El fantástico arte de la diáspora africana

Londres.- La primera gran exposición en el Reino Unido de arte contemporáneo de la diáspora africana plasma una realidad dura pero que explota de color y posibilidades, con artistas que recurren a mitos, tradiciones y ciencia ficción para abordar asuntos como el colonialismo o la injusticia racial.

«Este es el aspecto de la libertad», proclama el comisario, Ekow Eshun, en la presentación este martes a la prensa de «In the Black Fantastic», que abre al público del 29 de junio al 18 de septiembre en la galería Hayward de Londres.

Eshun explica que estos creadores, todos de origen africano y algunos asentados en Europa o Estados Unidos, expresan «libremente» su identidad y su mundo, incorporando su legado cultural, folclórico y espiritual, lo que conlleva «un espectacular uso del color y la textura». Es un universo propio y no «una reacción» a la cultura o discurso blancos.

«In the Black Fantastic»

En la primera sala se erigen imponentes los «Soundsuits» o «esculturas ponibles» de Nick Cave, unos «trajes» confeccionados con diferentes materiales que cubren hasta la cabeza, en un intento por borrar «el género, la raza y la clase» y obligar así al espectador a mirar sin prejuicio.

«Soundsuit 9:29», elaborado tras el asesinato de George Floyd por un policía blanco en 2020 en EE.UU., se sitúa delante de una escultura hecha por Cave para la ocasión: cientos de moldes de su brazo entrelazados entre sí, como los eslabones de una cadena.

Wangechi Mutu destruye «las jerarquías de género, raza o clase» con unos «collages» de figuras femeninas que incorporan desde revistas de coches o pornográficas a cuernos, conchas, piedras o tierra kenianos.

De igual belleza son las esculturas con oro inspiradas en la tradición funeraria egipcia y los majestuosos retratos propios de Lina Iris Viktor, que preceden, en otro espacio, las esculturas a caballo de Hew Locke, que invitan a reflexionar sobre imperio y poder.

Rashaad Newsome explora la comunidad «queer» negra, con guiños a la cultura pop, y Tabita Rezaire critica, mediante una piramidal instalación audiovisual, las reduccionistas construcciones occidentales del género binario: «todos tenemos energía masculina y femenina», manifiesta.

Chris Ofili -premio Turner en 1998- y Ellen Gallagher participan también, entre otros, en esta ambiciosa exposición, que afianza la voluntad de los grandes museos del Reino Unido de abrirse a nuevos artistas y perspectivas.

«Estarán de acuerdo en que el resultado es fantástico», dice Eshun. Y tiene razón: entrar a «In the Black Fantastic» es sumergirse en un universo magnético e imaginativo, donde la experiencia africana se aborda desde el origen y por sus protagonistas. EFE

jm/gx/mah

Más relacionadas