Madrid, 22 oct (EFE).- Un arranque de furia de un Real Madrid que vio el peligro del exceso de confianza le dio el triunfo ante un Sevilla que pecó de miedoso antes de sentir posibilidades de levantarse en el Santiago Bernabéu, para acabar ‘atropellado’ por el poderío físico del líder, con Vinícius asistente en dos goles y otro tanto para enmarcar de Fede Valverde (3-1).
La velocidad de crucero del Real Madrid provoca que las ausencias de Karim Benzema pasen hasta inadvertidas. Encontró el temor inicial de un Sevilla que fue la sombra de lo que era y que, cuando sintió opciones, bien por méritos propios o porque decide concederlos el líder para lanzar contragolpes, recibió directos de un equipo que da la impresión de ganar los partidos en cuanto aprieta.
El Sevilla había sido víctima de sus propios errores. Equipo atemorizado con un planteamiento que pronto se volvió en contra de Jorge Sampaoli. Entendió que desde la posesión que buscó con jugadores de buen pie en la medular, pero sin la profundidad que aporta la figura de un 9, rebajaría revoluciones de un líder lanzado. No contó con que un error de Bono con el pie ya instalase el nerviosismo a los tres minutos y que otro fallo individual grave de Montiel provocase el primer golpe.
Vinícius, disfrutando con la velocidad del terreno de juego en una noche lluviosa en Madrid, robó, atacó directo, esperó al desmarque de Modric y le regaló el gol. Sin Karim, ya había un referente que daba un paso al frente, aunque lo mejor de un Real Madrid coral es que se impone el bloque por encima de la individualidad. Dominador, con el Sevilla defendiendo en su terreno, la movilidad de Fede Valverde para aparecer por cualquier zona del campo y la velocidad de ‘Vini’ fueron factores que se impusieron. Hasta cuando entrega el balón hace sentir al rival que es para castigarlo al contragolpe.
Pero el dominio madridista no se reflejó en el marcador y el partido, aunque parecía bajo control total para los de Ancelotti, tuvo más vida de lo que se reflejaba en el césped por errores en la definición. Tras una falta de Alaba buscando la escuadra, perdonó Rodrygo, también Modric una más clara aún por recortar cuando debió chutar con todo para marcar, y la definitiva de Vinícius, tan solo ante Bono que se confió. Su recorte al portero, demasiado largo, mandó al limbo la sentencia al borde del descanso.
Había perdonado el Real Madrid a la peor imagen de un Sevilla que tenía un arranque de orgullo reservado para la segunda mitad. En cuanto redujo los errores graves desde los que se provocaron las ocasiones claras madridistas y le sumó un exceso de confianza del líder. Una pequeña cabezada, como en Elche, que de momento no le pasa factura ni provoca el primer bache que auguró Ancelotti.
Nadie lo esperaba, pero tras una pérdida en fase de salida de Vinícius en una banda llegó el empate y momentos de nerviosismo en el Bernabéu. Se desplomó la firmeza defensiva del líder, descolocada su zaga en el momento del inicio de un contragolpe, cuando Montiel corrigió su error del gol para dejar solo a Lamela con un pase al espacio y encontrar la definición con calidad del argentino ante la salida desesperada de Courtois. De regreso el belga tras seis partidos, con la impotencia de seguir encajando en cada jornada que juega.
El Sevilla había resucitado y sintió que el premio podía ser mayor. Isco, de regreso a la que fue su casa, disparó al lateral de la red apareciendo en el segundo palo. Un error de Tchouaméni en salida le pudo costar caro ante el disparo de Lamela y hasta Kroos fallaba un pase. Impropio en él. Eran los peores momentos del Real Madrid y Ancelotti, que pagaba las pocas rotaciones en una semana de tanta exigencia, apostó por la frescura de su banquillo y le respondió la profundidad de su plantilla.
La fortaleza física de Camavinga, la aparición de Lucas Vázquez y las ganas con las que siempre entra Marco Asensio, que se gana cada minuto un protagonismo mayor. Se le había acabado el campo a ‘Vini’ en uno de esos días nublados en la definición, cuando apareció para dar su segunda asistencia, rompiendo al controlagolpe al Sevilla, con la visión de Asensio en el pase y el regalo, de nuevo, del brasileño a un compañero, Lucas, para que marcase a puerta vacía.
El susto de una grada que despertó con ánimos cuando vio que su equipo dudaba se convirtió en jolgorio cuando Fede Valverde extendió el mejor momento goleador de su carrera. En tres minutos de rabia desatada no hay nadie que represente mejor la furia que el uruguayo. A pase de Asensio, con un derechazo a una escuadra cruzado, desató toda la rabia contenida en un partido en el que el Real Madrid se sintió tan superior que jugó con fuego sin quemarse.
. Ficha técnica:
3 – Real Madrid: Courtois; Carvajal (Lucas Vázquez, m.77), Militao, Alaba (Nacho, m.86), Mendy (Rüdiger, m.77); Tchouaméni (Camavinga, m.65), Kroos, Modric (Marco Asensio, m.77); Fede Valverde, Vinícius y Rodrygo.
1 – Sevilla: Bono; Jesús Navas (Carmona, m.67), Montiel, Gudelj, Marcao, Telles; Óliver, Rakitic (Delaney, m.76), Jordán; Lamela e Isco (Rafa Mir, m.76).
Goles: 1-0, m.5: Modric. 1-1, m.54: Lamela. 2-1, m.79: Lucas Vázquez. 3-1, m.81: Fede Valverde.
Árbitro: Alejandro Hernández Hernández (Comité de Las Palmas). Amonestó a Tchouaméni (37) por el Real Madrid; y a Jordán (28), Montiel (31), Gudelj (66) y Papu (95), del Sevilla.
Incidencias: encuentro correspondiente a la undécima jornada de LaLiga Santander disputado en el estadio Santiago Bernabéu ante 59.625 espectadores. Thibaut Courtois y Karim Benzema dedicaron al madridismo el Trofeo Yashin y el Balón de Oro que ganaron lunes. EFE (I)