Después de cinco semanas sin saber nada de él, el hijo menor del príncipe Carlos de Inglaterra, el principe Harry, volvía a dejarse ver.
Enrique se ha vestido de Papá Noel para sorprender mediante un mensaje en vídeo a los pequeños de esta asociación, que agrupa a niños que se han quedado huérfanos ya que sus progenitores formaban parte de las Fuerzas Armadas británicas, y que realiza actividades, viajes y juegos para ellos.
El duque de Sussex —que perdió a su madre, Diana de Gales, cuando tenía 12 años—, afirma en las imágenes: «Sí, perder a un padre es terriblemente duro, pero sé que todos y cada uno de vosotros, si os ayudáis los unos a los otros, lo haréis muy bien. Pasad una fantástica Navidad. El mensaje que quiero mandaros es que vuestros padres nunca serán olvidados. Y vosotros nunca seréis olvidados. Y espero que hoy, y sé que hoy, tendréis una sonrisa en la cara».
Al final del vídeo, Enrique se quita la barba blanca de Santa Claus para desearles a todos «una Feliz Navidad y un fantástico Año Nuevo».
Una Navidad que Enrique y su esposa, Meghan Markle, tratan de pasar de forma discreta. A mediados de noviembre decidieron tomarse un descanso de seis semanas de sus tareas oficiales y pasar un tiempo lejos de Reino Unido. Algo que, hasta esta aparición estelar de Enrique, estaban cumpliendo a rajatabla, sin que se les haya fotografiado y sin saber cuál era su destino.
Sin embargo, ahora han desvelado su secreto. Y lo ha hecho nada menos que Justin Trudeau. El primero ministro de Canadá publicó un tuit en su perfil el pasado sábado en el que daba la bienvenida a su país a los duques de Sussex: «Príncipe Enrique, Meghan, Archie, os deseamos una estancia tranquila y llena de bendiciones en Canadá. Os contáis entre nuestros amigos y aquí siempre sois bienvenidos». Un mensaje por el que ha sido muy criticado por desvelar el que hasta ahora era el secreto mejor guardado de la pareja.