¿Por qué un plantón para protestar hoy?

Raúl Andrade Gándara
Quito, Ecuador

Me han pedido explicaciones. ¿Para qué es el plantón? ¿Quién es este señor? ¿Qué propone? Y las explicaciones son varias.

Les diré la mía. Soy un ex diputado, un ex concejal de Quito. Me desafilé de la disciplina partidista hace treinta años. He purgado mis culpas. Me alejé de la política partidista pues no me representa. Soy un hombre libre, como todos ustedes, libre de expresar mis ideas y mis creencias sin tapujos ni temores ni reverencias.

Me preocupa mi país, nuestra gente. Veo a hijos y nietos migrar frente a la falta de oportunidades, frente a la envidia y la mediocridad, frente a la masificación para ocultar el resentimiento. Veo una pobreza cada vez mayor por la ineptitud del Estado para entender las necesidades profundas de la gente. El ecuatoriano no necesita subsidios, necesita trabajo. El ecuatoriano quiere sentirse útil, no postergado. Hay que crear oportunidades desmontando una maquinaria obesa e ineficaz. Abrir el país a nuevas opciones de trabajo e inversión es un imperativo que no se logra con discursos sino con disciplina y decisiones.

Creo que tenemos mucho que decir. Que es inaceptable el estado actual de cosas. La impunidad campea. El encubrimiento es más poderoso que la justicia. La impunidad un mal que no se ha erradicado. Al contrario, se ha enseñoreado. El País no tiene un rumbo firme, y los errores son más que los aciertos. Es imposible seguir en silencio. La mayoría está en la obligación de organizarse frente al embate de minorías interesadas y manipuladoras.

Es el momento de alzar nuestra voz frente al abuso. La libertad es un don preciado que nadie puede arrebatarnos. ¡Y vamos a pelear por ella! Mi interés es esencialmente cívico, y no me mueve ninguna ambición personal. Gustoso cederé la posta a cualquiera que tenga mejores méritos para entender la necesidad ciudadana y llevarla a buen puerto. Pero alguien tiene que empezar. Nadie puede hacerlo solo. Por eso los convoco y los invito a iniciar esta cruzada para expresar nuestro descontento y la necesidad inmediata de rectificar rumbos y exponer actos concretos para salir del marasmo en que estamos. Será un camino largo y difícil, pero hay que iniciarlo.

El miércoles 31 estaré al frente, para escuchar antes que hablar, para motivarnos, para comprometernos,para prender esa llamarada cívica y patriótica que necesitamos, y que estoy convencido muchos ayudarán a transportarla al resto del País.

Seamos parte del cambio que soñamos y queremos. Y hagámoslo con tesón y valentía. Los necesitamos a todos. Vengan a expresar sus afanes y sus miedos. ¡Podemos lograrlo y lo vamos a hacer juntos! ¡Qué viva un Ecuador libre, respetado y respetable, sin temores ni cortapisas! Que nos mueva el deseo de rescatarlo de manos codiciosas, mentirosas y tramposas, que se creyeron eternas e intocables. Que se acaben los abusos y las componendas. Somos una opción mayoritaria pero silenciosa. ¡Esto tiene que terminar! Queremos un país limpio y transparente, ¡y lo vamos a exigir !

¡Los esperamos!

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