¿2020 diferente?

Juan José Pons

Guayaquil, Ecuador

En un meme de Mafalda leo: «El que tiene que ser diferente no es el 2020. ¡Es usted».

Y coincido plenamente con Mafalda. Nada va a cambiar ni va pasar si los ecuatorianos no nos decidimos a ser diferentes. La clave es definir cómo debemos ser diferentes a lo que hemos venido siendo. He ahí el dilema, ya que las perspectivas y matices son muy variados. Sin embargo, haré un esfuerzo por sintetizar en qué deberíamos ser diferentes el 2020 para sentar las bases de un mejor futuro.

En primer lugar, debemos dejar de ser cómodos y vivir de la política del acomodo, de flotar de acuerdo a la circunstancia, pero no molestarse o desacomodarse para influir en esa circunstancia, dejar que otros luchen por nuestras causas y acomodarnos a lo que consiguen y si no consiguen también acomodarnos.

Si rompemos la práctica del acomodo entonces podemos ser mejores seres humanos; proactivos en generar los cambios positivos que nuestra sociedad requiere para recuperar los valores morales, cívicos, éticos de una ciudadanía civilizada que busca el bien común trabajando, produciendo, siendo solidarios, creando bases fuertes para el estado de bienestar que todos ansiamos, pero que poco hacemos por lograrlo -ya que queremos que nos den haciendo-.

Demanda mucha disciplina y voluntad dejar la comodidad, pero si no lo hacemos, la corriente de la inestabilidad social no arrastrará, de todas maneras, a la incomodidad de las alcantarillas de las sociedades disueltas por la comodidad de sus ciudadanos .

Seamos DIFERENTES  el 2020. Pensemos en ser 20-20 en lo que debemos aportar a nuestra familia y a la sociedad con nuestro trabajo y ejemplo, con la motivación de cambiar los que nos hunde y agobia, aquello que destruye nuestro futuro. Rompamos el círculo vicioso de la politiquería mentirosa, populista, demagógica y entremos a un círculo virtuoso de la política seria, honesta, transparente, con programas verdaderos que cambien nuestra estructura administrativa para hacerla sostenible y competitiva en el tiempo. De esta manera nos encaminamos al estado real de bienestar que anhelamos.

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