El pasado es indeleble

Alberto Molina Flores

Guayaquil, Ecuador

La frase completa, es: “Recuerde, el pasado es indeleble y la Historia no se acaba nunca”, tomada de Personas Decentes, última novela de ese gran escritor cubano, Leonardo Padura. Indeleble, según la RAE, “imposible de eliminar o borrar”. Entre los sinónimos encontramos: “imborrable, inextinguible, perdurable, permanente, inalterable”.

Esos son los 10 años nefastos del gobierno de Rafael Correa, por más que mienta cínicamente, por más que use todo tipo de argucias y medios, por más que trate de distorsionar la verdad en las redes sociales valiéndose de un bien pagado batallón de troles que están permanentemente a su servicio. Su pasado es indeleble.

Son miles de millones de dólares que se esfumaron en el gobierno de la llamada Revolución Ciudadana, del Socialismo del Siglo XXI. Los contratos amañados para facilitar los ilícitos, muchos fueron denunciados por la Comisión Nacional Anticorrupción (CNA). La lista es larga, en la mayoría de casos el país sigue esperando que los órganos de control y de Justicia, sancione con rigor.

Los negociados con la compañía brasileña Odebrecht, felizmente quedaron al descubierto; el resto seguimos esperando: Hidroeléctricas: Coca Codo Sinclair, San Francisco, Manduriacu, Toachi-Pilatón, todas con sobreprecios.

Caso Singue (en la lista de procesados está el exvicepresidente Jorge Glas), Poliducto Pascuales-Cuenca, El Aromo- Refinería del Pacífico, Refinería de Esmeraldas; Petrochina, Seguros Sucre; y otros que están en el olvido.

Las cocinas de inducción (los estafados fueron los más pobres), los contratos para provisión de placas y chalecos reflectores para la ANT, los Helicópteros Dhruv, Duzac y Cofiec, los negociados y exportaciones ficticias con Venezuela, a través del Sistema Único de Compensación Regional (SUCRE) y otros develados por la justicia norteamericana.

La pregunta no es ¿dónde hizo daño Correa? sino ¿dónde no hizo daño? Uno de los daños más grave y que ahora estamos padeciendo por la inseguridad, es el debilitamiento de la capacidad operativa de las Fuerzas Armadas y de la Policía Nacional.

Eliminó la H. Junta de Defensa Nacional creada para controlar las adquisiciones de armamento y equipo para las Fuerzas Armadas. Arbitrariamente puso tan delicada tarea en manos del llamado Comité de Bienes Estratégicos bajo la dirección del ministro de Defensa, así se explica la adquisición de los radares y vehículos chinos, de los helicópteros Dhruv y de los aviones usados Cheetah.

Las falsas y tendenciosas afirmaciones de que existen grandes diferencias entre los oficiales y la tropa, pretendían perversamente llevar la lucha de clases a los cuarteles, acción peligrosa en una institución jerarquizada, vertical, por su propia naturaleza y regida por leyes y reglamentos rigurosos.

En la Constitución de Montecristi (2008), la mayoría correísta, borró el concepto de “Fuerza Pública” (constituida por las Fuerzas Armadas y Policía Nacional); igual la frase que declaraba “que la Fuerza Pública se debe al Estado”. El objetivo era politizarlas y alinear a las Fuerzas Armadas al proyecto político de los gobiernos del Socialismo del Siglo XXI, como es en las dictaduras de Venezuela, Nicaragua y Cuba.

Quito, 21 DIC 2015.- El Presidente de la República, Rafael Correa, asistió a la ceremonia de cambio de guardia del grupo Escolta Presidencial Granaderos de Tarqui; como es costumbre lo acompañó el Vicepresidente Jorge Glas y otros invitados de honor. Foto: Carlos Silva / Presidencia de la República.

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