Quito, Ecuador
«No hay nada menos vacío que un estadio vacío. No hay nada menos mudo que las gradas sin nadie».
Eduardo Galeano
El desenvolvimiento de la selección nacional de fútbol (la ‘Tri’) fue realmente histórico. La derrota a la selección catarí implicó no sólo un espectáculo por ser el partido inaugural de la Copa del Mundo sino porque es la primera vez que un anfitrión pierde en su debut. El país entero se vistió con los colores de la selección y Enner Valencia (el máximo goleador de Ecuador en los Mundiales) dejó a todo un país sin aliento y luego lo colmó de pasión, patriotismo y orgullo nacionalista.
Si bien, el fútbol es una «religión sin ateos» como decía el escritor uruguayo Eduardo Galeano, en la práctica es que también es una medicina que hace olvidar (por un momento) los miles de problemas que aquejan a la nación. Todos nos llenamos de orgullo al leer los titulares en la prensa —tanto nacional como extranjera— con grandes destacados y diciendo: «Ecuador histórico». Luego del partido de comienzo de esta nueva fiesta futbolera mundial, hay que entonces preguntarse: ¿qué le vuelve histórico al Ecuador? La Tri, Richard Carapaz, Chito Vera, Glenda Morejón… ¡Evidentemente!
Sin embargo, hay también temas que requieren de una construcción diaria que así mismo implica que pongamos atención. Es decir, el deporte nos colocó en una buena posición mundial, pero el trabajo es lo que, a la larga, como República nos impulsará a un total Ecuador histórico. El tema carcelario, las actitudes de la Asamblea, esa voracidad de ciertos sectores políticos que quieren controlarlo todo, esa corrupción instaurada en los poderes estatales (sobre todo en el Legislativo y Judicial) evita que lleguemos a ese punto de relevancia, más allá de actividades importantes como el deporte que, más bien, las empaña.
Esto se da, en buena parte por la apatía ciudadana que quiere ver en una única figura (el Presidente) como un mesías que solucione los problemas sin que tampoco la gente ponga de parte. El Ecuador es como un equipo de fútbol, el líder del Ejecutivo es un director técnico, pero quienes finalmente jugamos también somos los 18 millones de personas que vivimos aquí.
De esta manera, es importante construir ideas y dar propuestas ciudadanas para poder afrontar a los enemigos del país que son, la violencia, el narcotráfico, la inseguridad, la corrupción, la impunidad, los paros, el vandalismo y el resentimiento. En ese sentido, los ecuatorianos que queremos un verdadero país, debemos separar primero en quienes son realmente los que están con nuestro equipo republicano y con quiénes no podemos contar, por sus ideas totalitarias y de deseos de poder.
Así, construyamos (como los seleccionados mundialistas) una estrategia nacional y cívica, que en el partido no sólo se trató de Valencia sino de un trabajo coordinado de 11 jugadores. Así mismo, en nuestra labor, también participemos los que vemos un país con potencial y pensamos en una proyección a futuro.
Circuló por redes sociales una noticia falsa, fake new, sobre un supuesto soborno que tendrían ciertos jugadores de Ecuador para perder contra Qatar, sin embargo, la victoria de hoy desmintió aquello y también dejó en claro el mal que hacen las mentiras y mostrarse, por sobre todo, unidos.
La estrategia es, justamente, esa camiseta que es nuestra bandera que la llevamos a donde vayamos. Desde hoy, hay que pensar en la visión y en el camino que deseamos para ese Ecuador próspero y funcional. No obstante, para ello, hay que centrarse en el equipo, el técnico y su alcance. A pesar de las vicisitudes (la selección chilena, la colombiana, el VAR y la sanción de la FIFA) el país se unió y venció en su primer partido.
Nos espera, así como hay Fútbol a sol y sombra, un trabajo cotidiano, de sol a sol, para ir mostrando al mundo nuestro potencial y llegar a nuestra meta que es el desarrollo y el bienestar colectivo y próspero.
