Escasez de componentes electrónicos frena desarrollo de Volkswagen

ARCHIVO - Logotipo de Volkswagen en la factoría principal de la automotriz alemana en Wolfsburgo. El presidente ejecutivo del Grupo Volkswagen, Herbert Diess, explicó que la empresa automovilística alemana está hablando con los empleados sobre un plan para hacer que la fábrica en Wolfsburgo sea más competitiva en 2030. Foto: Julian Stratenschulte/dpa

Los paros de la producción de Volkswagen debido a la falta de chips le impedirán entregar en todo 2021 muchos más coches que en el año anterior, marcado por los cierres causados por la pandemia, según señaló hoy la automotriz alemana.

En el tercer trimestre el fabricante fue más rentable en el negocio al contado de lo que esperaban los expertos. Sin embargo, el presidente ejecutivo del grupo, Herbert Diess, aprovechó los resultados negativos de las marcas Volkswagen, Skoda y Seat para reclamar más medidas de ahorro.

Diess dejó en claro que espera que en los próximos años se recorten puestos de trabajo en la fábrica de Wolfsburgo, la principal de Volkswagen en Alemania.

«Necesitamos más velocidad en el desarrollo de nuevos vehículos y en la toma de decisiones», señaló, apuntando hacia la competencia del fabricante estadounidense Tesla, que está construyendo una planta para producir coches eléctricos cerca de Berlín.

«Ese es el reto al que se enfrenta Wolfsburgo», subrayó, agregando que la propia planta en esa ciudad del norte de Alemania debe ser más productiva.

«Sin duda tendremos que recortar puestos de trabajo para conseguirlo», añadió el ejecutivo, refiriéndose a los puestos de trabajo en la producción, así como en la administración y el desarrollo.

Diess explicó que la empresa está hablando con los empleados sobre un plan para hacer que la fábrica en Wolfsburgo sea apta para la competencia en 2030.

En las últimas semanas se ha especulado con una reducción de unos 30.000 puestos de trabajo en la marca principal de coches Volkswagen. Diess denegó comentar cifras concretas: «Eso no se ha decidido aún, trabajaremos en ello en las próximas semanas».

La planta de Wolfsburgo funciona actualmente a baja capacidad, sobre todo por los cuellos de botella en el suministro de chips.

Entre julio y septiembre, el grupo entregó en todo el mundo casi un 25 por ciento menos de coches que en el mismo periodo del año anterior, en especial debido a los cuellos de botella en el suministro de semiconductores, que le obligaron a detener las cadenas de producción varias veces.

El volumen de negocios se redujo en torno a un cuatro por ciento, hasta los 56.900 millones de euros (65.945 millones de dólares).

Los beneficios antes de intereses e impuestos, ajustados por partidas especiales, fueron aproximadamente un 12 por ciento inferiores a los del año anterior, con 2.800 millones de euros.

La marca principal Volkswagen registró un déficit operativo de 184 millones de euros. En el caso de Seat y Skoda, las pérdidas fueron algo menores.

Diess quiere mejorar la rentabilidad, sobre todo en las marcas de mayores ventas. En el pasado, Volkswagen y Seat ya eran consideradas problemáticas.

El grupo se concentra ahora en el aumento de la productividad y quiere reducir los costes fijos, también para estar a la altura de Tesla.

Sin embargo, los modelos fabricados en serie por Volkswagen son los más afectados por la escasez de chips. El grupo está dando prioridad a los componentes electrónicos disponibles para montarlos en los modelos más rentables de marcas como Porsche y Audi y no poner en peligro el avance de los coches eléctricos.

La filial Audi obtuvo un beneficio operativo de unos tres cuartos de millón de euros. Por su parte, Porsche incrementó sus beneficios operativos en un 78,4 por ciento interanual en los tres primeros trimestres del año.

Por su parte, la filial de camiones Traton, que incluye las marcas MAN y Scania, entre otras, aumentó su facturación en un 38 por ciento hasta los 21.700 millones de euros, según anunció hoy. En cuanto a los resultados, registró un beneficio de 677 millones.

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