Impactante

Version 2

Mariasol Pons

Guayaquil, Ecuador

Las fotos de las pertenencias dentro del aeropuerto de Kabul y las inmediaciones dejan una huella de masacre dolorosa a la vida. Digo a la vida porque el control de ese país hoy lo tiene un grupo que, principalmente, se dedica a limitar las libertades de los ocupantes de ese territorio y, de esa manera, atenta contra la vida de quienes contravienen.

Habrá quien considere que dicha sociedad, en su mayoría, no contempla la gran magnitud de sus libertades por el modelo de creencias al que responde. El Islam -desde la ciudad de Bagdad- fue cuna de cultura, tolerancia y archivo histórico, pero por las razones que sea ya no lo es, sin embargo, es el fundamentalismo el que atenta contra el ser, no la religión en sí misma.

Las camisas, pantalones, vestidos, juguetes, medias, maletas, zapatos, calzones, papeles, cintas, bolsos que se ven en las fotos que inicio mencionando son una huella de que decenas de miles de pobladores de ese territorio si valoraban vivir con cierta amplitud, hoy perdida. Muchos se quedan porque no tienen opciones para salir, empezando con el hecho de que el aeropuerto no está operativo internacionalmente.  Me pongo en el lugar de esas personas que tuvieron que “empacar su vida” en 24 o 48 horas, dejar de relacionarse inmediatamente con su entorno para tener que adaptarse a escenarios absolutamente extraños, dejar los sabores, los olores, lo familiar, gente querida, la calle por la que acostumbraba a caminar, el negocio que pensaba desarrollar, en fin: cortar raíces y exportarse porque la vida, como la conocían o querían, deja de ser posible. Tuvieron que irse, salvar la vida (los que pudieron), con lo que llevaban encima. Un drama que queda plasmado para la historia, donde lo que marca es lo abrupto; tanto que pensé en las escenas documentadas de Chernóbil, distintas explosiones, no sé ni cómo explicar la relación, solo que allí está.

Se puede hablar de muchos otros países donde ha sucedido y siguen sucediendo situaciones familiares, como también hablar de la ocupación de Estados Unidos y aliados, pero ese no es el punto. El gobierno ecuatoriano ha confirmado que no vendrán grandes grupos de refugiados al Ecuador y mientras tanto, sigo pensando en los sueños de esas personas, en sus vidas, en la violencia de terminar con su cotidianidad, en la situación de absoluta vulnerabilidad de las mujeres que allí quedaron, en tener que renunciar a todo lo conocido por pugnas violentas de poder. Impactante.

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