Francia: La mayoría absoluta de Macron se ve amenazada por coalición de izquierdas

El presidente de Francia, el liberal Emmanuel Macron.

Las alarmas se encendieron en el Elíseo este domingo tras la primera vuelta de las legislativas, que situaron a la alianza del presidente, Emmanuel Macron, codo a codo con la coalición de izquierdas liderada por Jean-Luc Mélenchon y que ponen en entredicho su mayoría absoluta en la Asamblea Nacional.

Con el 96 % del voto escrutado, la alianza macronista Ensemble (Juntos) obtiene el 25,68 % de los votos, mientras que la Nueva Unión Popular Ecológica y Social (Nupes) alcanza el 25,14 %.

La jornada marcó una abstención récord para una primera vuelta, de un 52,54 %. Menos de uno de cada dos franceses con derecho a voto acudió a las urnas.

La proyección de reparto de escaños llevadas a cabo por diferentes institutos de sondeos sitúan a Ensemble al borde de perder la mayoría absoluta (actualmente tiene 350 escaños), ya que obtendría entre 255 y 310 diputados, en una cámara donde la mayoría absoluta se sitúa en los 289.

Dos meses después de la cómoda victoria de Macron en las presidenciales, su proyecto puede verse frenado si no tiene una mayoría en la cámara baja, necesaria para sacar adelante sus propuestas, entre ellas la discutida reforma de las pensiones.

El presidente, que oficialmente no puede hacer campaña, aumentó en los últimos días sus actos públicos, en los que reiteró la necesidad de contar con un respaldo parlamentario sólido frente a las turbulencias internacionales.

Irrupción de la alianza de izquierdas

Pero su llamamiento no le garantiza ese apoyo, frente a la irrupción de Nupes, liderada por Mélenchon, y que incluye a su partido, La Francia Insumisa, junto a socialistas, comunistas y ecologista

Según las proyecciones de voto, Nupes obtendría entre 150 y 210 escaños, frente a los 58 que totalizaron en 2017, y se convertiría en la principal fuerza de oposición.

La coalición de la izquierda logra un número similar de votos que cuando sus miembros concurrieron por separado en 2017, pero al hacerlo unidos en esta ocasión han logrado colocar a muchos más candidatos con posibilidades de lograr escaño en la segunda vuelta.

Superaría a la derecha conservadora de Los Republicanos, hasta ahora segunda fuerza parlamentaria, que puede perder la mitad de su peso (112 escaños) y se quedaría con entre 50 y 80 diputados.

El partido de la ultraderechista Marine Le Pen, que ronda el 20 % de los votos, algo menos de lo que ella misma obtuvo en las presidenciales de abril, tendría entre 10 y 45 diputados, frente a los 8 actuales, según esas proyecciones.

Derrota importante para el otro representante de la extrema derecha, Éric Zemmour, descartado en su circunscripción y cuyo partido puede quedar sin representación parlamentaria.

El más entusiasta en la noche electoral fue Mélenchon, tercero de las pasadas presidenciales, que logró su apuesta de combatir la victoria a Macron, en busca de una mayoría parlamentaria que obligue al presidente a nombrarle primer ministro en un Gobierno de cohabitación.

«El partido presidencial, en esta primera vuelta, ha sido superado y derrotado. Es la primera vez que un presidente recién elegido no logra una mayoría en la Asamblea», clamó Mélenchon, que no se presentaba en ninguna circunscripción y que destacó el éxito de la alianza que formó pese a la oposición de históricos líderes socialistas.

Jean-Luc Mélenchon, líder de izquierda francés.

Intento de convencer a nuevos electores

Sus candidatos superaron la primera vuelta en unas 500 de las 577 circunscripciones en las que está dividido el país lo que le permite pensar en una victoria que no le auguran los sondeos.

Para ello tendrá que atraer el próximo domingo votos ideológicamente muy alejados, como los de los candidatos conservadores o de la extrema derecha que no hayan superado la primera vuelta. O llevar a las urnas a los abstencionistas, entre los que destacan los jóvenes y las clases modestas, a quien dirigió su discurso en la noche electoral.

Mélenchon avanzó sus propuestas para mejorar el poder adquisitivo, como el bloqueo de los precios de productos de primera necesidad, así como la subida del salario mínimo hasta los 1.500 euros netos o el adelanto de la edad de jubilación.

Frente a ello, la primera ministra, Elisabeth Borne, aseguró que el país afronta «una inédita confusión de extremos» peligrosos en las actuales turbulencias internacionales frente a las que pidió una mayoría sólida que, dijo, solo su partido puede lograr.

«Frente a los extremismos somos los únicos que tenemos un proyecto coherente, claro y responsable», insistió.

Le Pen, por su parte, pidió «a toda costa» que se vote contra Macron para evitar «que tenga una mayoría absoluta de la que abusará para aplicar sus métodos brutales y su proyecto antisocial».

Pero la líder ultraderechista también pidió que tampoco se apoye a los candidatos de la Nupes en aquellas circunscripciones donde los suyos queden eliminados. EFE (I)

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