Una limpia

Los informes de Contraloría que hoy están en manos públicas demuestran la cantidad de irregularidades en nombramientos de fiscales y otros funcionarios.

La suspensión del concurso de méritos de la Función Judicial por parte del Consejo de Participación Ciudadana merece un aplauso inmenso. La investigación ordenada por dicho ente no solo a las autoridades del Consejo de la Judicatura sino también a la Fiscalía General del Estado, las del Consejo Nacional Electoral y la Superintendencia de Bancos es esencial en iniciar la limpieza que necesitamos hacer en los entes de control. Si algo nos queda claro es que muchos funcionarios del gobierno pasado confundieron una década con la inmortalidad, pensaron que jamás serían investigados, pensaron que durarían por siempre.

Es un buen comienzo y lo hacen con energía que se percibe en los plazos determinados para cumplir con los requerimientos. El Consejo de Participación Ciudadana incluso presentó la opción a la ciudadanía de presentar las denuncias que pueda tener cualquier individuo acerca de una autoridad que esté siendo investigada, con un plazo de 5 días.

El testimonio del policía frente a la comisión de Fiscalización de la Asamblea Nacional acerca del parte sobre la evidencia del audio presentado por el Fiscal Baca Mancheno nos continúa dando motivos para desconfiar del manejo de la Función Judicial y de la autoridad en general. La presidente de la comisión de Fiscalización se encuentra excusada y está en Ginebra. Ella ya ha manifestado su deseo de dejar dicha comisión. Cuando los jueces sean juzgados… así comenzaba una cita que pasó frente a mí hace unos días. Resulta que el correísmo se acostumbró a ser juez y parte, se acostumbró, según lo presentan los reportes ahora, a manipular las leyes para hacer lo que les parecía ¿con qué fines? Sólo sus conciencias lo sabrán. Es tanto lo que hay que destapar que esa gestión se convierte en algo heroico si es hecho a cabalidad.

Mientras tanto, el gobierno anuncia un plan económico que dice que no habrá aumento de impuestos, lo cual no es cierto. El ecuatoriano sigue trabajando para pagar el financiamiento del déficit fiscal y todas las barbaridades de un estado obeso y mal criado que se acostumbró a vivir del esfuerzo de otros. El incremento de aranceles encarece el costo de la vida y quita competitividad. No se puede esperar un resultado diferente si se siguen haciendo las cosas de la misma manera, ese principio es de Einstein. Lo claro es que el grueso del esfuerzo viene por parte del bolsillo de la población y la reducción del estado es todavía poco definida. No se entiende que la masa burocrática haya aumentado y ahora se hable de austeridad cerrando entidades y dejando que el personal sea absorbido por otros entes estatales. Esto no es un truco de magia, son matemáticas.

Parece que necesitamos una limpia urgente y más que nada, #Nosfaltan3.

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