Ginebra.- Los estragos causados por el cambio climático y la desigualdad social, que aumentó con la pandemia, son los principales riesgos que enfrenta la humanidad a diez años vista, según un nuevo informe del Foro Económico Mundial (WEF) que también advierte sobre fallos en la ciberseguridad y la crisis de la deuda.
El decimoséptimo informe de la institución que organiza el Foro de Davos concluye tras encuestar a un millar de expertos en todo el mundo que los riesgos ambientales y sociales son la principal preocupación a corto plazo, mientras que en el largo son los primeros los que tienen una importancia más crítica.
Todo ello conforma unas predicciones «bastantes pesimistas, en las que el 84 % de los sondeados dijeron estar preocupados por el futuro del planeta, mientras sólo un 4 % eran optimistas», destacó al presentar el informe en rueda de prensa la directora gerente del WEF, Saadia Zahidi.
En el corto plazo (dos años) un 31 % de encuestados consideraron que el mayor riesgo para el ser humano lo constituyen los fenómenos climáticos extremos, un 30 % la crisis de empleo y medios de vida.
Más del 25 % alertaron sobre peligros como el deterioro de la salud mental, las enfermedades infecciosas, la cohesión social o el fracaso en la acción climática.
Sin embargo, a un plazo más largo, de 10 años, los expertos señalan claramente los problemas medioambientales como el gran reto para el planeta:
Un 42 % temen al fracaso en la lucha contra el cambio climático, un 32 % a los desastres climáticos (inundaciones, sequías, incendios…), un 27 % a la pérdida de biodiversidad y un 23 % a una crisis de recursos naturales.
UN PLANETA «EN LLAMAS»
«Nuestro planeta está ardiendo y tenemos que enfrentar ese problema», advirtió el presidente del WEF, Borge Brende, mientras que el director de riesgos de Zurich Insurance Group, Peter Giger, subrayó en la presentación que «no actuar frente al cambio climático puede reducir el PIB mundial en una sexta parte».
El informe también advierte contra una transición climática desordenada que «podría distanciar aún más a los países y dividir las sociedades», ya que, por ejemplo, el «abandono acelerado» de sectores con altas emisiones de dióxido de carbono puede desencadenar volatilidad económica y agravar el desempleo.
A nivel social, el informe prevé que 51 millones de personas más que antes de la pandemia pasen a vivir en condiciones de pobreza extrema «con el riesgo de que crezcan la polarización y el resentimiento social» en un mundo que se cree crecerá en 2024 un 2,3 % menos de lo que lo hubiera hecho sin pandemia.
«Se están creando tensiones en un momento en el que la colaboración entre sociedades y la comunidad internacional sería fundamental para asegurar una recuperación global más uniforme y rápida», añadió Zahidi, que pidió un enfoque más coordinado y multilateral de los líderes mundiales para evitar esta crisis.
CAMBIO CLIMÁTICO + DESIGUALDAD = MIGRACIÓN
Cambio climático y desigualdad social son factores que aumentan la migración, y en este sentido el informe recuerda que hubo una cifra récord de 34 millones de personas desplazadas de su país en 2020, mientras que en 2021 4.500 personas fallecieron en esas rutas migratorias.
Millones de personas se ven obligadas a dejar sus hogares en busca de un futuro mejor, pero al mismo tiempo la pandemia y el proteccionismo económico ponen obstáculos a la entrada de estos migrantes, mientras algunos gobiernos usan ese flujo con fines políticos.
Los expertos encuestados consideran los problemas de ciberseguridad principalmente un riesgo a corto plazo, después de un año 2021 en el que los ataques con programas malignos (malware) y de secuestro (ransomware) aumentaron un 358 % y un 435 %, respectivamente.
«Las ciberamenazas están aumentando más rápido que nuestra capacidad para erradicarlas», reconoció Carolina Klint, de la firma de gestión de riesgos Marsh, que también ha participado en la elaboración del informe.
TECNOLOGÍA PELIGROSA
El documento alerta sobre los «avances tecnológicos adversos» como otro posible riesgo a largo plazo, y en este sentido se indica por ejemplo que la exploración espacial , que se ha intensificado en los últimos años con la entrada de diversas empresas en este campo, plantea peligros.
La creciente militarización de esa carrera espacial es uno de ellos, y también el mayor riesgo de colisiones que podría derivar en una proliferación de desechos espaciales y afectar a órbitas que albergan sistemas clave en la Tierra o suscitar tensiones geopolíticas.
«Nuestro planeta está literalmente rodeado de un vertedero de chatarra que incluye cohetes destruidos, depósitos de combustible vacíos o satélites estropeados, que amenazan a las comunicaciones globales y a nuestras ambiciones en el espacio», alertó Klint.
A la hora de hacer frente a estos riesgos, los expertos opinan que la comunidad internacional está respondiendo bien en materias como la lucha contra la delincuencia internacional o el control de armas de destrucción masiva.
Sin embargo, se muestran más dubitativos respecto a la forma en la que se están encarando desafíos como la inteligencia artificial, la atención a migrantes y refugiados, o la lucha contra los ciberataques y las campañas de desinformación. EFE