Guayaquil, Ecuador
J’accuse…! Del francés “Yo acuso”, pronunciado por el escritor francés Emilio Zolá (1840-1902) en su célebre carta dirigida al presidente de la República Félix Faure a favor del capitán del Ejército Alfred Dreyfus, de origen judío, quien fue acusado de traición a la Patria, condenado a degradación y deportación perpetua a la Isla del Diablo. La carta publicada por el diario L´Aurore, señalaba: “Es mi deber: no quiero ser cómplice. Todas las noches me desvelaría el espectro del inocente que expía a lo lejos cruelmente torturado, un crimen que no ha cometido”.
Dreyfus fue declarado inocente y reincorporado al Ejército.
Marie-France Hirigoyen, terapeuta francesa, investiga y escribe sobre temas de psicología jurídica. Vale la pena transcribir algunas ideas de sus importantes publicaciones:
“Un individuo perverso podrá acusar de actos que no ha cometido a una persona a la que quiere descalificar. En los perversos las decepciones producen ira o resentimiento, y un deseo de venganza. Cuando un perverso percibe una herida narcisista (una derrota o una repulsa), siente un deseo ilimitado de obtener una revancha. No es una reacción pasajera, sino de un rencor inflexible”.
El dictador de Nicaragua, Daniel Ortega, calza perfectamente en lo que describe la terapeuta francesa, de cara a las próximas elecciones presidenciales del 7 de noviembre de 2021, Ortega ha iniciado una campaña de detenciones arbitrarias y persecución en contra de quienes percibe como una amenaza a sus pretensiones de perennizarse en el poder.
El escritor y exvicepresidente de Nicaragua, Sergio Ramírez, es la nueva víctima de la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo. Se lo acusa de “lavado de dinero, bienes y activos; menoscabo a la integridad nacional, y provocación, proposición y conspiración”.
Frente a tan descabellada acusación de los dictadores, Sergio Ramírez responde: “la dictadura de la familia Ortega me ha acusado a través de su propia Fiscalía, y ante sus propios jueces, de los mismos delitos de incitación al odio y violencia, menoscabo de la integridad nacional, que no he tenido tiempo de leer, acusaciones por las que se encuentran presos en las mazmorras de la misma familia muchos nicaragüenses dignos y valientes”.
El escritor es uno de los disidentes sandinistas más prominentes, en enero de 1995 anunció su renuncia a la militancia en el Frente Sandinista y señaló que la relación con Daniel Ortega quedaba rota. Dejó la política y se refugió enteramente en su oficio de escritor, sin embargo, no dejó de ser un duro crítico del proyecto dictatorial de la pareja Ortega-Murillo.
La persecución política contra Sergio Ramírez es parte de una escalada represiva desatada por la pareja de dictadores, desde el pasado mes de julio hasta la presente fecha. Son 36 presos políticos, entre los que se destacan siete precandidatos presidenciales, exguerrilleros sandinistas históricos, banqueros, líderes de la sociedad civil y periodistas.
Parodiando a Emilio Zolá, me atrevería decir: Yo Acuso a Daniel Ortega, a su mujer, la estrafalaria Hilda Murillo, y su camarilla, que son parte de una terrible dictadura, que no le pide favor a la dinastía de los Somoza, igual de corrupta y represiva.
