El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, insistió este lunes a su homólogo ruso, Vladímir Putin, en la necesidad de que su país controle una franja fronteriza en todo el norte de Siria para protegerse contra las milicias kurdas.
Erdogan habló por teléfono con Putin, según un comunicado distribuido por la Presidencia turca, en el que señala que las Unidades de Protección Popular (YPG), las milicias kurdas de Siria que Ankara considera una rama del proscrito Partido de Trabajadores de Kurdistán (PKK), siguen atacando tanto a Turquía como a civiles sirios.
Por ello, el mandatario considera necesario convertir en «seguras» las franjas que Turquía no consiguió «limpiar de terrorismo» durante la operación militar de octubre de 2019, en la que tropas turcas conquistaron una franja de 30 kilómetros de ancho a lo largo de parte de la frontera turcosiria.
Desde aquella operación, Turquía domina el lado sirio de la frontera desde casi la costa mediterránea hasta cerca de Qamishli, la ‘capital’ kurda del noreste de Siria, salvo una extensión de medio centenar de kilómetros alrededor de la ciudad de Kobani al este del río Éufrates, bajo control de las YPG.
En las últimas semanas, Erdogan ha expresado varias veces su voluntad de lanzar una nueva operación contra las YPG en Siria y este domingo advirtió de que el movimiento podría iniciarse «cualquier noche, de repente».
Rusia es el principal aliado del presidente sirio, Bachar al Asad, mientras que Turquía apoya a facciones armadas que buscan derrocarlo y combaten también contra las YPG, que mantienen una relación de tensa neutralidad hacia el régimen de Asad.
En la misma conversación con Putin, el presidente turco repitió también su disposición a facilitar una posible reunión de Rusia, Ucrania y Naciones Unidas en Estambul y de asumir, con el acuerdo de todas las partes, un papel en un mecanismo de control de la guerra en Ucrania. EFE (I)