El impune

Fernando López Milán

Quito, Ecuador

Hace algún tiempo, en esta misma columna, afirmaba que todos los caminos conducen a Galo Chiriboga: uno de los principales gestores de la impunidad durante el correísmo. El testimonio de Carlos Pareja Yannuzzelli ante la Mesa de Fiscalización de la Asamblea Nacional confirma lo dicho y revela que todos los fiscales que sucedieron a Chiriboga en el cargo, haciéndose de la vista gorda, lo protegieron.

Correa está prófugo; Glas y Mera, en la cárcel; Nilsen Arias está siendo juzgado en los Estados Unidos. Chiriboga, en cambio, vive tranquilo en la casa que, según Pareja, robó a unos ancianos alemanes.

En el año 2014, en la editorial de la Casa de la Cultura, Chiriboga publicó el libro, prologado por Jorge Glas, Al toro negro por los cuernos: una de las obras clásicas del cinismo surrealista o del surrealismo cínico ecuatoriano.

En el prólogo, Glas destaca el papel desempeñado por Chiriboga en “la gestión estratégica de la empresa estatal más grande del Ecuador -Petroecuador-, la renegociación de contratos petroleros de manera soberana y en función de los intereses ciudadanos”.

Hoy, y no solo por el testimonio de Pareja Yannuzzelli, sabemos muy bien lo que significa “renegociar contratos petroleros de manera soberana y en beneficio de los ciudadanos”: 5000 millones de dólares de pérdida para el Estado ecuatoriano, veinte millones de ganancia para Arias y sus amigos, en el caso Petrochina; trece para Glas y su tío, en el caso Odebrecht.

Si Chiriboga nada hizo para investigar las denuncias contra quienes robaron al país, nada hizo tampoco para investigar el asesinato del general Jorge Gabela, motivado por sus denuncias del perjuicio que causó al Estado la compra de los inservibles helicópteros Dhruv. La desaparición del estudiante David Romo, en la que se presume la intervención de la Policía y la labor negligente u obstruccionista de los fiscales a cargo del caso, es otro de los grandes pasivos de su gestión.

Sin embargo, en la página de la Fiscalía General del Estado se puede leer todavía un artículo en el que se ensalza el “legado” del exfiscal, a quien se presenta como un eximio defensor de los derechos humanos. Se dice ahí: “Hace cinco años, Galo Chiriboga Zambrano asumió la Fiscalía General del Estado y motivó un cambio en la justicia ecuatoriana, al priorizar en la investigación fiscal los casos donde se violentaron los derechos humanos”.

El artículo remata con la siguiente leyenda: ¡Impunidad, nunca más!

Uno lee eso y ya no sabe qué pensar. ¡Impunidad, nunca más! ¿Usted va a permitir que la impunidad de Galo Chiriboga nos siga escarneciendo? ¿Está dispuesta a acabar con su juego, señora fiscal?

El Fiscal Galo Chiriboga, en foto de 2014, subida a Flickr por Daniel Solórzano.

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