Cuba registra su cifra más baja de contagios desde julio

Jóvenes usan sus teléfonos en una zona wifi, el 23 de septiembre de 2020, en La Habana (Cuba). La digitalización, si se lleva a cabo de forma incluyente, ofrece una oportunidad para que Latinoamérica salga del agujero en que le está sumiendo la crisis del coronavirus y resuelva algunos de sus problemas estructurales. Este es el principal mensaje de los cuatro organismos internacionales que este jueves publican sus Perspectivas Económicas de Latinoamérica de 2020, en las que advierten del histórico impacto negativo que está provocando esa crisis en la región y de las consecuencias sociales. EFE/ Yander Zamora

Cuba registró este sábado 5 nuevos enfermos de COVID-19, su cifra más baja de contagios diarios desde julio, que coincide con un decrecimiento en los casos activos del virus, a dos días de la entrada oficial del país en la «nueva normalidad».

Los confirmados de hoy representan una disminución frente a los 26 anunciados el viernes por el Ministerio de Salud Pública (Minsap), que hasta la fecha sitúa el acumulado de positivos en 5.948, con un 91,5 % de recuperados (5.440) y 123 fallecidos.

En los hospitales permanecen 383 casos activos de coronavirus – de 540 hace casi una semana – entre los que solo uno se encuentra en estado crítico, dos están graves y el resto evoluciona de manera satisfactoria.

Los nuevos pacientes de este sábado fueron detectados entre 7.066 muestras PCR completadas la víspera, y de ellos, dos residen en La Habana, dos en Sancti Spiritus y uno en Ciego de Ávila.

Estas dos últimas provincias del centro cubano concentran las mayores tasas de incidencia del virus por habitantes y reúnen, respectivamente, 148 y 212 casos en estos 15 días, por lo que el Gobierno cubano decidió excluirlas por ahora del nuevo régimen de desescalada que regirá a nivel nacional desde el lunes.

La Habana, la región más poblada del país, pasó en las últimas semanas de tener las medidas más restrictivas y ser considerada el epicentro de los rebrotes, a tener la tercera tasa de incidencia y ser incluso sobrepasada en número de positivos por Ciego de Ávila, una territorio con menos densidad poblacional.

Por eso, y aunque registró más de 200 enfermos en estas dos semanas, las autoridades decidieron mover la capital a la fase 3 de reapertura, a solo un paso de la etapa de «nueva normalidad» en la que entrarán 12 provincias junto al municipio especial Isla de la Juventud.

Cuba sufrió un primer pico de COVID-19 en abril pasado y declaró controlada la enfermedad en junio, cuando inició un proceso escalonado de reapertura.

A mediados de julio la isla celebró dos días sin contagios locales, para dar un repentino viraje una semana después. Este sería el inicio de una segunda ola que tuvo su peor momento en septiembre, el peor mes para Cuba desde el inicio de la epidemia, con 1.605 positivos frente a los 1.432 de agosto, el récord hasta ese momento.

El rápido aumento de los casos puso en jaque la situación sanitaria en la región occidental y la cancelación de la desescalada en La Habana, el primer epicentro de los rebrotes.

Ahora, tras dos meses de cierre – uno de ellos con fuertes medidas que incluyeron un inédito toque de queda nocturno y el cierre de la ciudad-, la capital al fin registra una tendencia al control de la enfermedad, cuyo foco se movió al centro del país hace unas semanas.

De las dos provincias más afectadas, Ciego de Ávila demuestra una tendencia a la baja en los positivos, mientras que Sancti Spiritus aún continúa incrementando sus cifras de contagios, aunque sin llegar a los números de La Habana en agosto y septiembre.

La «nueva normalidad» en la que entrará la mayor parte de Cuba recaerá principalmente en los ciudadanos, que deberán asumir con «responsabilidad» un «nuevo código y estilo de vida», afirmó recientemente el presidente de la isla, Miguel Díaz-Canel.

En esta etapa reabren a plena capacidad los servicios, las actividades productivas y se reanudan los vuelos internacionales, aunque sin fecha concreta aún para La Habana, la principal puerta de entrada al país y el único destino permitido para aerolíneas estadounidenses.

Durante este periodo, los cubanos tendrán que usar mascarilla en lugares cerrados y grandes concentraciones al aire libre, deberán practicar el distanciamiento físico y acudir al médico si tienen síntomas.

«Este es el momento más difícil, donde el cumplimiento de las medidas adquiere un mayor valor», dijo hoy el director de Epidemiología del Minsap, Francisco Durán, en la penúltima de sus comparecencias televisivas diarias, que ahora pasarán a ser solo los viernes después de siete meses de transmisión ininterrumpida. EFE (I)

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