Todo gratis

Eduardo Peña Triviño

Guayaquil, Ecuador

Más de seis mil aspirantes a 200 trabajos en el aseo de calles de Quito  gritan la desesperación de la gente por encontrar uno.

Es un hecho doloroso que debe ser tomado en cuenta por los dirigentes nacionales. No hay trabajo porque nadie quiere arriesgarse a invertir sus capitales en un país donde no hay seguridades para casi nada: en las calles por la delincuencia común, en los negocios porque estamos amenazados por organizaciones mariateguistas que tienen en jaque al país y su gobierno.

Su poder de paralizar las actividades económicas ha quedado demostrado en las movilizaciones recién pasadas. Para ganar simpatías han basado su lucha en el precio de los combustibles y en de los alimentos. Lo uno viene con lo otro: si se aumenta el valor de los combustibles, suben los pasajes, los víveres, la ropa, los alquileres. Todo. Se sabe que los precios actuales ya tienen subsidio, pero quieren más. Es muy bonito. Pero ¿quién paga la cuenta?

El Estado vive de los impuestos y el petróleo. Este sube y baja de acuerdo con la economía mundial y el apetito de los jeques árabes. Los principales impuestos son indirectos: el IVA y las aduanas. También pagamos impuestos directos, como la renta. Los subsidios le cuestan al Estado tres mil y más millones al año. Si se incrementan, el costo será mayor. Cuando baje el precio del petróleo también lo harán los ingresos de Ecuador. En ese caso, aumentará su déficit y no podrá pagar muchas cosas.

Hay demagogos generosos con el dinero ajeno. Alguien en el pasado obligó al IESS a atender a los parientes de los afiliados. Buena cosa, pero no creó el financiamiento por lo cual el déficit del servicio de salud del IESS se agravó en desmedro del servicio a los afiliados, sus propietarios. Más  gastos y menos ingresos. Bueno para unos, perjuicio para los dueños.

Nada es gratis. Quisiera plantear una pregunta cándida: ¿cuánto pagan de impuesto a la renta los dirigentes políticos, que tanto exigen al Estado? De los 18 millones de ecuatorianos, ¿cuántos pagan impuestos directos?

Gana popularidad el que exhibe su prepotencia exigiendo que el Estado asuma el costo de más subsidios, que controle los precios, que mejore los servicios públicos, la salud, la educación, la fuerza pública (pero no la policía que debe reprimir el desorden). Parece que los policías no tienen derechos porque se los discuten y limitan.

Claro, los dirigentes buscan el poder para que algún día vengan “los mañanas que cantan” que profetiza el marxismo. Quieren una sociedad comunista-indigenista. Deberían mostrarnos en qué sitio de la Tierra o en qué tiempo de la historia de la humanidad, ha tenido éxito la sociedad ideal del marxismo, porque lo que sabemos es que en ninguna parte del mundo lo ha tenido.

Al contrario, sabemos de la matanza de los campesinos en Rusia, en la época de Lenin, del paredón de Fidel en Cuba, del desastre de Chávez y Maduro en Venezuela, de los abusos de los Ortega en Nicaragua. Eso sabemos. El caso de China sale de la ortodoxia. Es un híbrido entre la libre empresa controlada y la dictadura de Xi.

No habrá más y mejores trabajos hasta que se vea el orden y la paz, padres de la justicia.

QUITO (ECUADOR), 26/10/2021.- Trabajadores y varios sectores sociales marchan contra la derogación de los precios de los combustibles, hoy en Quito (Ecuador). EFE/Santiago Fernández

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