ha visto como uno de los brazos más emblemáticos del correísmo y que Moreno quiere enmendar o sustituir por «gente proba», dentro de su estrategia de diálogo con todos lo sectores.

Sobre estas dos preguntas más políticas, el ministro insiste en que está a favor de un modelo como el de Uruguay, en el que «el Frente Amplio lleva en el poder mucho tiempo y nunca ha habido reelección continua», es decir, que «ha habido tres presidentes del frente y el proceso (de cambio) no se ha caído».

De 55 años y ministro desde mayo pasado, Granizo cree que la consulta es necesaria, que no obligatoria, porque es «el instrumento más democrático posible en cualquier sociedad».

«Si bien todas las preguntas pudieron haber sido resueltas en la Asamblea o con decretos ejecutivos, creo que son temas que importan tanto al Estado que vale la pena consultar al pueblo», matizó.

Licenciado en Ciencias Biológicas por la Pontificia Universidad Católica del Ecuador (PUCE) y con estudios en Ecoauditorías y Planificación Empresarial del Medio Ambiente en el Instituto de Investigaciones Ecológicas de Málaga (España), considera que tras el 4 de febrero, Moreno saldrá reforzado por la ciudadanía, pero dentro de su propia formación deberá iniciar un proceso de reconstrucción.

«AP fue un excelente aparato eleccionario, pero no creó poder popular, ni organizaciones de base… ¡Lo digo así! Correa salía a la calle y se llevaba a las gentes, pero la mayoría eran funcionarios públicos», explica.

Y sostiene que el principal error de la Revolución Ciudadana (el proyecto político y social de la izquierda) en estos últimos diez años fue haber dejado pasar la oportunidad histórica de construir un movimiento ciudadano organizado. Por ese lado tendremos nosotros que empezar a trabajar en este Gobierno», adelantó.

De la izquierda revolucionaria más tradicional (Granizo no duda en identificarse con la formación española Podemos), insiste en que la «revolución» no empieza ni termina con un presidente, y el proceso que vive su país desde 2007, apunta, es «producto de decenas de años de luchas sociales».

Apela en ese sentido a «repensar» el modelo de organización política que quiere ser el movimiento oficialista, con el fin de poder conseguir un «frente político de las izquierdas ecuatorianas».

Agrupación que permita a Moreno gobernar claramente desde la izquierda en momentos en los que no tiene mayoría en la Asamblea (el frente correísta lo dejó en minoría) y su partido en plena ruptura.

Hasta entonces, da muestras de un pragmatismo político inusual en la izquierda ecuatoriana, el de pactar «coyunturalmente» incluso con la derecha conservadora allá donde sea posible y necesario.

Eso sí, insta a «no permitir que esta consulta se la lleve la derecha», que la ha estado apoyando por sus propios intereses y advierte que cuando llegue el 5 de febrero, «querrá subirse al carro de la victoria».

«Tenemos que dejar claro que una cosa es el sí que propone la izquierda, y otra cosa es el sí de la derecha y las razones por las que lo apoya», concluye. EFE

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