Milicias populares en Bolivia

Alberto Molina

Alberto Molina Flores

Guayaquil, Ecuador

Todas las dictaduras, una vez instauradas en el poder procuran captar todos los poderes y someter a las Fuerzas Armadas, corrompiendo a sus mandos y creando fuerzas paramilitares para la represión; los ejemplos actuales son Nicaragua, Venezuela, amén de Cuba.

El régimen de Maduro se jacta de la unión cívico-militar y se mantiene en el poder a base de cárcel, torturas y asesinatos. El aparato represivo está bien organizado desde Chávez: cuenta con civiles armados, que son grupos paramilitares, y están las fuerzas militares y policialesque reprimen marchas, secuestran opositores, y también están los que torturan encarcelados. Delincuentes encapuchados con armas de guerra, verdaderos escuadrones de la muerte; asaltan las barriadas más pobres. Operan con total impunidad y cuentan con el apoyo incondicional del régimen.

Estas peligrosas organizaciones paramilitares, que dependen directamente del mandamás, nos trae el recuerdo de los tristemente célebres “Batallones de la Dignidad” del dictador panameño Noriega, que eran verdaderas hordas de maleantes que cometían toda clase de tropelías, abusos y solo servían de fuerzas represivas a órdenes del dictador.

En Bolivia, el indígena Evo Morales llegó al poder en 2006, de inmediato convocó a una Constituyente, la nueva Constitución de 2009 establece en su Art. 168, “que el presidente será elegido por 5 años y puede ser reelecto en forma continua por una sola vez”.

Morales gobernó por primera vez entre el 2006 y 2009; luego, fue reelegido por segunda vez, de 2009 a 2014. Por resolución del obsecuente Tribunal Constitucional, se le autorizó a postularse nuevamente, ejerciendo su tercer mandato, 2014-2019.

Siguiendo el libreto de las dictaduras plebiscitarias, Evo Morales convocó a un referendo para modificar su propia Constitución y poder ser candidato por cuarta vez; el pueblo boliviano le dijo NO el 21 de febrero de 2016.

El Tribunal Constitucional, controlado por Morales, aprobó la reelección indefinida. La justificación de dicho Tribunal fue: que el límite de dos períodos para el mandato presidencial constituía una violación a los derechos humanos del gobernante, por lo que se le autorizó volver a postularse.

La historia de las elecciones presidenciales de Bolivia del 20 de octubre de 2019, es harto conocida, el fraude obsceno y la autoproclamación de triunfo por parte de Morales exacerbó al pueblo, bajo la presión ciudadana, con el retiro del apoyo de la policía y de los militares, se vio obligado a huir del país.

Morales ha venido conspirando abiertamente desde Argentina, ha tratado de volver a Bolivia para ser candidato, el Tribunal Supremo Electoral lo inhabilitó. “Si no me puedo candidatear, sepan que en Bolivia tengo contacto con militares patriotas”, indicó en una entrevista con el diario brasileño Folha de Sao Paulo.

Militares retirados revelaron en una carta que Morales les había confiado un proyecto a ciertos suboficiales y sargentos, “El proyecto de creación de la Guardia Nacional del Estado Plurinacional de Bolivia”.

Dicha declaración guarda un parecido con una realizada a principios de enero, cuando planteó la posibilidad de crear “milicias armadas” como en Venezuela, en caso de regresar al país.

Ahora la Coordinadora Nacional en Defensa de la Democracia, organización que defiende al gobierno electo del Movimiento al Socialismo (MAS), declaró: “Al nuevo gobierno estamos pidiendo a que se pueda hacer una reforma parcial a la Constitución Política del Estado para la creación de milicias armadas para defender al pueblo, para defender a este gobierno, para defender el proceso de cambio y sobre todo para defender la libertad”; Además, el dirigente de la Coordinadora Simón Amaru, sostuvo: “Que milicias armadas son necesarias para mantener los procesos revolucionarios, como sucedió en Cuba, Venezuela y Nicaragua”; además, en la propuesta, la Coordinadora también pidió castigar el delito de sedición con cadena perpetua; está claro, lo que están proponiendo es acallar las futuras protestas sociales.

Vale la pena recordar lo que piensan los miembros del Foro de Sao Paulo (FSP), que las Fuerzas Armadas Latinoamericanas -tal como están concebidas en la actualidad- deben ser destruidas o transformadas en milicias populares para que sirvan como brazo armado de la revolución, con el único objetivo de garantizar la permanencia en el poder de los gobiernos totalitarios de izquierda.

Más relacionadas